Hace unas semanas coincidí en las redes sociales con Michel Platon, estuve hablando sobre la vuelta de Platon a los escenarios y mi sorpresa fue que tras una agradable conversación me comentó que había escrito un libro. ¡Ya podéis imaginar mi cara de sorpresa!
Le pregunté por el título y me dijo que se llamaba El viaje interior, y me aventuré a buscarlo y a leerlo para dar mi opinión sobre el mismo y eso es lo que voy a hacer.
De todos es sabidos que los artistas cantan con emoción lo que escriben, pero nadie me iba a decir que me iba encontrar con un libro en el que tus emociones van a aflorar a flor de piel para meterte en una aventura en la que vas a sentirte partícipe y te va a dejar una gran huella.
Ya lo decía Antonio Santos en el prólogo que es un relato que te atrapa y que al terminar ya no volverás a ser el mismo. Y tanto que no vas a volver a ser el mismo.
No es de extrañar que el libro vaya dedicado a Pepe Tonetti y a la familia cirquense porque aunque empezamos a leer de una manera y con una historia, no es cómo empieza el libro sino como acaba. Ya lo dice la frase que se repite a lo largo de la novela:
“A menudo las cosas no son lo que parecen”
Es un libro que te deja una huella imborrable y que, aunque empezamos con una historia terrorífica y a la que nadie le hubiera gustado que ocurriera, poco a poco, nuestro protagonista David Schulz hará que mires la novela y la narración de otra manera. David va creciendo con la novela y el lector también.
La novela está contada con mucha sensibilidad y cuidado ya que además sus primeras páginas están sobre suaves letras hablando sobre la niñez del protagonista, de los juegos en la calle de sus recuerdos, de los oficios que ocupaban su familia y de la señora Heisman. Su hermana Helen la describe como una apasionada de la música y toca el violín. En los primeros relatos ya conocemos la importancia que da nuestro escritor a la familia con el cariño con que trata estos primero momentos y el lugar que le ofrece. Empiezan las primeras reflexiones y sus recuerdos con la familia, como él mismo dice demasiadas preguntas y ninguna respuesta.
“Las heridas del corazón son las que más duelen porque no cicatrizan nunca”
Ahora es un hombre maduro y trabaja en comisaría. Sus compañeros, y primeros protagonistas de esta historia son Hans Müller y Renner. Hans es una persona con un carácter fantástico, nunca está triste y es un pilar muy importante de la trama y que va a acompañarlo en todo momento.
Diría que tenemos varias historias en un mismo libro y una de las primeras que nos encontramos es la de la señora Fügert. Para David, es el primer caso que se le encarga, pero al realizar sus pertinentes comprobaciones, encontramos a un David que quiere dejar la historia pasar, por la resolución del caso. Y al leerlo entendéreis porqué.
“La felicidad consiste en llegar al final del camino con la menor cantidad de basura emocional dentro de nuestro equipaje”
Continuamos con un personaje femenino Lana pintada como una mujer espontánea, sensible, y de la que ella brota la alegría. Es curioso cómo en la novela, el autor nos coloca a personajes fuertes frente a un David que tiene continuas reflexiones por la vida dura que le ha tocado vivir y en la que se acostumbró a guardar emociones.
Si tuviera que resumir lo que ocurre a partir de ahora, es ….. valentía. La historia real empieza a partir de ahora en la que a David se le propone un cambio, se le encomienda un caso que hay que investigar sobre una persona desaparecida hace treinta años y también conocemos el nombre Klaus Hausserman, es una persona que buscan por su pasado y se conoce que fue amigo de Hitler.
Entramos en un momento de la novela, en el que se hace referencia hacia una época de la historia en el que mucha gente inocente murió. Si os digo un nombre seguro que sabréis ubicarlo enseguida, Auschwitz. Nos encontramos ante un caso complicado y en el que se reflexiona sobre el momento y porqué decidió hacerse policía, así como sobre los objetivos que quiere lograr al inmiscuirse en esta historia y sobre todo y por encima de todo a ayudar a quien lo necesite. Valores que el escritor refleja en esta historia.
“A veces en la vida creemos haber tocado fondo y que ya nada nos hará caer más bajo, pero el destino siempre juega la última carta”
Es una etapa dura de la novela porque se nos retrata el horror de la guerra, el miedo. La investigación que se sucede a lo largo de la narración consiste en que hay que tener las ideas muy claras y ser muy ordenado para llegar a algo en claro. David también se nos pinta como un personaje muy meticuloso y ordenado y sabe que la clave está en el detalle más pequeño, gracias a ello es muy sencillo seguir la trama y su actuación en el que parece que el lector puede entrar.
Es el momento en el que nos vamos de viaje porque David se nos marcha por toda Europa en un viaje de incógnito. Va a empezar una travesía llena de aventuras, de testimonios de los supervivientes con el fin de extraer alguna información útil para su investigación. Lo que no sabe el lector ni el protagonista es que, gracias a toda esta historia, tú historia después de leer estas páginas no va a ser la misma.
Irina Rossovich es también clave en esta historia. Ella es quien despista en esta historia tras sus confesiones y fue una de las supervivientes en los campos de concentración, pero también defiende al general. Así como Rudolph Strasser y un lugar Circo Bonatelli asociado a él.
“Todos tenemos nuestras propias heridas y sabemos lo que duele ahondar en ellas”
En este momento y al tener pistas tan fiables sobre la cercanía de encontrar al sospechoso, David se hace pasar por personal cirquense y acompaña a sus “compañeros” y al trabajo de la manera más honrada que sabe hacer, tal y como lo conocemos. Empieza una historia en el que una vez más nos sorprendemos de la capacidad del ser humano de adaptación y de cómo afrontar con naturalidad, frente a un objetivo propio. Allí conoce otra parte de él que no conocía y le llama la atención el Sr. Sulac que lo define como un amante del circo entregado en cuerpo y alma.
También sabemos los gustos musicales de Michael porque nos acompaña en este momento la música de Miles Davis.
A partir de aquí empieza un final inesperado, trepidante, de esos que se te ponen los pelos de punta e incluso se te puede escapar alguna lágrima, lo que os digo es que no vais a salir ileso de él.
Me atrevo y me arriesgo a decir que este libro ha servido de terapia para el autor, o ha querido reflejar las cargas que llevamos cada uno de nosotros de niño interior y que gracias a experiencias y trabajo con uno mismo se pueden sanar.
“Nuestro destino no se ha escrito todavía, todo cuanto nos ocurre está en nuestras manos”
Una historia preciosa de la que creo que el escritor ha dejado parte de su vida en ella y de la que yo desde las líneas de Alquibla le aplaudo porque me ha encantado. Cuando fluyen las emociones se nota y el resultado es El viaje interior. Gracias Michel Platon.