Hoy os hablaré del poemario llegado a mis manos No me llaméis poeta del autor sevillano Carlos Serrano Martín que nos presenta su ópera prima.
De entrada, ya el título ha llamado mi atención por la puesta de atención en él, del que ya puedes extraer información acerca de lo que nos va a transmitir o de los valores que le identifican como persona, a mi entender una persona humilde y que no quiere demasiadas florituras cuando se habla de él. Aunque le vaticino un éxito rotundo después de haberme leído su obra.
Nos adentramos por ello en un prólogo escrito por Antonio López Hidalgo, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de Sevilla, en el que solo hay elogios hacia el escritor. De las que destaco entre otras, “el hombre que no huye, al que no le gustan que le llamen poeta” y hace referencia a otras profesiones que admira. Gracias a Antonio López ya conocemos que el autor adopta la realidad a sus sensaciones y a un mundo que nos muestra.
No me llaméis poeta, está dividido en tres partes bien diferenciadas. En la primera podríamos decir que se habla del amor. En la segunda sobre el exterior sin dejar el tono intimista y la tercera la dedicada a la ciudad en movimiento y a sus gentes. Cada una en particular con mayor intensidad que la anterior y máxima delicadeza. Podrían leerse de manera independiente pero el autor ha querido regalarnos esta obra en completo para poder deleitarnos en la poesía pura y los sentimientos desde el tono intimista y desde el corazón.
Estructura del poemario
La primera parte se titula El amor causa demasiadas resacas. Y el título lo dice todo. En él nos vamos a encontrar poemas como Enero, Negarás, Risas, Personalidad 2.0, Pendiente (que es un breve susurro al oído), Auto favor (sobre la melancolía), Guerra Civil, Vivaldi, Nostálgica (sobre el sentimiento de echar de menos a una persona), Poeta en blanco, Calabazas, Al final tú, Utopía, Reloj y muchos otros entre los que destaco el de Piropo en el que una frase me ha llegado al alma “Estoy enamorado de tus defectos, tus virtudes son cuestión de otro poema”. Me ha parecido preciosa esa frase.
Gracias a sus versos, nos hace entender el amor desde dentro, dentro del amor más puro, más vulnerable, más tierno, pero también el más doloroso. Unas letras que llegan directas al alma y que van dedicadas a ti lector que lees su poemario. No hay poema puesto por casualidad ni frase puesta al azar cada uno de sus poemas está puesto ahí por alguna razón y la razón es un regalo para la vista.
Aunque él también es crítico con él mismo en el poema en que nos traslada que el poema Una zancadilla a tiempo no es su mejor poema. Con ello volvemos a resaltar sus cualidades como persona.
La segunda parte se titula Estas líneas cayeron por accidente en un cuaderno (nunca estuvo bien mi cabeza dándole a un balón de fútbol). Como nos dijo anteriormente el prologuista este apartado va dedicado al exterior, quizá por ello esa metáfora con al fútbol. En este apartado encontramos poemas como Espera, Metáfora, Dijo el poeta (en el que el autor analiza la mente humana), Viaje (en el que escribe sobre la injusticia de las guerras) y el poema que da título a este poemario entre otros. Una frase que podría extraer de esta segunda parte es la de “retroceder es positivo, bueno es ser ignorante” referido del poema El muro.
La tercera parte y última se titula La ciudad es un poema en movimiento (la vida es un relato muy largo), que trata sobre la ciudad en movimiento (valga la redundancia) y sus gentes. Vamos terminando el poemario, pero no por ello baja la intensidad. Leeremos poemas como Brújula (en el que se habla sobre la política y los mendigos), Verdad incómoda que ha sido un poema que me ha encantado y en el que tengo que pararme para hacer referencia a dos frases extraídas del mismo “Lo único que se diferencia a unos de otros, es quien sigue su camino y se lanza al vacío” o “Aunque no quieras pasará el tiempo”. También, el poema Cachorro (sobre la soledad), Andenes (ternura en estado puro en el que se reflexiona sobre el cómo decir adiós a alguien en 5 minutos) o Sin novedad (para referirse a que él no es el mismo). También relacionados con aspectos sociales con el poema de Mujer fatal (sobre el tema de las drogas), Favor (en el que te recomienda que no debes permitir que el tiempo gane la partida) o Telediario (sobre las guerras). La ternura en los versos viene de la mano de Abuelo (unido a la nostalgia) y Reiniciar sobre el dolor que producen las emociones. También Mudanza, en el que nos habla del perdón. Y Buenas y malas personas en el que apunta que las buenas leen literatura.
A mi entender en esta tercera y última parte se ha llevado el palmarés por abrirnos el corazón de par en par, y mostrarnos a flor de piel sus sentimientos a través de versos y frases que vas a releer y sentir de la misma manera o cariño con que él las ha escrito, porque es por lo menos a mí lo que me ha hecho sentir.
También el propio autor en esta tercera parte, homenajea a su prologuista con el poema Consulta para nostálgicos con una frase de Antonio López, fruto de una conversación entre ambos.
Para terminar con un muy buen sabor de boca, leemos una pequeña biografía del joven autor. Quien tuvo influencia de Miguel Delibes y Hemingway. Destacando que no usa lenguaje académico y que es un culo inquieto, así como una persona caótica, aunque para nada lo demuestra en su poemario.
Para mí ya has ganado una lectora de tus poemas, te seguiré de cerca. ¡Enhorabuena Carlos Martín!