Aún recuerdo cuando en una conversación telefónica, Amparo me llamó para hablarme de su nuevo proyecto y yo me ponía manos a la obra para ayudarla a encontrar editorial que publicara su nuevo libro. Los astros se alinearon para que fuera finalmente la Editorial Con M de Mujer quien haya apostado por El alma del violín. Y hoy me dispongo a hablar con los lectores de lo que ha significado para mí la lectura del mismo. La lectura comienza con una dedicatoria a su padre y una frase de la obra de George Orwell, La hija del reverendo.
Si hay un tema principal en la novela es la música y si de música hablamos he de deciros que Amparo ha realizado algo novedoso, introduciendo conceptos que separan los diferentes capítulos y explicando al lector el significado de cada uno de ellos, se nos cuenta lo que es el preludio, las suites, etc. que observamos en el preludio que da comienzo a la novela en el que las memorias de Julia Gorgé nos avanza una trama sugerente y letras escritas a fuego y con cariño permanentes para no olvidar.
Os podría decir en pocas palabras que es una historia paralela y que la lectura la vais a disfrutar a viandas entre una y otra, con una magia y nostalgia que hace emocionar al lector. Por una parte, la historia de Daniela y por otra la de Julia, y en la lectura de El alma del violín descubriréis el punto de conexión entre una y otra. Si con Daniela nos situamos en el año 2014 con Julia lo hacemos en la época de la Guerra Civil Española.
Cuando se habla de Daniela, el capítulo comienza con el nombre de una población gallega, y el lugar donde se sucede la escena acontecida y cuando hablamos de Julia, se comienza siempre y sin alteración con Las memorias de Julia. La escritora ha querido dejar impronta de esta historia, para que nunca se olvide y quede perenne en la memoria de todos.
La escena comienza en Coruña en diciembre de 2014 y Daniela una mujer de 52 años es una mujer que vive una vida monótona, cuadriculada y tiene como “obligación” continuar con el patrón familiar que le han inculcado. De primeras la vida de Daniela ya me ha dado algo de pena, al retratarse a una mujer con la vida impuesta, pero de la que podemos extraer que es una vida vacía y en la que no se es feliz, consecuencia de ello se produce una crisis matrimonial con Álvaro. Ella tiene a sus hijos que están de Erasmus y un perro llamado Lucas, que es nombrado en varias ocasiones en la novela (la autora sentirá pasión por los animales, no me cabe duda). Daniela en verdad es una buscadora y se deja llevar por su voz interior que le orienta y su vida va a cambiar. A ella le gusta pintar, limpiar y restaurar en la que siente que se relaja en sus momentos de mayor tensión. Pero es Daniela quien ahora no quiere mirar a su vida y sí a la que tiene que descubrir.
Si hay un denominador común que encuentro en las novelas que leo últimamente es el hilo musical que se puede extraer de la lectura. En este caso, El alma del violín tiene también banda sonora y en ella suenan acordes de Billie Holiday, George Elliot, Nat King Cole entre otros, así como la música clásica de Bach o Brahms. Y de los gustos o intereses que tiene el autor/@ de la obra, en este caso, el buen gusto por la comida. O los frescos de Goya. También de los gustos cinematográficos como La pequeña coronela o la referencia a Titanic (en relación con Lutèce).
“El cansancio, ya sea de cuerpo o mente nunca es buen consejero”
Paralela a la historia de Daniela empezamos a conocer la historia de Julia, y la comenzamos por la historia de sus abuelos y su relación con la música. Julia es una mujer que siente amor por las letras y por la música clásica. La ubicamos entre Alicante y Madrid y Julia se retrata como una persona luchadora, rebelde y lectora de Jane Austen que la tiene como ejemplo. Sabemos de la historia de su familia, y a su padre situado en la Segunda República y trabajando en un taller llamado Casa Gorgé y se empiezan a atisbar los primeros indicios de machismo en las afirmaciones que aseguran, ya por entonces, que la política no tiene lugar para las mujeres. Julia tiene que emprender una vida con valentía a pesar de la época de preguerra que está viviendo.
Amparo nos realiza altos en el camino a base de aclaraciones a pie de página para continuar la lectura de manera más ágil. Si he de resaltar algún aspecto que para mí ha sido importante en esta novela es la cantidad de temas tratados que hay detrás de la lectura, como el machismo (violencia machista), la crisis política, la dependencia emocional, pensamientos irracionales (como los de ser mala madre), el futuro laboral o las pensiones. O los lugares que se sitúa la novela en Madrid como el Museo del Prado o la chocolatería San Ginés visita obligada para los visitantes a tierras madrileñas, París o Nueva York (de los que conocemos de la mano de Yehidu, y en el que en el caso de París nos deleitamos con las recreaciones de las construcciones y los detalles de las edificaciones).
Si hay un personaje que rompe un poco la dinámica de la novela, ésta es Fina y a su lado Mammadou (ayudante de la casa de Fina). Una mujer curiosa, que realiza preguntas sin parar y que va asociada al nombre de Daniela. Aparece el primer nombre también asociado a Julia que es Yehudi, una persona que vive por y para la música. Georgie es el nombre puesto por Yehudi a Julia y es una persona crucial en su vida. Olivia es otro de los personajes que une a Daniela y Julia.
Con Julia se nos retrata los periódicos de la época, ABC o El Liberal y no es de extrañar que también de la mano de Daniela se nos relaten en la narración las noticias acontecidas, que por defecto profesional, realiza Amparo por su labor de periodista. También sabemos de los gustos teatrales por las referencias que se realizan a ellos, como el Teatro Calderón. Y del gusto por dar las noticias a través de la radio.
El quiz de la cuestión viene ocasionado por la aparición de un baúl en una casa de campo de Galicia que se encuentra Daniela y que guarda un tesoro muy preciado, porque va a colocar muchas piezas del puzzle para entender la historia de su familia. A través de objetos relevantes como fotografías, lecturas y aspectos intangibles y gestos verbales es Daniela quien va a empezar a recomponer la historia de su familia.
Si hay un guiño en la novela que me ha encantado es el detalle tan bonito de introducir a un personaje de otra autora, Inés Plana, del coronel Tresser. Cuando lo leí me quedé fascinada, por el gesto tan bonito que en un momento de la trama hace su función y que a mi entender es un rendido homenaje a la autora y a la amistad que les une. Es como si fuera una fusión de ambas novelas intercalando a un personaje en otra. ¡Fascinante!
De la mano de Daniela vamos a recorrer Galicia, y los paisajes tan bucólicos y llenos de magia y buena gastronomía en los que se sucede mientras la autora se dirige a esta protagonista femenina. Pasamos por Galicia, por Paris, y por Madrid, Nueva York, pero también nos embarcamos a bordo de Lutèce un barco lujoso del que poco se habló y sí más del Titanic.
A bordo del barco la historia sigue su curso y otro de sus personajes se compara con mujeres que han marcado un hito en la historia como son Clara Campoamor o María Zambrano entre otras.
“La música no entiende de colores políticos”
Hueco también para la historia de España a través de los personajes que nos quiere retratar Amparo. Así como los conciertos que se suceden y la importancia de la música clásica como banda sonora de la novela. Se habla de las milicias del año 1936 y de la Guerra Civil en Madrid. Así como un rendido homenaje a la cultura de la mano de los bibliotecarios nacionales y los libros.
Se nota que Amparo se ha deleitado y ha ocupado muchas de sus horas en documentarse y en extraer información para completar la novela y a la vez realizar un rendido homenaje al violinista Yehudi Menuhin.
La vida de Julia y Daniela no van a ser historias fáciles, pero tendréis que descubrir en la lectura de El alma del violín porque sus vidas se cruzan y qué significa la una para la otra. Así como las crisis que tienen que superar ambas protagonistas porque su vida no fue nada fácil.
Terminamos con un apartado de agradecimientos en el que la autora quiere nombrar a sus lectores, a su profesora de literatura, a Pablo Martos, a Inés Plana y a la gente que le ayudó en cuanto al asesoramiento en el proceso documental también a su boss Mercedes Milá, así como a su familia. Acabamos con una nota de la autora en la que quiere destacar su afición por la música clásica y el rendido homenaje que ha querido realizar en esta novela a Yehudi Menuhin considerado uno de los grandes violinistas del siglo XX. También referencia al barco Lutèce del que pocas noticias se tienen.