De nuevo la fantasía vuelve a mis manos, de mano de la autora Akari Berganzo con el título Vibeke: nocturno entre luciérnagas. Lo primero que quiero destacar de este libro, es que la portada está realizada por la propia autora y es una auténtica belleza.
El libro va dedicado a su gatita Nori, a la Editorial, a su corrector literario, al lector que disfruta del libro y, sobre todo, al Universo. El libro está dividido en cinco capítulos titulados así: A pies descalzos, Cuando los árboles perecen, El viaje, Siete minutos y La contemplación.
He de resaltar que a esta autora le gusta mezclar el tema de la fantasía con el autoconocimiento, así como momentos en que la ciencia y la física se entremezclan en la lectura. Se nos comienza contando la historia de Einstein con su teoría y la historia de nuestra protagonista como parte de su historia, y el cómo habría sido su camino si hubiera sido diferente.
Me ha llamado la atención la cantidad de detalles, y descripciones que nos encontramos en la novela con la máxima precisión y ubicada en Copenhague. Lo primero es conocer a la protagonista, Vibeke es una persona reflexiva, desilusionada, obsesiva, dubitativa, creativa, fugaz, una chica fuera de lo común y con un peso social que lleva a sus espaldas por sus padres. Y su nombre va a aparecer en todo momento a lo largo de la narración.
Vibeke es una persona que revive sus sucesos y que en todo momento tiene sus emociones al límite y en ocasiones podemos sentirlo con ella. Al igual que su forma de llorar y de expresar sus sentimientos que se suceden por lo que acontece. Es la primera es desvelar sus emociones y todo a su alrededor es una pregunta. El misterio en la novela es que su alma es la que va a elegir vivenciar otra realidad diferente.
Y entonces en la novela se nos habla del salto cuántico, del cómo una persona puede estar en un lugar y en otro a la vez. Y se empieza desde el momento de la gestación y el cómo encontrar un lugar en el mundo espiritual. Aparece un hombre con el que siente una relación de dependencia, pero sin embargo no puede dejarlo. Y luego aparecerá otra persona que sí de verdad la quiere.
Vibeke toma medicación y se siente presa del sistema, y en muchas ocasiones la encontramos divagando con su psique. Ella misma se siente como Alicia, en el cuento. Pero llega un momento en que su razonamiento pierde contacto con la realidad. Su alma ha decidido olvidar su rostro y está inerte ante la existencia.
Ella revive su origen desde el feto que fue y desde la exigencia, así como de la manera que creció y se vio sometida. Es una persona insatisfecha del mundo y de sí misma. Es capaz de contemplar su ayer y tiene grandes recuerdos en casa de su yaya (con quien pienso que la autora guarda gran cariño). Vibeke teme hablar y también callar.
Es momento de conocer a su madre, una persona tóxica, a lo que todo le parecía mal. Y ANSGAR es un chico por el que siente atracción Vibeke. Nuestra protagonista se encuentra perdida y busca soluciones y lo hace desde la física cuántica. Ella debe solucionar sus miedos y en todo momento parece que el narrador sea el que esté contando la historia de Vibeke. Ella es capaz de apartarte de la realidad y gracias a ello alcanzar la libertad.
Sabemos cómo fue su infancia y su realidad no se corresponde con lo que está viviendo. Sus padres no se ocupan de ella a nivel emocional, de lo que ella necesita y de cómo enfrentarse a una sociedad para la que no está preparada. Ella se siente alterada y tiene las emociones desbordadas.
He de destacar el gusto de la autora por el arte heredado por su abuela que deja impronta en la novela a través de los Museos y Galerías de Arte que visita Vibeke, pero en concreto tengo que destacar a Marc Chagall.
Vibeke se encuentra también actuando en el teatro, y en todo momento quiere saber el tipo de persona que era. La gente se su alrededor cree que se ha vuelto loca, porque no concuerda su vida con la realidad y es un momento duro de la novela porque es ingresada en un instituto de cuidado mental. Es momento de tratar su vida como una dualidad, explicada por Hawking. Vibeke solo quiere llorar y no encuentra consuelo.
Vibeke ya no sabe si lo que ve es real o son alucinaciones provocadas por la medicación, de pronto se encuentra en casa acompañada por un chico y por un perro que se encuentra en otro lugar, y no sabe lo que está ocurriendo porque no tiene contacto con el mundo exterior. A través de la novela se lanzan muchas preguntas y ella quiere saber si está en su vida o es producto de su imaginación.
Ella como hemos comentado anteriormente ha tenido una relación con un chico, pero ahora la relación se ha roto, ocasionada por el perfeccionismo de él y la relación con sus padres y de momento se encuentra con él y le propone de ir a cenar. Ella en todo momento necesita respuestas porque no entiende nada. Y en este momento conocemos el cómo se conocieron a través de amistades comunes. Vibeke no distingue entre la realidad y la ficción. Ella es capaz de ver a su alma, pero hay momentos en que en lo terrenal también ocurren cosas y no sabe darle explicación. Todo es muy raro.
Nota que su vida está fuera de control y debe buscar en su mente los recuerdos. ¿Fue real que se casó? Quiere pruebas, pero tampoco encuentra los papeles. Sabemos que hay dos hombres en su vida Ansgar y otro del que no conocemos su nombre, pero debe perdonar y soltar por lo ocurrido. Vibeke añora la valentía y sentimos con ella que si hubiera una segunda oportunidad la existencia sería de otra manera.
Vibeke llega un momento que cree volverse loca porque no sabe quién es. Elige su ropa y se siente como una marioneta del cosmos e intenta desvelar su existencia, su vida va paralela a través de saltos cuánticos, pero también debe luchar contra sus emociones. Su mente busca respuestas ante tanta incertidumbre.
Hay un punto en que la protagonista se encuentra en una clínica y le dan una noticia inesperada para ella. Es como si hubiera estado dos o tres años en blanco y no recordara nada, como si hubiera vivido lejos de esta realidad que le ocurre ahora y que le está arrebatando la vida. ¿Quién era yo? Le silencian sus preguntas y busca una solución. Hay gente que piensa de ella que está loca, termina su relación con Ansgar y vuelve a Londres donde debe renacer y curar sus heridas.
Aquí también conocemos los gustos de la autora amante de la ópera, del teatro y del arte como comentábamos anteriormente. Conocemos a Garnier y su historia, al igual que la historia de Christtine con el canto. Vibeke al observar siente las emociones ajenas y no lo puede evitar. En parte de la novela se realiza una crítica a la sociedad en la que se afirma que somos números y nada más y en el que se desvirtúa al ser humano.
Llega un momento en que se da cuenta de que están experimentando con ella en el hospital y se encuentra sedada. Su compañera de habitación es Gretti y su familia quiere su dinero. Nuestra protagonista tiene que vivir situaciones muy complicadas en las que la psique le hace volver a recordar, hasta llegar al vacío mental. Conocemos otro personaje que es el Doctor Abels que es quien le receta toda la medicación que está tomando, y al que de nuevo las descripciones nos hacen verlo tal y como es. Vibeke se encuentra perdida y en la que no puede ejercer su libertad de acción. Se siente sola y reflexiona sobre cómo rescatarse del vacío social y político en el que se encuentra, así como tener que sentirse adulta siendo joven. De nuevo, la crítica en que si alzas la voz te tachan como peligrosa y te pueden llegar a aislar. Y también se habla sobre la vida y los derechos de los animales.
Tal y como empezamos a lo largo de la novela y por la relación con la física cuántica se nombra en varias ocasiones a Einstein. Se siente atormentada en una realidad que le sobrepasa y debe recordar su línea del tiempo, ya que no sabe cuál es el fin de su vida. Hay un momento en que podemos sentir la angustia de la protagonista y en la que nadie le escucha, es momento de reflexión y la autora se acompaña de una de Hugh Everett.
“El mundo se conforma solo por diversas cuerdas que exponen realidades diferentes”
De nuevo y finalizando la novela es como si todo se hubiera colocado en su lugar. Nos encontramos en escena una estación de tren en la que los médicos entran y salen de manera despavorida. Y ella se siente que ha sido utilizada tal y como las ratas en un laboratorio, con un experimento. Se nos cuenta las emociones y pensamientos de los pacientes y la historia desde fuera. Llega la ansiedad y la desesperación de nuestra protagonista llega al fin, y el cómo se escuchó su historia y su nombre. Vibeke llevó una vida triste, llevándola al límite de las resistencias y humillada a través de historias desdibujadas.
Es momento de retroceder y de contar la historia desde el vientre de la madre, en el que ya el feto se sentía rechazado, temeroso. Ya muchas emociones para entender y perdonar al cosmos. De nuevo el tiempo para encontrar soluciones y piezas sueltas en un puzle que tiene que aprender a vivir. Es momento de romper sus recuerdos y vivir una vida nueva con lo que ya sabe. Es momento de soltar, amar y perdonar, así como entender su naturaleza en la que no logra asimilar sus hechos ni sus sueños.
“No siempre el futuro es lo que se espera”
Sabemos que el vínculo entre madre e hija nunca existió y el cómo iba a cuidar de un ser que esperaba y en el que se pregunta ¿por qué debo amar algo que no busqué? Se habla sobre la maternidad y de lo preparada que debe estar una mujer para recibir a un hijo en esta vida. Quizá tenga que ver mucho la historia de nuestra protagonista con esta que cuenta en el trasfondo.
No lo he comentado anteriormente, pero en todo momento nuestra protagonista se encuentra y se siente sepultada en el agua, y a través de una prosa con máxima belleza se nos describe en los momentos en que se encuentra ahí.
Damos por finalizada la novela y os animo a todos a adentraros al mundo de Vibeke. Mi más sincera enhorabuena a la autora Akari Berganzo.