Inicio del cuento y nacimiento de Bahram

El joyero del tesoro del Misterio descubre así el cofre de las perlas: el cielo posee una balanza con dos platillos, en el uno hay una piedra, en el otro, una joya; de su balanza, recibe este mundo bicolor ora una joya, ora una piedra. Las espaldas de los reyes están sometidas al mismo influjo: el hijo que nace, puede tener de la joya o de la piedra. Unas veces, de la joya nace la piedra; otras, de una piedra falsa surge un rubí. La relación entre Yazdegerd y Bahram era exactamente la de la piedra y la joya y, lo que aún maravilla más es que, donde uno golpeaba, el otro aplacaba; piedra contra rubí, espina contra dátil fresco; aquel que del uno había sufrido la persecución, en el otro encontraba la medicina.

"Las siete princesas” del gran poeta azerbaiyano, Nizami Ganjavi

 

El primer día, cuando el alba victoriosa de Bahram arrebató su negrura infamante a la noche, los astrólogos, alquimistas del cielo, sabios de sol y de luna, buscaron en las balanzas pesadoras de cielos plata de pocos quilates, pero encontraron oro purísimo: del mar había surgido una perla; de la piedra, una joya. Hallaron también un horóscopo victorioso en grandeza y potencia: su ascendente era Piscis, y en él se encontraba Júpiter, acompañado de Venus, como el rubí con el jacinto; la Luna se encontraba en Tauro; Mercurio, en Géminis; Marte estaba en su culminación en Leo; y Saturno, desde la constelación de Acuario, anunciaba que acabaría con los enemigos; la Cola del Dragón se hallaba frente a Saturno; y, en Aries, el Sol. En definitiva, todos los astros testimoniaban, como Júpiter, su felicidad. Cuando nació Bahram, con el horóscopo que he dicho, su padre Yazdegerd, el de mente cruel, maduró y comprendió su suerte; es decir, reconoció que todo lo que él maduraba era acerbo y que la semilla de la injusticia acaba siempre mal. Puesto que todos los hijos que había tenido antes, durante más de veinte años, habían muerto, los astrólogos decidieron que enviara a su nuevo retoño de hermoso rostro desde Persia hasta el país de los árabes, para que allí fuera educado y pudiera hallar fortuna, porque al que encuentra nobleza en un lugar, ese lugar le da suerte, aunque diga el proverbio: «Las regiones toman la fama de los Reyes». Así pues, el padre se separó de él por amor, para que pudiera vivir y, como a Suhayl, cuando hubo partido de su país, le dio asiento en el país del Yemen. Ordenó que llamaran a Numan y confió al jardín el tulipán rojo, para que, esparciéndolo Numan de flores, aquel pétalo de tulipán se hiciera, como el nombre de Numan, afortunado y bermejo, y para que Numan le cosiera las ropas reales y le enseñara la doctrina imperial. Numan se lo llevó del palacio del rey e hizo de su seno un palanquín real para la luna. Tenía una fuente más famosa que el mar y más valiosa para él que sus propios ojos, así que, pasados cuatro años, el onagro vagabundo se había convertido en un valiente león. Entonces, el rey Numan dijo a su hijo: «Hijo mío, estoy preocupado, porque aquí el aire y la tierra son áridos, y este príncipe, tierno y delicado; debemos encontrar un lugar donde criarlo, un lugar que se alce alto hasta el cielo, para que en aquellas alturas despliegue las alas y se nutra del aliento fresco del viento; para que habite en un aire sutil y allí duerma y encuentre un reposo restaurador, de modo que la perla de su índole se mantenga pura de los vapores de la tierra y de la aridez del polvo». Entonces, Munzir, junto con su padre, se empeñó en la búsqueda de un lugar semejante, amplio y alto, defendido del calor, del ardor y del daño.

CENTRO ESTATAL DE TRADUCCIÓN DE AZERBAIYÁN (Traducción al castellano de Carmen Linares)

AUTOR

Nizami Ganjavi (1141-1209)

− es el gran poeta de Azerbaiyán, sufi místico;

− nació en Ganja (Ganyá), la capital de la antigua región de Arrán (actual Azerbaiyán);

− vivió y trabajó en Ganja;

− sus obras Tesoro de los misterios, Khosróv y Shirín, Leylí y Majnún, Las siete princesas (Las siete bellezas), Iskandarnamah (El libro de Alejandro Magno), los divanes (la colección de poesías), los gazales y los dichos sabios ganaron fama en los países de Oriente Próximo desde principios del siglo XII y, posteriormente, en todo el mundo;

− gracias a su profunda sabiduría, valiosos puntos de vista sufíes y la perfección de la palabra artística ocupa su lugar de honor dentro de la serie de perlas eternas del tesoro de la literatura mundial.

«Las siete princesas” del gran poeta azerbaiyano, Nizami Ganjavi
Comparte en:

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.
Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad
Una mirada al mundo de las bibliotecas