Tras haber acabado de leer la novela La bruma verde de Gonzalo Giner, no tengo más que sumarme al aplauso que la Fundación José Manuel Lara otorgó al escritor el pasado 16 de septiembre de 2020.
Hablar de Gonzalo en cuanto a lo literario se refiere es apuesta segura, es leer a la persona cercana que te encuentras cuando te dispones a compartir con él unas palabras o poder dialogar con él mientras lees su novela y que te atiende con una humildad característica de su persona que te va a hacer que sientas ganas de ver cuál es su manera de escribir a través de las novelas. Si leímos estremecidas novelas como El sanador de caballos o El jinete del silencio entre otras con La Bruma Verde prepararos para aventuraros en una historia sobre cómo cualquier de nosotros soñaría con un mundo perfecto enlazándolo con una historia de amor que os va a dejar estremecida en esta nueva historia publicada por la Editorial Planeta.
Siempre me gusta al empezar una reseña ubicar la novela en el lugar geográfico y en tiempo en que se encuentra y en esta ocasión nos vamos a África y estamos en diciembre de 2009. En sus primeras páginas estamos en una selva frondosa (creerme que en momentos creerás que estás dentro de ella) y es Gonzalo quien nos muestra lo bonito de la naturaleza y quienes habitan en ella. Es la selva quien respira y siente y nada está puesto por casualidad.
A mí me gusta cuando abro un libro leer las primeras páginas de la novela y si en ese momento se me ponen los pelos de punta, entonces es justo en ese mismo momento el que me dispongo a soñar y a introducirme en la lectura y en las aventuras y mensajes que tiene que mostrarme el libro en ese momento. Y si doy ese consejo veréis que es real. Al abrir el libro La bruma verde, y leer las primeras páginas vais a sentir una sensación indescriptible que os acompañará a lo largo de toda la novela acompañado de la mano de Bineka de la que más tarde os hablaré.
Personajes de La bruma verde
Los primeros personajes que nos encontramos en la novela son Tonuk y una niña de ocho años con ojos verdes llamada Bineka. De entrada, ya encontramos nombres trabajados y “selváticos” tratados con especial cariño como cada uno de sus personajes. Más tarde os hablaré de otros, pero quedaros con el nombre de la niña que va a revolucionar la novela y a la gente que le acompaña por su valentía, arrojo y lucha.
Empezamos con una primera parte llamada “Los ladrones de sueños”. En el que nuestros personajes aparecen en una aldea en el Congo a finales del año 2009. Sanza es amiga de Bineka, ella tiene que sufrir el horror, la destrucción, el silencio y la venganza. Matzim es un personaje que ya os digo que no os va a gustar por el odio que representa y empiezan ya a aparecer los chimpancés protagonistas indiscutibles en esta novela, tan entrañables y dulces como los humanos.
Si los chimpancés comparten con los humanos el 99% en cuanto a genética, por qué no les iba a poner nombre también Gonzalo, por supuesto que lo tienen. Mashira es la abuela chimpancé fiel protectora y Furaha la cría. Takuro es el gran macho.
Y de repente Lola
Y de lo mismo que estamos en la selva de pronto nos encontramos con Lola Freixido Directora General de la Unidad de Negocio para Particulares Moviplus, ¿os quedáis sorprendidos? Pues así me quedé yo, que en mitad de la lectura y cuando parecía que estabas paseando por la selva te traen a la realidad y te encuentras con este personaje. En ese momento dije, en algún momento se van a cruzar ambas historias y mira si se cruzaron. Tendréis que leerla para descubrir por qué.
A ella la ubicamos en La Gomera en 2010, ella es una mujer con mucho estrés en el trabajo y continuamente está pensando en el futuro de los negocios relacionados con la telefonía. Si tuviera que decir algo de Lola es que es un personaje que os va a sorprender, ella misma es la que se da cuenta del estrés que sufre y del poco tiempo que dispone para ella misma. Es el personaje emocional de la novela, el que se deja llevar por las emociones que siente. Ella tiene una amiga llamada Beatriz y eso tampoco le deja vivir. Necesita saber qué ha ocurrido con su amiga y va a luchar e insistir hasta dar con su paradero.
Beatriz para Lola fue esa hermana que nunca tuvo, con quien reía, lloraba y pasó muchos momentos de su infancia, juventud y madurez. Es precisamente esto también lo que no le deja vivir a Lola. Celtia es un personaje secundario, pero he de deciros que es la madre de Lola porque os la encontraréis y para que la ubiquéis fácilmente.
Beatriz Arrionda no es un personaje fácil, pero sí una persona coherente que mantiene sus principios frente a todo y todos. Es una mujer que ha viajado por todo el mundo y en esta ocasión se fue al Congo para ayudar como cooperante medioambiental. Fue al Congo para defender la protección y la conservación de los espacios naturales. Valentín es el padre de Beatriz que viaja con Lola al Congo para averiguar el paradero de su hija. Lo único que quieren Lola y Valentín es recuperar a Beatriz, pero el camino no va a ser nada fácil.
Se nos ha olvidado un personaje Maxime de Mons y pronto sabréis también quién es pero es de esos que tampoco os va a gustar. Por lo menos a mí no me ha gustado porque es quien vuelca la novela.
Recordando la historia de Mowli
No es de extrañar que Gonzalo sea veterinario en su profesión por el amor y delicadeza que trata a los animales en sus novelas. En esta por ende no podía ser menos. Nos cuenta las costumbres de los chimpancés, su estructura, y lo más bonito de todo, la capacidad y la empatía que tienen entre ellos cuando se ven amenazados o cuando tienen que celebrar una victoria. Son capaces de actuar en ocasiones con mayor firmeza que los humanos y de dar una lección a quienes observa su comportamiento, eso es lo que he extraído de la lectura de este libro.
“La gente es libre de hacer lo que quiera incluso de ponerse en riesgo”
Conocemos de los chimpancés a través de esta novela que los chimpancés no son bestias, que se cuidan que protegen a sus mayores y velan de los enfermos y de las crías. Son valientes e inteligentes ya que son capaces de resolver problemas y luchar por lo que quieren.
¿Vosotros habéis leído la historia de Mowli?¿habéis visto en el cine El libro de la selva? Pues esto es lo que me ha recordado el personaje de Bineka en el momento en que es aceptada por los chimpancés como una más de la manada.
Un lugar perdido de África: el Congo
También es Gonzalo quien nos ubica espacial y geográficamente en el Congo y nos cuenta que es la principal arteria de África, el principal lugar de negociaciones, un lugar que continuamente ha estado sufriendo por las guerrillas. También conocemos las picaduras de los mosquitos, la malaria y el Proyecto Iroko. También sabemos que allí se habla el suajili. Keita Ajani es la pareja de Beatriz un doctor congoleño que trabaja para la ONG Médicos sin Fronteras. Y Colin es un hombre que desea huir de su vida anterior y lleva en África más de 5 años. Lola encuentra comprensión en la mirada de Colin.
“El mundo debería saber lo que está pasando aquí”
Todos los personajes de esta novela en el Congo van a experimentan una sensación de cambio, de transformación, de conciencia frente a la naturaleza. Me da la impresión de que es las sensaciones que ha tenido Gonzalo al escribir esta novela, como si hubiera querido dejar impronta de lo que para él significa la naturaleza y que nunca es tarde para dar cambios si uno quiere. También en esta novela conocemos los gustos musicales del escritor porque nos encontramos con una maravillosa sonata de Bach. La Pasión según San Mateo.
“Lo importante no es lo que hagan los demás si no lo que dejamos de hacer nosotros “
Lo bonito de esta novela es que se colabora en el trabajo en equipo, y que todos pelean bajo un objetivo común buscar a Beatriz y recuperarla de sus captores. Y que cualquier pista que se sucede en la novela les da la ilusión para seguir con su lucha.
Entramos en una segunda parte llamada “La tierra de los mil refugios” en el que nos encontramos con otro personaje muy importante en la novela Luis Cereceda un veterinario español encargado del Centro Lwiro de Rehabilitación de Primates que tiene mucha amistad con Colin. Él es también clave para averiguar el paradero de los chimpancés y de si ellos pueden dar pistas para encontrar a Beatriz ya que el reconoce los rastros que dejan los primates. Martín Palacios es un especialista en criptografía que también va a ayudar ya que se encarga como jefe del dispositivo de búsqueda.
“Ten en cuenta el sistema y pon en marcha lo que sea, tanto si consigues mucho como poco. Lo que hagas te va a hacer feliz”
A partir de aquí poco más puedo decir porque ya estoy desvelando mucho de la novela, pero sí que tengo que deciros que os quedan dos partes más la tercera y la cuarta, “Entre sombras de huida” y “El mundo ha de saberlo”.
Pero no me puedo ir de aquí sin hacer mención especial al Centro Lwiro de Rehabilitación de Primates con su directora al frente llamada en la novela Carmen. Una función encomiable y respetable ubicada en el Congo y que realiza una excelente función a favor y en beneficio de los Primates. Me quedo con ganas de saber más sobre ellos. Desde estas líneas mi aplauso a todos ellos por la función que realizan que es digna de admiración.
“Nunca espero a que las cosas pasen hago que ocurran”
También quiero lector que te quedes con una palabra Wonderland que significa amistad. Y con una frase
Hazlo tú
El libro termina con un epílogo en el que se cuenta lo que ocurriría después de la novela y con una nota del autor contándonos el porqué de este libro y en el que se homenajea a las mujeres encargadas de los centros de primates, así como un homenaje a los cooperantes que se juegan la vida por las causas que le afectan. Sabemos por su autor que para escribir La bruma verde ha tenido que documentarse bastante sobre la historia donde se basa la novela, así como un homenaje a los cooperantes que se juegan la vida por las causas que le afectan.
Y nos da un mensaje final en el que quiere que todos seamos conscientes de manera colectiva de la importancia de lo que realmente es importante y que entre todos tenemos que cuidar a la naturaleza y no tenerlo como simple escaparate, así como al respeto por los habitantes que viven en ella.
No me queda más que felicitar de nuevo a Gonzalo Giner aunque ya lo he hecho repetidas veces por su manera de ser, por su manera de escribir y por su forma de transmitir a través de sus novelas. Bien merecido el Premio Fernando Lara de Novela 2020 a Gonzalo Giner por su novela La bruma verde. ¡No os la perdáis!