El escritor zaragozano Domingo Alberto Martínez, nos presenta su obra Pink Cadillac Man galardonada con el XII Premio Alfonso Sancho Sáez de Narrativa (Jaén) compuesta por más de cuatrocientas páginas y dividida en diez capítulos (que da comienzo por el 10 titulado Obertura Cubana y que acaba por el 1 titulado Fundido en negro), publicada por West Indies Publishing Company. El autor comienza con una frase que dicta sentencia “Dios no existe”.
Pink Cadillac Man es un drama carcelario en el que se conjuga la libertad, el deseo y la realidad en una misma conjugación cuyo escenario se ubica en el penitenciario de alta seguridad “El secadero”.
El protagonista de esta historia es un hombre cubano llamado Róbinson Sánchez (también conocido por Sonny) y lo primero que conocemos es su historia a través de la historia de su familia y cómo llegaron con gran esfuerzo de Cuba a la Tierra Prometida (Nueva York).
Sonny no va a ser el único personaje de esta novela, iremos conociendo a los demás conforme vayamos adentrándonos en la novela. Conocemos a su tía Amaranta y lo que luchó su familia, a través de la prosa fina del escritor Domingo Alberto. Sonny es quien lo cuenta a sus compañeros de cárcel mientras suena música con la que deleitarnos y que podría decirse que este libro tiene banda sonora.
Wilbur compañero de Sonny en la prisión de setenta y tantos años canta a son de Ray Charles o Louis Armstrong, pero no es en el único momento en que vamos a escuchar música. Se nota que el autor es un apasionado de la buena música y del buen cine porque deja impronta en la novela que intercala perfectamente con la trama y con sus personajes.
Con Róbinson se pretende crear la libertad soñada de los condenados, así como la parte emocional que tienen que vivir a través de recuerdos y mentiras, y luchar por la consiguiente libertad. Pero también hay choque a modo de crítica cuando se habla de que “no son culpables por haber nacido negros, latinos o rojos”
“Somos culpables por ser inocentes y sobre todo por serlo en el lugar que no era”
En la cárcel se habla de los prejuicios y de los miedos, de los asesinatos y de su día a día. Otros compañeros de Sonny son Rafael, Frank y Tino Seisdedos. Son personajes descritos con gran cantidad de detalles: siniestros, grotescos y tristes quienes se encomiendan a Dios y de quienes conocemos gran cantidad de detalles, así como tal conocemos cómo se identifica a cada uno de ellos.
En cuanto a las descripciones cuando proceden, el autor se deleita al mas estilo puro de otros comparables para dar lugar a las pesadillas de sus protagonistas o cómo son sus vigilantes aburridos mientras suena la sinfonía nº 9 en mi menor. Sonny suena con la libertad y conocemos también sus primeros pasos en Nueva York.
A la vez conocemos el funcionamiento interno de la cárcel, los despertares y las normas internas, así como una clara crítica al sistema penitenciario de Norteamérica, unido a la intoxicación alimentaria contra la salud pública. O la situación a la que se someten los propios familiares
En la novela no falta el humor de la mano de varios temas unidos al deporte y de la ironía a través de los cuentos de los hermanos Grimm o Mark Twain combinado con las reflexiones que los presos hacen de ellos mismos.
“Para alcanzar el futuro fabrica tus alas”
Conocemos el olor de las cocinas en la prisión, cómo son las jaulas individuales o grupales, qué se escucha y lo que hablan. Así como lo que fuman y lo que se huele por las ventanas, pero también si hace falta se dan aclaraciones sobre “El secadero”. El autor califica a Barry White como el más grande de todos los tiempos y hace referencia a una película conocida por todos con la frase de “¡Oh capitán, mi capitán!” Compartiendo a la vez un fragmento de la prodigiosa Montserrat Caballé o de Frank Sinatra unidos también a retazos de películas.
“Nunca te rindas. La suerte sonríe al valiente”
En alguna ocasión sabemos cómo habla alguno de sus personajes por el deje andaluz con la z o la forma de enfatizar las palabras, sabemos si están más tranquilos o más furiosos. Pero también la novela nos adentra a través de una combinación entre la violencia, la retrospección interior, la supervivencia y la amistad.
“Las cosas son como son, no como nos gustarían que fueran”
Sentimos el miedo que sienten sus protagonistas, y sus historias en lo penal, las detenciones, los códigos del silencio y la actualidad de la mano de no creer todo lo que sale en internet creado por la inteligencia china y la calificación de la fotografía como el lenguaje artístico del siglo XX. Así como el planteamiento de la información veraz a través de Wikipedia o qué fuentes se deben consultar.
Conocemos las palabras empleadas en la prisión por los delincuentes, a la vez que conocemos las funciones que realizan en ella, mezclado con un cierto toque de humor negro y con referencia a los deportes. También de las muertes, de las peleas, de la huida y del pánico.
En el capítulo tercero titulado “Baile de primavera” se realiza una aclaración al principio del capítulo basado en testimonios de fugas reales, personajes imaginarios y situaciones que pueden herir la sensibilidad del lector. Así como la historia de los presos, la cultura que les acompaña y el patriotismo en el centro penitenciario y la posterior revancha. Se dejan entrever en la trama temas como la desconfianza de la humanidad, el racismo, la inmigración, la xenofobia, y el miedo.
En todo momento sabemos qué siente y qué sufre Róbinson así como lo que pasa por su cabeza mientras es condenado y pierde la esperanza por la supervivencia. Creo que el autor con esta novela ha querido rendir homenaje a quienes no tuvieron la oportunidad de defenderse (por su color o por su raza) y que fueron olvidados por la historia
En definitiva, una novela totalmente recomendable sobre la historia de los presos, los criminales, los charlatanes, los asesinos, los drogadictos y los guardias que va a ocasionar al lector una gran introspección y brutalidad unido a una realidad física en la cárcel y a la personalidad de sus personajes. Una mezcla entre la dureza de estar encerrado y el mundo interior de cada uno de sus protagonistas. De lo que se oye pero no se exterioriza, un canto a la libertad y también por qué no decirlo a la melancolía, a la belleza y al resonar de la mente que nunca desaparece.
La novela acaba con unas Últimas palabras vitales en la que el autor nos habla de su vida de adulto y de cómo consiguió su premio literario y fue guardado en un cajón en un periodo de estancamiento y que vio aprovechado a raíz del confinamiento. Sabemos que la novela está dedicada a Fulgen y que el libro se acabó de escribir en Tudela, diciembre 2022