En el mundo de las bibliotecas y la gestión del conocimiento, pocos nombres resuenan con tanto impacto como el de Frederick G. Kilgour. Nacido en 1914 en Springfield, Massachusetts, Kilgour fue un pionero cuyo trabajo transformó la forma en que las bibliotecas gestionan, comparten y acceden a la información. Su mayor logro, sin duda, fue la creación del OCLC (Online Computer Library Center), una organización que revolucionó la forma en que las bibliotecas colaboran y organizan sus catálogos.
Los Primeros Años de Kilgour
Kilgour comenzó su carrera como bibliotecario en la Universidad de Harvard, donde rápidamente destacó por su capacidad para combinar su profundo conocimiento bibliotecario con las nuevas tecnologías emergentes de la época. Con una visión clara de lo que la tecnología podría ofrecer al mundo de la bibliotecología, Kilgour no se conformó con los métodos tradicionales. A principios de la década de 1960, fue uno de los primeros en percatarse del enorme potencial que la informática podría tener para mejorar la eficiencia en el procesamiento de la información y el intercambio bibliográfico.
La Creación del OCLC
En 1967, Kilgour fundó el OCLC en la Universidad de Ohio, con el objetivo inicial de crear una red de bibliotecas que compartieran un catálogo bibliográfico único. Antes de esta innovación, las bibliotecas trabajaban en gran medida de manera independiente, lo que generaba duplicación de esfuerzos en la creación de registros de catálogo y dificultaba el acceso a los recursos compartidos entre instituciones. Kilgour propuso una solución simple pero revolucionaria: un catálogo cooperativo en línea que permitiera a las bibliotecas de todo el mundo colaborar y compartir recursos.
El primer producto importante del OCLC fue WorldCat, lanzado en 1971, que permitió a las bibliotecas catalogar y localizar libros de manera cooperativa en un sistema en línea. Lo que comenzó con unas pocas bibliotecas de Ohio, se expandió rápidamente para convertirse en la mayor red bibliográfica del mundo, con millones de registros que facilitan el acceso global a los recursos de las bibliotecas. WorldCat ha cambiado la forma en que los usuarios pueden acceder a la información, permitiendo la interconexión de bibliotecas de distintas regiones y países.
Impacto en las Bibliotecas
La influencia de Kilgour y del OCLC no puede subestimarse. Antes de su creación, el proceso de catalogación era manual, costoso y consumía mucho tiempo. Con la automatización y la centralización que ofrecía OCLC, las bibliotecas pudieron reducir costos, optimizar el tiempo de sus bibliotecarios y ofrecer un mejor servicio a los usuarios. Además, esta colaboración permitió la creación de un sistema de préstamos interbibliotecarios que amplió enormemente el acceso a libros, artículos académicos y otros materiales.
Kilgour fue también un defensor del uso de nuevas tecnologías para mejorar el acceso a la información y reducir las barreras de entrada. Su visión del acceso compartido ha sido clave en la evolución de las bibliotecas hacia espacios más interconectados y accesibles para usuarios de todo el mundo.
Legado Duradero
Frederick Kilgour falleció en 2006, pero su legado sigue vivo en cada biblioteca que utiliza OCLC para facilitar el acceso a la información. Gracias a su trabajo, las bibliotecas no son solo guardianas del conocimiento, sino que ahora pueden compartir sus recursos a nivel global, haciendo que la información esté disponible para una audiencia más amplia.
El impacto de Kilgour no se limita solo al ámbito bibliotecario; también fue un precursor de la visión moderna de la gestión de la información. En un mundo cada vez más conectado digitalmente, su enfoque colaborativo ha allanado el camino para las iniciativas de acceso abierto y la democratización del conocimiento.