Una vez más la autora Mar Aísa nos vuelve a sorprender con su segunda novela ¿Quién ha visto a una sirena? Novela dedicada a sus tíos, a sus primos y a los que se fueron. Solo hace falta conocer un poquito a Mar para conocer sus valores y saber que su primero es la familia. Por eso en ambas novelas la dedica a ellos a sus seres más queridos. La edición está publicada bajo ediciones Bohodón.
¿Quién ha visto una sirena? Tiene una portada en la que no podía ser otra protagonista más que una sirena con un espejo en la mano. Y con ella empezamos el capítulo primero con una reflexión sobre las sirenas y en el que se hace referencia a una iglesia medieval que sabemos que es la más antigua de Logroño (San Bartolomé).
Los primeros personajes que nos encontramos son Aitana, Ariel, y de nuevo Lucía y Diego Cárdenas entre otros como Sofía Virumbrales (oficial de policía). El protagonista indiscutible de la primera novela y que en esta segunda también se le va a encomendar un suceso trágico en el que aparecen dos cadáveres en Vara de Rey que corresponden a una pareja de ancianos de 70 años. En principio no sabemos quiénes son, pero a lo largo de la novela los descubriremos. Pero en esta segunda novela vemos un cambio sustancial en Diego, se siente más animado y con otro talante.
Es muy fácil conocer a Mar en sus novelas por los indicios que nos va dejando caer a lo largo de la misma. Sabemos que sus personajes eligen buenas lecturas como Tokio de Murakami o música como el Nocturno de Chopin o las referencias musicales que nos aparecen en la trama como Vetusta Morla, Aerosmith, Coldplay o Lady Gaga. También se muestran los gustos pictóricos de la autora a través de los cuadros de Degas. Y unas películas Arsénico por compasión, Ciudadano Kane o Vértigo. En cuanto a la literatura se nos nombra Las meditaciones de Marco Aurelio.
“Tienes que dejarte llevar y aceptar las cosas como son, al menos las que no puedes cambiar”
Me ha llamado la atención como entre líneas, Mar deja un espacio en esta novela a un tema tan complicado como es la violencia de género a través del caso que ahora ocupa a Cárdenas. O el tema del juego a través del Póker.
Eduardo, Claudio y Olimpia son los hijos de los ancianos fallecidos y representan a unos personajes enrevesados y claves en la novela. Eduardo se dedica a la arquitectura y Claudio una persona con bastante carácter, van a despistar en varias ocasiones en la investigación del caso. Olimpia la define Mar como un alma libre.
Sabemos el modus operandi de la investigación porque es la autora la que se encarga de ponerlo todo en su lugar a través principalmente de la autopsia y de una pitonisa de dudosa fiabilidad. Encontramos cartas, cuadros y sustancias nocivas, posibles indicios de por dónde nos va a llevar la lectura y el cómo se desvele el caso.
“La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella”
Viajamos a París y de nuevo Odile se dedica a traducir las cartas que son encontradas como testimonio de las pruebas para investigar el caso. Son precisamente Odile y Lucía quienes por su cuenta se arriesgan a visitar una tienda de antigüedades en la que el lector va a sentir que las pulsaciones se aceleran.
Encontramos retazos y de nuevo la familia, entre líneas en la nostalgia que siente la autora a sus padres de la mano de Lucía. Y otro tema tratado en la novela y también puntiagudo como es el caso del juego, en este caso del Póker, de la mano de Eduardo.
“Nos han enseñado a reprimir la emoción”
Aparecerán otros personajes y otras investigaciones de la mano de Juana Reyes entre otros, pero poco os puedo contar más porque desvelaría lo más importante de la novela y quiero que seáis vosotros (los lectores) los que no os perdáis esta novela de Mar Aísa.
De Ducret algo tengo que decir y es que tiene relación con los cuadros que se van a ir encontrando en la novela. Y su relación con el asesinato y las pistas que le rodean.
Sí que me tengo que aventurar a decir que Mar debe hacer el Camino de Santiago, debe ser un reto que se proponga por las alusiones que realiza de él y que sea algo que tenga pendiente. Me tomo esa licencia por la amistad además que me une a ella y por el profundo cariño que le tengo.
“Quizá no podamos cambiar el mundo, pero sí la percepción de él”
Vamos terminando de leer con un epílogo en el que la autora se centra en los personajes de Ducret y Claudio y un apartado de agradecimientos a su marido, a la policía nacional de Logroño, a los médicos forenses y a los lectores y amigos que comparten con ella la pasión de la lectura y la escritura.
“El amor nos redime o nos condena”
