Tras llega a mis manos el libro ¿Eres el profe que te hubiera gustado tener? del autor Nino Cervera, solo tengo elogios y felicitaciones para el autor por esta obra magistral que debería ser de lectura obligatoria para todo aquel que va a dedicarse a la enseñanza y a los que no también.
En pocas ocasiones, me he encontrado libros tan completos como éste, en el que la práctica junto con la teórica realizan un tándem perfecto para ocupar el tema que vamos a tratar como es el de la educación de nuestros hijos y de los objetivos a cumplir. Es curioso cómo el autor cede parte de sus largos años de estudio para englobarlo en un libro de 198 páginas que lo lees en un plumazo, pero que te enseña tanto.
El autor nos ofrece desde el principio un capítulo llamado cero dedicado al lector, en el que nos va a detallar y explicar de qué manera leer el libro, comenzando con una frase muy significativa “Este libro es para ti” y con un espacio para que personalices tu libro. Se nos dice que es un libro multiusos y contiene un manual de instrucciones para poder aplicar en clase junto al alumnado.
Cada capítulo se subdivide a la vez en cinco partes: inspiración, convencer, ¡lo entreno!, ¿y el lunes qué? Y ¡de un vistazo! Sugerente, ¿verdad? Y acompañado a ello una filosofía que se repite a lo largo del libro “todo cambia si tu cambias”. Cada capítulo también comienza con un título sugerente, el primero se titula Contenido que merece ser aprendido, ¿para qué? Para finalizar con otro titulado La vocación. Y en cada uno de los capítulos se repiten esas cinco partes.
“El colmo de la estupidez es aprender lo que luego se va a olvidar” (Erasmo de Rotterdam)
El libro basa sobre pautas, métodos, consejos, y una infinidad de ejercicios prácticos para ti y sobre la aplicación en el aula que puedes empezar a llevarlos a cabo desde ya. Lo que el autor pienso que ha pretendido es crear conciencia sobre un cambio educativo, y sobre lo que realmente es importante a la hora de enfrentarse a la enseñanza y a los alumnos.
También hay lugar para la crítica, en el que se lee entre líneas que el modelo educativo en España está obsoleto y que es absurdo estudiar para escupirlo en un examen y luego no acordarse nunca más. O de hablar horas y horas en clase sobre una materia, (que luego no les va a servir para nada) y quitar tiempo para lo realmente importante que es lo que van a poder aplicar en el día a día de sus vidas.
Se trata de impartir clases que nos hubiera gustado que nos hubieran dado, y no tanto teóricas sino dándoles una vuelta y creando un espacio de creatividad que el alumno también necesita, en definitiva, poder educar al alumno para la vida real elaborando así un ambiente en el aula relevante y atractivo que capte su atención. Transmitir a los niños que amen una asignatura y fomentarles las ganas de aprender a través de curiosidad y anécdotas, así como la manera de enfocar la materia de un punto de vista diferente.
Son curiosas las palabras que el autor se ha tomado la licencia de inventar (por dar rienda suelta a la creatividad) y que las descubriréis a lo largo de la lectura. Por poneros un ejemplo de alguna hackrear y alguna más que no recuerdo.
Pasando también por las habilidades que todo profesor debe entrenar para que el conocimiento llegue a ser útil y aplicable. En este capítulo se nos habla sobre el método kaizen, un concepto japonés y se nos compara el conocimiento a través de una pizza y sus ingredientes. Es increíble la cantidad de ejercicios prácticos y ejemplos que nos regala el autor para dedicar más tiempo a lo que marca la diferencia. Hay lugar también para la ternura y la desgracia, con el ejemplo de Tully la niña que vio venir el tsunami de Indonesia y salvó la vida de 10.000 personas.
Para dar paso a la evaluación “si queremos conseguir algo que nunca hemos tenido, tendremos que hacer algo que nunca hemos hecho”. De nuevo la crítica está presente en este capítulo que tiene como fin no analizar simplemente una calificación sino dar valor al talento, que un mal profesor o un mal comentario puede cambiar tu vida para siempre. Fomentar el trabajo cooperativo y la necesidad de cambiar también el tipo de exámenes que se realizan, pero ahora en grupo. También de la capacidad de coevaluación y de autoevaluación. Se nos muestra una tabla con los verbos aplicados en la taxonomía de Bloom y de trabajar los exámenes con apoyo dando a entender que el error es fuente de aprendizaje. “El error no es fallar sino intentarlo”, así como tener muy presente esta frase que ya la he oído en alguna ocasión “unas veces se gana y otras se aprende”. Se nos habla de la técnica PCI y del desarrollo del fomentar el talento del alumnado. De poner de un lado al miedo y pasar a la motivación, y dar lugar al alumno a que tenga voz y se sepa expresar en condiciones. Aquí el autor, deja el peso al profesorado ya que “de nosotros depende”.
¿Cuántas veces pensaste si la clase que te dieron habría podido mejorar? Pues de esto trata este próximo capítulo en el que se habla del alumnado en el centro y se nos explica a través de la pirámide de Glasser las tres técnicas. De la importancia de que la teoría se ponga en funcionamiento y de que se termine con gusto. Dar lugar al aprendizaje en el que la comparación y el contraste ganen terreno e insistiendo de nuevo en el trabajo cooperativo. También se nos explica las rutinas de pensamiento en el que se narra con fundamentos y se hace visible el aprendizaje.
“Si caminas solo llegarás más rápido, si caminas en grupo llegaremos lejos”
La actitud positiva no podía faltar en este libro. En el que volvemos a la filosofía de “si tu cambias, todo cambia”. El autor nos da la visión personal y sus vivencias como profesor y nos invita a ser más cercanos, estrictos y justos utilizando un lenguaje positivo, así como una actitud que se va a reflejar en el alumnado y que probablemente le va a cambiar la vida. De la importancia de poner el foco en lo positivo y cumplir con las consecuencias, así como del significado del ruido cero para la concentración del alumnado.
“Las cosas no se dicen, se hacen porque al hacerlas se dicen solas”
La atención la gran olvidada. Nos da lugar al punto de atención del alumnado al que no se “escucha”. De vivir en una etapa en el que las distracciones son muchas y el alumno se somete a una época de multitareas. De la necesidad de encontrar estrategias para volver a la clase al presente a través de ejercicios prácticos como ¿qué ves en la imagen? Y también se nos explica el método Pomodoro. De la importancia de los sentidos y de centrarse en el aquí y en el ahora, pero en el aula. De realizar clases emocionantes, curiosas y aplicables, de poner el foco en lo importante y en la rutina de los pensamientos acompañándolo de una comida plena y de una respiración adecuada. En definitiva “hacer que su mente esté en clase” y no en otro lugar. Entiendo que Nino trabaja en su aula el mindfulness por lo que comenta en este capítulo además de por las reflexiones que realiza relacionadas con las afirmaciones de que vivimos en el pasado y el futuro, pero no en el presente.
“La vida es eso que haces mientras haces planes”
Los móviles no podían dejar de aparecer si se trata de la enseñanza. Nino le da la vuelta, y utiliza esto para darle la vuelta e incorporarlo como un recurso más a utilizar en el aula. A través del impacto de contenido, de evaluación, de aprendizaje y de crear comunidad, pudiendo gestionarlo en la clase y plasmar las ideas. El autor también nos regala en este apartado una serie de plataformas y herramientas para utilizar a través de las nuevas tecnologías, entre los que destaco los de crear contenido impactante, recursos para evaluar el aprendizaje y recursos para crear comunidad.
La motivación del profesorado es otro aspecto de los que se trata en el libro, en el que nos da el consejo de enamorarse de la profesión. En el que se nos pone de nuevo ejemplos y se nos hace recordar sobre cuáles fueron nuestros mejores y peores profesores. Los educadores deben ser considerados como unos superhéroes por el alumnado y ellos mismos deben estar orgullosos de sus alumnos.
“La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”
Me gusta cómo el autor de vez en cuando resalta frases en negrita para dar mayor énfasis y son las que yo también he señalado para hacer un salto en el camino, porque son frases reflexivas y que te dan para pensar, porque no solo se pueden aplicar a la enseñanza sino también a la vida diaria, porque “la vida es un 10% lo que ocurre y un 90% cómo te lo tomas”. Se nos dan metas de mejora por y para el profesor y los pilares básicos de la educación que son fundamentales para la humanidad. Se nos vuelve a poner otro ejemplo, el caso de Jane Goodall y de nuevo se vuelve a hablar de la motivación y la curiosidad con el objetivo de encontrar lo que nos apasiona.
“Si no eres feliz con lo que tienes, no lo vas a ser con lo que te falta”
De la importancia de conocer a tu alumnado, y de cómo saber gestionarlo frente a una clase conflictiva, y se nos cuenta un caso real estremecedor, que al recordarlo se me ponen los pelos de punta. De la necesidad de conocerlos no solo como alumnos sino como personas que son. De crear espacios en los que es necesario que sean escuchados y de trabajar la empatía. Así como la necesidad de personalizar la educación ya que “no todo sirve igual para todos”. Ayudarles a fomentar el pensamiento crítico y aplicar la teoría de las inteligencias múltiples en la clase. De lo importante que es observarlos como personas y marcarles el camino que deben seguir para que dejen huella.
Para ir terminando con la vocación en el que se nos da la vuelta y se nos reflexiona sobre la importancia de hacer lo que quieres, y perseguir lo que es tu pasión. De la importancia de ganar tiempo al tiempo y de vivir la vida que cada uno de nosotros queremos.
“Los días más importantes de tu vida son en el que naces y en el que encuentras para que naciste” (Mark Twain)
Se realiza de nuevo una crítica sobre la no fomentación del pensamiento individual y se define qué es para Nino la vocación y la creatividad, que a su entender se entrena. También se nos habla de otro concepto japonés, el ikigai que hace poco también lo leí en un libro de Francesc Miralles. Y de nuevo de la importancia de la toma de decisiones en el alumnado.
El autor consigue embaucarnos hasta el final, transmitiéndonos su pasión, vocación y entusiasmo que siente hacia lo que ama, que es la enseñanza y su método que es el que le ha ido bien a él aplicándolo en el día a día con sus alumnos. ¡Cómo me hubiera gustado tenerte como profesor! También de la necesidad de motivarlos y de convertirlos en mejores personas para que se atrevan a lanzarse a comerse la única vida que tienen, la única que jamás tendrán.
Acabamos con una frase de Apolinaire y es importante resaltar en este libro hasta la última página porque es la editorial quien se aventura a pedirnos opinión para así poder utilizar los comentarios en futuras ediciones. Se cierra con dos frases de A. Camús y Thomas Jefferson y Plataforma Editorial nos realiza dos recomendaciones lectoras.
¡Gracias por tanto Nino Cervera!¡Hace falta más profesores como tú!