Dramaturgo griego, combatió en Maratón y quizá también en Salamina. En 472 lo llamó Hieron de Siracusa a su corte y en 467 obtuvo el triunfo en certamen con su tetralogía tebana y en 458 su último gran éxito con La Orestíada.
Parece ser que su producción dramática total se elevaba a 90 piezas. Supo desarrollar la tragedia a partir de la lírica coral, hasta emanciparla de ésta y convertirla en un género independiente, sin renunciar por ello a las adquisiciones anteriores.
Introdujo un segundo actor, independizando de este modo el diálogo del coro. Se le atribuyen muchas invenciones con objeto de hacer más efectivo el drama en cuanto espectáculo.
Partiendo de los grandes temas de la épica homérica, la atención dramática de Esquilo escogió unas pocas historias aún vivas que le sirven para proyectar sobre el orden universal del destino y sentido concreto de unas figuras apasionadas y heroicas.
Convencido de la ineludible necesidad de cumplir las leyes ordenadoras del mundo, cada obra suya supone una exigencia rigurosa de justicia sobre determinadas acciones. Esta visión trágica del destino humano se plasma ya en Los persas, representada en 472. En 467 Esquilo triunfó con la tragedia relativa al ciclo tebano formada por Layo,Edipo y Los siete contra Tebas. De las tres tragedias solo se ha conservado Los siete contra Tebas, la última Esquilo explicita en ella la idea de que los hombres constituyen una unidad a través de las generaciones.
La Orestíada es la obra capital de Esquilo. Consta de tres tragedias Agamenón, Las Coéfaras y Las Euménides y el drama satírico hoy perdido, Proteo. En La Orestíada la escena ofrece un nuevo aspecto. Por primera vez la pared de la escena es fija y representa la fachada del palacio de los atridas. Ya en el prólogo de Agamenón sorprende la habilidad dramática del poeta; lo que antes servía para ahondar en la comprensión del argumento informa aquí completamente el mismo clima básico de la trilogía, anunciando la estricta economía dramática que Esquilo mantiene a lo largo de la obra.
Desde el principio se articula el tema central: el tema de la culpa y de expiación. Agamenón tiene que sacrificar a su hija o sacrificar el éxito de una expedición militar. Al optar por la victoria militar a costa del sacrificio de su hija Ifigenia, se suscita la urgente necesidad de expiación y de restablecer el equilibrio de las simples leyes que gobiernan el mundo, pero al mismo tiempo se prepara el camino que lleva al hombre del dolor a la comprensión y de ésta al conocimiento.
A través de las generaciones, las decisiones individuales se suman a una responsabilidad familiar, colectiva. Así se va propagando la violencia y Agamenón muere a manos de su esposa Clitemestra y de su amante Egisto.
En Las Coéfaras el poeta alcanza su mayor fuerza expresiva. Egisto y Clitemestra mueren a la vez por obra de Orestes, que se encuentra atada a la inflexible cadena de crímenes; solo al final, en Las Euménides, es redimido. Las Erinias se convierten en Euménides y el drama se incorpora así a la vida de la sociedad de Atenas.
Respecto al Prometeo encadenado, existen dudas acerca de su autenticidad. Prometeo encarna al inventor de todos los bienes culturales humanos, castigado por Zeus por haber favorecido con ellos a la humanidad. Encadenado a una roca, sufre su castigo con la secreta esperanza de que un día Zeus sucumbirá. La obra resulta más bien una teomaquia.
Recientemente y gracias a nuevos hallazgos se ha podido conocer un aspecto casi olvidado de Esquilo: el de autor de piezas satíricas
