Si ya admiraba a Irene Villa por su manera de afrontar la vida y superar lo ocurrido tras el atentado terrorista de ETA con su madre, el 17 octubre de 1991, más lo hago después de leer su libro Los ochomiles de la vida. No me ha pillado de sorpresa encontrarme un libro tan lleno de energía, luz y positividad que precisamente es lo que transmite Irene a quien tuve la suerte de conocer en mi ciudad el pasado diciembre.
“No vemos las cosas tal cual son, sino tal cual somos”
Es un libro lleno de esperanza, de saber que sí se puede y que los límites nos los ponemos nosotros. De que nada en la vida está puesto por casualidad y que todo es continuo aprendizaje. A lo largo de sus 264 páginas, no nos encontramos un no puedo, ni una letra sobra y sus palabras están escritas desde lo más profundo de su corazón. Como ella misma nos dice, el libro va de alma y corazón.
Hay tres premisas que defiende Irene a lo largo del libro, y son: perdona, agradece y confía. En él ha querido transmitir sus vivencias, y también nos enseña a que hay que saber valorar lo que tenemos y os puedo asegurar algo va a cambiar dentro de vosotros al leer el libro.
He escuchado en varias ocasiones a Irene en sus conferencias y es impresionante, cómo mientras ella habla no se oye ni una mosca y cuando acaba lo único que puedes hacer es levantarte y aplaudir por la lección que da de vida. De cómo frente al odio ella supo sobreponerse (también con las enseñanzas de su madre) y olvidar todo lo del pasado. Empezar una nueva vida.
“Las cosas no cambian, cambiamos nosotros”
Continuamente Irene nos está dando lecciones sobre la búsqueda de nosotros mismos en nuestro interior y que los límites los tenemos dentro de cada uno. Ella es el ejemplo claro de que no existen barreras. También realiza un homenaje a la resiliencia explicándonos en qué consiste y las claves.
Y ya nos adentramos en los ochomiles de la vida, y ella los divide en diez capítulos en los que cada uno, nos da una enseñanza.
1.- La vida es una oportunidad: aprovéchala
2.- La vida es amor: disfrútalo
3.- La vida es dolor: abrázalo
4.- La vida es un reto: afróntalo
5.- La vida es un himno: cántalo
6.- La vida son los demás: ámalos
7.- La vida es un misterio: desvélalo
8.- La vida es fracaso: no te detengas
9.- La vida es un sueño: hazlo realidad
10.- La vida es vida: defiéndela.
De cada uno de ellos puedes extraer muchas conclusiones, muchos consejos, que la propia Irene de primera mano nos da para saber cómo afrontar la vida con valentía y optimismo. Tal y como comenta ella en sus primeros capítulos su destino era morir, pero a ella la vida le dio la oportunidad de volver a nacer y vaya que si lo ha aprovechado. Fue su madre también pieza clave de esta historia, porque ella le expuso lo siguiente, le dio a elegir entre dos caminos: puedes lamentarte y maldecir a los responsables del atentado o decidir con valentía y optimismo que la vida empieza de nuevo. Ya sabéis cuál eligió Irene.
Irene también a lo largo del libro, nos da ejemplos prácticos y ejercicios para que en el día a día se recuerden. Y en un hueco de cada uno de los capítulos lo equipara con lo que hemos sufrido por el covid. También realiza un homenaje al principio del libro al 11-M y nos dice que la única derrota es el desaliento y que la positividad pieza clave para no enfermar.
“El poder de la mente es milagroso, pero no olvidemos que los pensamientos negativos también atraen negatividades”
El libro salió publicado en el mes de octubre y es en este momento donde nos encontramos consejos para este momento sanitario por el que estamos pasando en el que ella nos dice que valen para siempre. Al igual que lo viví yo, para ella esto supuso un renacer y cambió el nombre de confinamiento por el de recogimiento para no darle el carácter peyorativo.
Hay un lema que se repite en varias ocasiones durante la lectura del libro y es “a veces se gana, pero la mayoría se aprende”. Creo que es un lema que lo lleva por bandera Irene. Y nos habla del kindfulness. Y nos ayuda a ver la manera de cómo no juzgar a los demás.
Me llama la atención, cómo a lo largo del libro nos relata experiencias de otros compañeros suyos o de gente que ha conocido con dificultades también como ella y cómo se han superpuesto a ellos mismos. Enseñándonos cada uno de ellos una lección y entre ellas la de que lo importante es cómo te ve tú, nada más. Que tenemos que tenernos amor a nosotros mismos.
Nos habla de la pareja y de las cuatro peligrosas erres: la rabia, el resentimiento, la rivalidad y el reproche. Y la importancia y las claves de hacer una vida en pareja, aquí nos da otra lección que consiste en que para amar a alguien primero hay que amarse a uno mismo. Nos da las claves del amor que a ella le han funcionado y que con ilusión por las pequeñas cosas y que estableciendo unos objetivos y unos retos todo es posible.
“Lo que sucede es lo que es, lo que hacemos con ello es lo que somos”
Irene también nos habla de las operaciones por las que ha tenido que pasar que no han sido pocas y de lo que ha tenido que superar. Pero una vez más nos da ejemplo de su valentía y de su arrojo al reaccionar de forma positiva en lugar de hundirse, tomar la actitud de echar hacia adelante y no dejarse vencer por los tornillos que le hacían la vida imposible. Pero también nos afirma que ningún dolor es comparable con lo emocional. Ella nos da consejos sobre cómo abrazar el dolor. Y no toda la vida de Irene ha sido de color de rosa, porque ella también ha pasado momentos malos como la pérdida de su alma gemela.
Sabemos de los beneficios del deporte, más concreto del esquí, de su mano. Bueno tanto en lo psicológico como en lo físico. De cómo se pueden afrontar obstáculos y aplicarlo a la vida de la mano del deporte. De las cualidades y de los valores del deporte.
“Creer en uno mismo es la base de poder crear lo que uno desea”
Conocemos del proyecto Sonrisas de Bombai encabezados por Jaume Sanllorente, a través de este libro y del viaje de Irene a Tailandia. Quién mejor que ella para dar a conocer un proyecto en el que la ayuda va dirigida a los seres humanos. Ella considera que esos actos son de humildad y que hay que aprender de los otros.
Y de las personas al humor, en el que tiene palabras muy bonitas para sus padres quienes le inculcaron la positividad y la espontaneidad. También sabemos unas canciones que nos llenan de ilusión como son Color esperanza, Resistiré y Seguiré de Álex Seoane.
Llegamos al capítulo seis, y he de deciros que el libro en su conjunto me ha encantado, pero este ha sido especial para mí por las cosas que dice. Irene nos cuenta la historia del abrazo salvador, que perdonar es un acto de generosidad, y que quien perdona se libera. Como podréis saber el perdón es el atributo que quiere mostrarnos en este apartado y nos habla de la película El mayor regalo que por cierto la tengo pendiente de ver. También nos habla de las relaciones tóxicas y del equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu.
“La única barrera eres tú, solo tienes que aprender a saltarte”
También nos habla de la ley del espejo y de las metas personales de cada persona. También a aprender a fracasar y a amarse a uno mismo sin nunca olvidar la sonrisa. La paz interior es la base del éxito.
Si hay algo que me ha maravillado siempre que he visto a Irene ha sido su brillo en los ojos, y que cada persona viene a este mundo a una misión. Yo con lo poquito que la he conocido a ella, tengo por seguro que es una persona que ha venido a ayudar, a crear conciencia y a saber que cada uno tenemos que saber lo que hacer en cada momento para que nadie decida por nosotros. Para transmitir paz y magia a los que están a su alrededor y para soltarnos de las cadenas que cada uno llevamos dentro de nosotros que se manifiestan en los miedos.
Acabamos el libro con un decálogo de la vida que cada uno de nosotros tendríamos que tener presente y un apartado de agradecimientos en el que Irene nombra a la gente que ha estado a su lado apoyándola.
¡Grande Irene!
¡Gracias por este libro!