De nuevo me encuentro ante un libro de aventuras escrito por Luis Pérez Lloret, llamado Arizoniano. En esta ocasión, la trama se centra en la historia de Arizona y el autor lo envuelve en sus personajes para contarnos la historia pero sobre todo en la venganza y en la justicia.
Comenzamos con un prólogo en el que se nos cuenta la historia de Arizona, su clima y los dos centros urbanos más destacados Phoenix y Tucson. También conocemos de manera anecdótica sus apodos. De la mano de Luis y acompañado de buena documentación, conocemos que fue ciudad de indígenas y cómo fue colonizada por España. Luis quiere hacer un homenaje a los españoles que colonizaron las tierras porque Arizona ha sido lo más hispano de territorio americano.
El primer personaje que nos encontramos es Gerónimo del Murtal conocido como “el apache” y también sabemos su nombre en lengua latina. Nacido en junio del año 1829 en México, se decía de él que era un hombre medicina y que tenía atributos místicos, además de ser adivino. A pesar de ello a través de su hija Naiche, sabemos que no dr escuchó oír nada bueno de él.
El libro se divide en capítulos cortos que nos van indicando los lugares que recorre nuestro protagonista principal. Empezamos con Agua Prieta y acabamos con otro titulado Cuenta saldada.
De Agua Prieta sabemos quién vivía allí en el siglo XIX, y los trabajadores que se dedicaban a la mina de cobre. Conocemos el lugar y quién lo presidió. Son muy curiosas las descripciones tan detalladas de los lugares. Sabemos el ataque que sufrió y el material que se construyó para la guerra, así como sus defensores. Y también sabemos que fue donde se fraguó la última batalla de la revolución mexicana.
Acompañando siempre a Gerónimo tenemos a su caballo Centauro. Fiel compañero y que no va a dejar en ningún momento. Luis nos describe la vegetación y paisaje del lugar así como las heridas que le ocasionaron la guerra por la lucha. El objetivo de Geno es llegar a Tucson, pero en el camino se va a encontrar con muchos inconvenientes, pero debe encontrar la granja de su padre.
Al otro lado Pancho Villa, un guerrillero sin causa. Un hombre analfabeto e influyente y que sueña con gobernar el país. Es Villa quien va a atacar la Hacienda de Cavaria. Hablar de Francisco Villa, es hablar de Doroteo Arango. Él es un fugitivo que ha huido por disparar a los terratenientes y por asaltar pueblos y delinquiendo, ganándose con ello la lealtad del jefe de la banda.
Gero también debe huir de Agua Prieta a pesar de que no quiere porque se niega a luchar contra el gobierno mexicano. Él va viajando a lo largo de toda la novela y sabemos en todo momento el lugar que pisa por sus descripciones, historia, fundadores, etc.
Hay un capítulo dedicado al propio Gerónimo del Murtal, y se nos cuenta por donde debe ir con el caballo para conseguir su objetivo final y el camino por el que debe transitar. Conocemos también las montañas de Chiricahua y los animales que habitan en ella. Rodrigo es padre de Gerónimo y es dueño de un rebaño de yeguas.
La llegada al lugar de destino no es tal y como esperaba, se lo encuentra todo destrozado, ha habido un robo y es tal la desolación de Gerónimo que acude a la casa familiar de su madre en donde se entera del fallecimiento de su padre. A partir de aquí, el protagonista entra en cólera y no va a parar hasta encontrar los asesinos de su padre. Además de la llegada del sheriff y del sacerdote, Gerónimo quiere ir más allá y saber con qué arma se ha disparado a su difunto padre.
De nuevo se encuentra solo y los recuerdos le invaden, su cabeza no le para y los pensamientos le aturden, en relación a su padre. Su madre sabemos que falleció cuando él era joven y de nuevo la importancia a la familia y los recuerdos se recalcan en la novela. Es un ser que se caracteriza por ser romántico pero se siente huérfano y quiere venganza. Además quiere enfocarse en la política y en mejorar la vida de la gente autóctona. Es una persona que mira por los suyos y antes de marchar los deja a todos arreglados.
Guadalupe es la persona que se va a dedicar de poner el alimento en esta novela y no podía faltar, por el gusto por el autor por la comida. Es algo que me llama la atención de las novelas de Luis Pérez que en todas hay hueco especial para que sus protagonistas no pasen hambre y coman bien. Ella es la encargada de guardar en la despensa los alimentos y de realizar las labores del hogar.
El próximo lugar de destino es Willcox, de nuevo sabemos donde está ubicada, y su clima. Aquí sabemos que el robo fue muy planificado, pero la suerte que va a tener Gero es que se va a encontrar en el camino gente que le va a facilitar la pista del asesino de su padre. Es Ponciano quién a lo largo de la novela le va a echar una mano en todo lo que pueda, es como su hermano. Y de Willcox llegamos a Raso, además de describirla, sabemos en el año en que fue fundada y el cómo se llegaba a ella.
A través de la llegada a un bar conocemos que el hombre herido ha sido curado allí y que se le fue alquilada una habitación para reponerse. Es curioso al punto que llega la investigación porque es el propio Gero quien quiere saber y practica con la bala que mataron a su padre y que la tienen en el bar donde se encuentra ahora y con ello llegamos a Fort Grant que es una antigua fortificación que fue utilizada como prisión en Arizona.
El caballo que acompaña a Gero sabemos que se llama “Centauro” como el apodo de Villa. Sabemos el nombre del asesino de su padre y hacia dónde se dirige porque la gente que se va encontrando en el camino se lo va facilitando, porque su padre no se merece un fracaso. A lo largo del camino también conocemos las frutas típicas de los lugares y se describen con precisión los descansos que hace nuestro protagonista cuando la noche le envuelve.
Se une esta historia con la llegada del ferrocarril y el presidente norteamericano de la época Franklin y lo que hizo por Arizona, unido a los barcos de vapor y la minería. Isabel se llama su novia, que aunque no se nombra mucho en la novela, el protagonista la tiene presente durante toda ella. Lo más importante para Gero es que no le descubran y durante sus reflexiones conocemos la historia de su padre.
Gero ahora se dirige a Aravaipa y San Carlos. Hay que destacar la importancia que da a la familia de nuevo en esta novela y cómo su tía descubre quiénes son los asesinos de su padre. Lo que tiene claro Gero es que va a ir a por ellos y que se va a casar. Las pistas lo dirigen al Condado de Gila y de nuevo se describen los paisajes que va observando. Y otra ciudad Christmas–Anthem que aunque nos recuerde a la Navidad es una comunidad del Condado de Gila de la que también conocemos su historia.
De Aravaipa conocemos que es una ciudad minera y ganadera y que para llegar a ella no se ha encontrado con muchos obstáculos. De nuevo, y una vez más es la gente cercana de la población la que sigue dándole pistas a Gerónimo, y en esta ocasión, es en una barbería. Y a lo alto se dirige Gero, a la cima, y escucha voces de los cuatreros de los que quiere ir hacia ellos.
Estamos en época de Zapata y sabemos que fue un ideólogo e impulsor de las luchas sociales. Es Gero quien dispara contra los enemigos, pero hay uno que consigue escapar. Es momento de verificar que estas personas han sido los verdaderos asesinos de su padre, y Gero encuentra una alforja con los papeles de su progenitor. Es momento de volver a encontrarse con Ponciano y le cuenta las peripecias de su aventura para retomar el camino hacia Tucson.
Acabamos con un epílogo en el que gracias a su padre adoptivo, Gero se anima a investigar. Ponciano lo considera como su hermano de leche, y es nuestro protagonistas quien rompe el compromiso con Villa. El único superviviente herido sabemos que es Miquel Forrest y es ingresado en un hospital de enfermos mentales.
La escrilia da por finalizada la novela en el que se conoce el topónimo de Tucson, su ubicación y el clima. Sabemos quién la fundó, y se cuenta la leyenda de Cochise que aparece retratada (según nos comenta el autor) en series y películas.
Un rendido homenaje que ha querido realizar su autor Luis Pérez LLoret a la historia de Arizona y sus ciudades colindantes. ¡Mi más sincera enhorabuena!
