Hay un libro que me ha acompañado en mi reciente viaje a Estocolmo titulado Los secretos del olvido publicado por Plaza y Janes y ahora ya puedo hablar desde el corazón para hablaros de esta magnífica primera novela escrita por el periodista alicantino Joaquín Hernández. Cada línea de su libro hacía que me emocionara más y voy a intentar transmitiros lo que me ha hecho sentir a mí.
Los secretos del olvido va dedicado a Valentina y a Martín y da comienzo a través de un prólogo datado el 13 de septiembre de 1971 en el que el autor nos expresa que las emociones son difíciles de sobrellevar en Asturias donde el tiempo no es buen compañero y una persona lo observa todo desde el silencio y con la verdad de no romper la promesa con la que se comprometió.
Porque si de algo habla este libro es de emociones, directas al corazón y que en más de una ocasión te hará soltar alguna lagrimilla y también alguna risa. Pero sobre todo se transmite un libro escrito desde lo más profundo del alma. En el libro hay muchas historias, pero el hilo conductor y que a mí me ha embaucado es la relación de la nieta con su abuela, así como el amor por encima de todo. La sensibilidad y la maestría con la que es transmitida hace que te llegue y no puedas dejar de leer entre líneas.
“No te puedes imaginar cómo con tan poco se puede disfrutar tanto”
También os tengo que decir que está escrito con capítulos cortos, y en el que se va hablando del presente y del pasado. De la vida actual de la nieta y de la vida pasada de la abuela, pero habrá un momento en que sus caminos se entrelacen para conocer la historia real de su abuela y lo que tuvo que sufrir de manera innecesaria. Extraigo entre líneas que es necesario hacer lo que uno quiere con su vida y no someterse a lo que sociedad, familia, etc. te impongan.
Tras el prólogo, el autor nos transporta cincuenta y dos años después al final del verano. El primer personaje que conocemos en la novela es a Matías un hombre inquieto al cual su pasión es la lectura, que enseña música y vive en Alicante, él ha recibido una llamada y quiere conocer quién es Elena.
Matías además de gustarse enseñar música tiene una librería, pero no una cualquiera, se llama Librería Cinco Sentidos Y sabemos por este orden el objetivo y función de esta librería: vista, tacto, oído, olfato (Paper Passion) y gusto. Gracias a todo ello se crea un ecosistema único en la librería en la que también tiene un apartado para el escritor anónimo. En la novela se cuida hasta el más mínimo detalle y de la mano del abuelo de Matías, Ramón que fue ebanista sabemos que fue él quien hizo el cartel de la librería en el taller en el que padre e hijo se tenían para todo.
Elena es una principiante y toca canciones como Sonrisas y lágrimas, Cumpleaños feliz, pero quiere aprender más. En este aspecto me ha recordado a la infancia con mi tío en el que de su mano aprendía todas esas canciones con el piano.
El encuentro de una partitura inacabada hace que la relación entre Matías y Elena se afiance más, emoción y recuerdos de la infancia a partes iguales dejan constancia en este lugar del libro. Y que más adelante vamos a conocer la historia de esa partitura inacabada.
El siguiente personaje que conocemos es a Cristina de cincuenta y cuatro años, psicóloga y terapeuta que trabaja con ancianos que ven pasar sus últimos días. Una mujer con una sensibilidad crucial que va a compenetrar muy bien con Elena y a quien va a dar aviso de todos los avances de su abuela. Esa persona de confianza que todos hemos querido a nuestro lado. Es momento de conocer a Manuela la abuela de Elena que tras una caída ingresa en la residencia (habitación 217) y consecuencia de ello no recuerda nada más. Es momento de hablar del Alzheimer, la enfermedad tan temida del siglo XXI, y que el autor nos define como “el tiempo corre de forma cruel borrando recuerdos”.
Joaquín nos describe cómo es la librería de Matías situada en la calle Labradores en Alicante e inspirada en las enseñanzas de su padre Martín, un devorador de libros, meticuloso y perfeccionista y el recuerdo de su madre Amelia que se fue demasiado pronto. Leyendo podemos deleitarnos “oliendo los libros” de esa librería y adentrándonos en ella para leer al igual que lo hace Elena con quien desde el primer momento se nota complicidad con bromas en una bunker repleto de cultura.
“La vida es para los atrevidos”
Entre libros conocemos curiosidades de cómo son las posturas en el piano y de cómo deben colocarse las manos, pero junto al piano y al abrirlo para afinarlo, una sorpresa en forma de cartas sin remitente dirigidas a Manuela Ferri Murcia hace que el tiempo se pare. Ahora es momento en el que el autor aprovecha para empezar a contarnos la historia de Manuela y vamos a saberlo porque cuando se dirija a ella al comienzo de cada capítulo una fecha nos de inicio a él.
Juan de Dios es el padre de Manuela y es pescador en la costa de Asturias (en Luanco), su madre Anxélica y Remedios amiga de la infancia de Manuela. El autor nos detalla el primer encuentro de Manuela con su amor eterno y verdadero acompañado de Blanca quien le acompaña a la voz.
“Las cosas que duran poco se valoran más”
Las clases de piano marchan bien y Matías le enseña a Elena un pentagrama con las notas la-fa-do y que califica como el “motivo Bach” y a quien califica a Bach como que nadie ha compuesta fugas como él.
Elena está estudiando Magisterio y las clases y trabajos no le dejan tiempo para el respiro. Cariñosamente llama a su abuela Mamá Nueva a quien le encanta ver y escuchar el mar. A través de Cristina le hace llegar las cartas que han encontrado. Un suceso inesperado hace que Manuela tenga un momento de lucidez y de su boca salga un nombre masculino del que solo os voy a dar sus iniciales A.F.C. Así como también el de su nieta a la que llama cariñosamente Elenita.
“La literatura siempre está por encima del séptimo arte, no falla”
Tras la revelación de la abuela, Elena ya no va a tener otro objetivo que buscar a la persona que ha hecho recordar a su abuela, y no va a parar hasta conseguirlo, pero no va a estar sola, le va a acompañar Matías en todo momento, hasta donde haya que buscarlo.
El autor no se deja nada en el tintero, porque es momento de conocer algo de Elena que le va a hacer sobreponerse también y es que Elena y Matías sufren acrofobia y claustrofobia y han de coger un avión. Una curiosidad ha llamado mi atención en este momento en el que de la mano de Joaquín conocemos How long to read que es una aplicación para escoger un libro según el tiempo que dura tu vuelo.
El primer lugar al que se desplazan nuestros protagonistas es a Luanco, allí tienen varias líneas de investigaciones: en casa, en bares/iglesias y en centro social donde conocen a Adolfo Miranda en la biblioteca y que les da información de su abuela.
Hago un incido para hablar de la llegada al capítulo veinte en el que tienes que hacer una parada porque tienes una de las sorpresas del libro en forma de QR y que te va a sorprender. Pero no puedes hacer trampa solo tienes que abrirlo si has llegado hasta allí.
Joaquín al ser periodista da guiños a su profesión nombrando a Carlos Alsina quien a través de Onda Cero da difusión también para conocer a alguien que conozca a su abuela o incluso a las propias personas de las que tienen constancia que tuvieron trato directo con Manuela.
Es momento de viajar a París y es Matías quien se aventura y se adelanta con los billetes del viaje para darle una sorpresa a Elena. Ahora tienen que establecer un plan para recorrer las academias de música de la ciudad y poder encontrar al amor prohibido de Manuela a través de lo que llaman la “operación Beethoven”. De la mano de Elena y Matías paseamos por las calles de París, ciudad eterna del amor. De nuevo la presencia de los libros está presente de la mano de Asterix Legionario que le regala Matías a Elena para que descubra quién es Falbalá.
Hay una persona que se cruza en el camino de ambos en Paris y es momento para hablar de los celos y de la tristeza por la complicidad que procesan Etienne y Elena. Lo que no sabe Matías es que es para darle una sorpresa.
En la Torre Eiffel, Matías escribe en el libro de firmas en la segunda planta, y le envía una foto borrosa a Elena, así que debe ser ella misma la que suba para averiguarlo a pesar de los miedos que tiene. También la sorpresa se la va a llevar ella al encontrarse en lo alto con Victoria una mujer invidente que se hace plantearse las pequeñas cosas de la vida y de la suerte que tiene.
“Si no llegas a la cima de tus sentimientos te perderás la experiencia más maravillosa de la vida”
Siguiendo con el pasado, Manuela sigue con su amor de manera furtiva, tienen que ir escondiéndose porque no pueden verlos, pero ellos quieren estar juntos de manera eterna. Se esconden en iglesias, en lugares en que nadie pueda verlos, incluso en una furgoneta. Pero no todo es tan bonito como ellos creen ya que el párroco los ve. De la mano de Adelina (madre de Enol), sufre el desprecio, rechazo, frustración e impotencia.
Entre Matías y Elena hay un momento también de confrontación. Elena viene de una mala relación con los hombres y cree que Matías le ha engañado al encontrar una nota de su abuela para Matías. Ella está cansada, odia las mentiras y siente la traición de nuevo. Pero es momento de que Matías le cuente cómo conoció a su abuela y cómo ella ideó el plan para que ambos se conocieran y le enseñara a tocar el piano. Hecho que descoloca a Elena.
Las pistas le llevan a otro lugar, la Biblioteca de Paris en el Ayuntamiento y de la mano de Adrien les enseña la biblioteca del amor que son libros de firmas que estuvieron en la Torre Eiffel y en donde pueden encontrar más pistas, al que el bibliotecario llama el mayor poemario del mundo desde 1898 y se encuentran con una sorpresa cuya primera firma fue la de Thomas Edison.
En la Ópera Garnier y tras recorrer casi todo Paris el encuentro con una persona inesperada lo cambia todo. Ellos deben realizar un tramo en carretera porque deben hablar con la persona que han encontrado, pero una llamada de Cristina lo pone todo al revés. Elena siente desconsuelo, impotencia, y un sinfín de emociones que el autor describe a la perfección.
“No permitas que el miedo sea un obstáculo para tu felicidad”
A partir de aquí poco más os puedo contar…creo que ya os he dicho mucho, pero la persona que hemos estado buscando durante toda la novela es Alonso el amor de Manuela, pero Alonso guarda otra sorpresa que es desvelada a través de las cartas de Manuela.
El autor acaba su libro con un apartado de agradecimientos en el que da las gracias a la gente que confío en él para publicar su primer libro, a su editor Alberto Marcos, a su editora técnica Aurora Mena, a los que han realizado la portada, maquetadores, impresores, marketing, etc. a Bea. Y por encima de todo da las gracias al lector por el que asegura que volvería a perder horas de sueño, familia, etc. y nos promete que volverá a pasearse por el Mediterráneo para seguir inventando historias.
Pero aquí no ha terminado todo, un sobre final hace que mantengas la emoción hasta el último momento y cierres las tapas de Los secretos del olvido con una sonrisa en la boca y con mucha emoción al leer esta preciosidad de novela. Mi más sincera enhorabuena al autor y espero poder pronto volver a leer otro libro suyo.