A la respuesta que lanza Diana Antón en la contraportada de su poemario SÍ, la poesía puede salvarnos. Llega a mis manos este poemario de la mano de una escritora alicantina con una ternura increíble y una riqueza literaria extraordinaria a pesar de su edad temprana. Quedaros con su nombre porque va a dar mucho que hablar. No lo vais a creer, pero en cada poema que iba leyendo los vellos de punta y ganas de leer más y más. No hay mal que 100 versos dure, es un poemario cortito de 31 poemas, a cuál más bonito de todos. Es auto publicación y se compone de 51 páginas.
Comenzamos leyendo y lo primero que nos encontramos es una frase “eres la musa de mi rima, eres el verso de mi alma”. En el que ya podéis averiguar que os encontráis con un poemario lleno de alma y corazón envuelto en versos.
Para continuar con un prefacio en el que se da alas a la libertad y a la esperanza. La autora te invita a que te dejes sentir por las emociones y dejes a tus lágrimas brotar al igual que la risa. Te habla del miedo y del dolor y te invita a auto conocerte a través del redescubrimiento y el encontrarte para volver con más fuerza que nunca.
Empezamos a leer con el poema ¿Quién? Y acabamos con otro llamado La vida. Para darnos una lección a todos y tratar temas entre los que podría destacar la valentía, la inspiración, no olvidarnos de soñar, el amor, la primavera, el todo llega, los recuerdos, el dar igual quien seamos y el recordar siempre quiénes somos.
Me ha llamado mucho la atención la forma en que ha compuesto el poema Era inevitable, porque rompe con lo que estamos acostumbrados a ver y rompe con la lectura.
Es difícil elegir uno de ellos, pero si me tengo que decantar por alguno ese ha sido Enséñame que se pude querer en el olvido. Aunque ha sido muy difícil elegir uno porque me los llevaría todos para mi casa.
Invito a la autora a seguir escribiendo porque la prosa de sus letras fluye con mucha facilidad y estoy segura de que tendrá mucho dentro de ella y que mostrar a su público.
Acabamos de leer con unos agradecimientos a su familia, a sus amigos, al cariño de la gente que ha recibido y a esas personas que sin saberlo le han servido de inspiración.
¡Enhorabuena Diana y a continuar escribiendo!