Oriundo de Cuenca, aunque nacido en Sevilla, Diego de Ayala no era un desconocido en Simancas cuando se estableció en esta villa como encargado del Archivo. Muy joven, dejó su ciudad natal para ir a la Corte, en la cual trabajó como oficial de Francisco de los Cobos, Juan Vázquez de Molina y de Gonzalo Pérez.
En este periodo de vida cortesana, casó con Doña Francisca Manuel, hija del licenciado D. Juan Manuel alcalde de los hijosdalgo en la Chancillería de Valladolid. D. Juan era natural de Simancas, donde tenía casa y hacienda, y en esta villa vivían dos de sus hijos.
Periodos en el Archivo
En la gestión de Diego de Ayala pueden distinguirse dos periodos: el que podríamos llamar del Pequeño Archivo (1563-1574) y el del Gran Archivo, que comienza con las obras de ampliación de 1574.
Durante el primero, se ocupa de poner orden e instalar con decoro los documentos que halló en la fortaleza y tratar de aumentarlos; en el segundo, su empeño en convertir toda la fortaleza en un gran depósito documental, realizando las obras necesarias para instalar la gran cantidad de escrituras que su gran diligencia, apoyada por el Rey, había conseguir reunir.
El Archivo, al comenzar la gestión Diego de Ayala, era de reducido volumen, como lo prueba el hecho de hallarse instalado en dos habitaciones de la torre escogida para este fin, sin que Ayala se queje de falta de espacio.
De los primeros años de su gestión (1561-1564), hay pocas noticias. En este tiempo debe haberse dedicado a reconocer los fondos que había en el Archivo y arbitrar un sistema para su ordenación. En 1564 se le concede un aumento de sueldo con la obligación de sostener un oficial que le ayude en el despacho.
Los años 1565-1567 los dedica Ayala a seleccionar y repartir por facultades las scripturas tocantes al estado real. De cada facultad o grupo de documentos va redactando inventarios parciales que manda a la Corte, donde son muy bien recibidos. Esta obra la da por terminada con el envío de los inventarios de Testamentos Reales y de Diversos de Italia, en septiembre de 1567.
Al mismo tiempo que ordena los documentos se preocupa de mejorar su instalación. Para ello, dota a las dos salas del Archivo de corredores para el servicio del cuerpo alto de las estanterías. El ciclo de las obras se cierra con la decoración de la fachada de acceso al archivo, proyecto que no fue del agrado del Rey a juzgar por la apostilla marginal autógrafa de Felipe II
Buena parte del año 1568, la pasa Diego de Ayala en Madrid, gestionando intereses del archivo. Además de recoger documentos y de conseguir un crecimiento de salario, logra que expidan una serie de cédulas, por las que se reitera la obligación de mandar documentos al Archivo a todos los organismos que no habían cumplido las de 1545.
Reforma del Archivo de Simancas
Las innovaciones principales introducidas por Herrera en los proyectos anteriores fueron: primera, dar al patio las proporciones y forma actuales, para lo cual desplazó el pabellón proyectado entre el Archivo primitivo y el cubo de Aragón hacia la ronda, sin arredrarse por el fuerte desnivel que por allí tiene el terreno, ni porque el pozo de la fortaleza quedaba comprendido en este espacio; segunda, que las paredes interiores, es decir, las del patio, solamente se hicieran de cantería hasta diez pies de altura, y que el resto de la pared fuese de albañilería; tercera, que las ventanas de la pared del patio fuesen también de sola albañilería, sin llevar jambas y dinteles de piedra, como estaba proyectado antes; y cuarta, que las piezas no se cubriesen con bóvedas, como quería el Rey y estaba acordado, con objeto de evitar la excesiva altura de los tejados y ganar espacio para colocar documentos. Los años 1578-79 se trabaja con intensidad en las obras y en su trascurso se hace toda la albañilería del pabellón comprendido entre los cubos del Archivo y del Obispo.
En diciembre de 1587 viene al Archivo como escribiente Francisco Aguado, gran pendolista, de cuya habilidad quedan abundantes muestras en los Libros de Copias de Patronato. El año 1588 las obras de ampliación del Archivo toman un nuevo deterioro. Con motivo de una visita que realiza Francisco de Mora, por indisposición de Juan de Herrera, a mediados de junio, tomó cuerpo el proyecto, ya escobazo anteriormente.
En el último periodo de la vida de Ayala, además del cuarto de Patronazgo y Estado y de ultimarse la adecuación de las salas del primer pabellón construido, se hicieron el sencillo y airoso pórtico de entrada y la habitación que va encima y la escalera interior de acceso a los desvanes que está junto a la Capilla.
Diego de Ayala es el prototipo del hombre entregado en cuerpo y alma a la realización de una obra, que para él fue la organización del Archivo Real de Simancas.
Archivo General de Simancas. Guía del investigador. Ministerio de Cultura 1986