El papel sellado que durante siglos se ha utilizado en las escrituras públicas fue introducido por primera vez en el mundo en 1637 por Castilla. El Consejo de Hacienda ofreció a Felipe IV el impuesto del papel sellado como medio para dar seguridad jurídica a los documentos y, además, incrementar las deficitarias arcas de un Estado empeñado en ruinosas guerras. Resultó ser una estimable fuente de ingresos para la Hacienda Pública. Por la real pragmática sanción de 15 de diciembre de 1636, se estableció desde el 1 de enero de 1637 el uso obligatorio del papel sellado en Castilla para la redacción de escrituras públicas. Si no estaban en papel sellado, los documentos públicos carecerían de valor.
Posteriormente se extendió a otros países. El ministro francés Colbert lo introdujo en Francia cinco años después junto con otras tasas lo que generó una revuelta popular en 1675 conocida como la “del papel sellado”. En la Corona de Aragón se extenderá el impuesto del papel sellado a partir de 1707.
El papel sellado aparece como un membrete impreso en la cabecera del papel con elementos como las armas reales, a veces una cruz, el año del papel, el monarca reinante, clase de papel sellado y precio.
Se emitieron cuatro clases de papel sellado en España en 11637:
– 1º de 272 maravedíes.
– 2º de 68 maravedíes.
– 3º de 34 maravedíes.
– 4º de 10 maravedíes.
Como estas tarifas no eran asumibles por las clases modestas, se crearon por real cédula de 31 de enero de 1637 dos nuevos valores denominados “para despachos de oficio” y “para pobres de solemnidad” con un valor más moderado de dos maravedíes.
Así, el Estado ha emitido anualmente y sin interrupción el papel sellado, con modificaciones de diseño, valores, sistemas monetarios, colores, sobrecargas, habilitaciones y un largo etcétera. Más de 2.000 papeles sellados diferentes se han emitido sólo en España, sin contar con las antiguas colonias. El Archivo Municipal de Requena conserva cientos de diferentes modelos de este papel sellado.
Efectivamente, los acuerdos municipales del Ayuntamiento de Requena ya están timbrados con papel sellado desde 1637, primer año en vigor de la normativa. Es un sello cuarto de diez maravedíes que lleva el escudo real y el lema “PHILIPPO IIII, el Grande, Rey de las Españas, año XV de su reynado. Sello Cuarto X mrs. Para el año MDCXXXVII”. Como al nombre de Felipe IV le seguía el calificativo “el Grande”, ante la impopularidad del impuesto, la gente lo transformó satíricamente en “Felipe IV el Grande Tributador”.
En 1643 se empleó por primera vez la rehabilitación que supone el resellado del papel sobrante para ser reutilizado cuando se cambiaba de rey, año o por otra circunstancia. Como ejemplo, mostramos un papel sellado de 1651 en que se indica “valga para el año de mil y seiscientos y cinquenta y uno”.
A veces lo indicaba el escribano con una coletilla que acompañaba al timbre impreso. Es el caso que exponemos de junio de 1789. Fallecido Carlos III en diciembre de 1788, seguía haciéndose valer el papel sellado de su reinado, pero con el añadido manuscrito de “Valga para el reynado de Su Majestad el señor don Carlos Quarto”.
Más curioso incluso es el resellado del absolutista Fernando VII que exhibimos de 1714. Además de resellar el papel sellado de 1813 como de 1814, en el escudo se tacha por el manuscrito la alusión a la monarquía constitucional, ya que el rey, en uno de sus giros absolutistas, había abolido la Constitución de 1812.
A Luis I, dada la brevedad de su reinado, 229 días en 1724, no le dio tiempo a sellar papel propio, así que exponemos un papel sellado con el escudo de Felipe V, pero utilizado por Luis I, su hijo.
Hasta 1833, el papel sellado aparecía con las armas reales de cada monarca. A partir de 1844 y hasta 1869, el escudo real es sustituido por imágenes ligadas a la mitología griega y romana, como Mercurio, Ceres y Atenea, o a diversas actividades, como la Justicia. Cada sello representa una alegoría y divinidad distinta. Y así aparece en las actas de 1844 del Ayuntamiento de Requena con la diosa romana Ceres de la agricultura con representación de espigas y una antorcha encendida.
A partir de 1870 aparece la alegoría de la matrona que persistirá en diferentes tipologías como imagen visible del sello de tinta e irá cambiando con los distintos gobiernos. Mostramos un curioso papel sellado con la matrona y el lema de impuesto especial de guerra, acompañado del escudo liberal de Requena adoptado en 1837 con el diseño del médico Pascual Ripollés.
El papel sellado no está exentos de errores tipográficos como los cometidos en los años 1764 y 1765 con las letras “N” al revés. Y así lo mostramos en este ejemplo de un acta municipal de Requena de 1765.