Hoy entrevisto a Antonio Marchal-Sabater escritor de la novela Dasha que viene a contarnos sobre sus inquietudes y su forma de ver la cultura.
«Las bibliotecas deberían ser catedrales del conocimiento, el lugar de referencia».
¿Quién es Antonio Marchal-Sabater y cuáles son sus sueños? Antonio Marchal-Sabater es un hombre de 55 años que lleva ya más de quince en este duro pero gratificante mundo de las letras.
¿Sus sueños? Crear un mundo mejor, pero me temo que en esto, no solo yo, toda mi generación ha fallado y poco a poco vamos destruyendo todo lo que nuestros padres construyeron con mucho sacrificio, una generación que con la pandemia hemos dejado morir arrinconados en residencias abandonadas.
Gracias a Dios hablo en genérico, a mí no me ha tocado, pero como miembro de la sociedad actual asumo el error. Esta sanidad la crearon ellos y no les ha servido porque no la hemos cuidado. La sociedad actual vuelve a estar enferma de ideología política, como en el treinta y seis, pero no sabe gestionar, y así nos luce.
Así que como sueño incumplido te diré que un Estado solvente, con democracia consolidada, dirigido por tecnócratas. Los políticos han demostrado ser unos ineptos. Hemos desarrollado una clase dirigente que no sabe dirigir.
¿alguno de ellos ya se ha cumplido? Bueno, técnicamente sí. He tenido hijos y los he visto crecer y convertirse en ciudadanos respetuosos e implicados con la sociedad, he plantado muchos árboles y he escrito libros, y por lo que sé alguno ha dejado posos importantes en muchas personas, luego sí, algunos se han cumplido.
¿Qué día un hombre dedicado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se decide a escribir una novela? Es difícil saber cuál fue el día. Mira, Eva. Tengo la sensación de que el escritor nace y con el tiempo lo manifiesta o no. ¿A qué me refiero? A que escritor es todo aquél que quiera contar cómo ve el mundo, analizarlo y dejar su impronta para la posterioridad.
La mayoría de los escritores alcanza el éxito cuando las generaciones posteriores acreditan que todo aquello que denuncia pasó. Dicho esto, puede que alguien se pregunte si es que el escritor debe estar continuamente analizándolo todo, Sí, rotundamente sí.
Una novela debe ser el reflejo de un momento, ¿Puede ser anterior? Sí, pero ha de tener una intención, explicar a sus contemporáneos que a estas alturas de la vida humana sobre la faz de la tierra nada es nuevo, todo ha sucedido antes, que la historia se repite y conociéndola estamos más preparados para enfrentar el futuro.
Desde esta perspectiva contesto a tu pregunta, creo que nací escritor y que fue en el momento en que maduré cuando comprendí que podía transmitir un legado de ideas, de historias y de vivencias al resto de conciudadanos, cuando me postulé como tal.
Algo así como esas plantas que tardan mucho en dar flores, pero cuando las dan son bellas. No quiero ser presuntuoso, la belleza, el valor, la transcendencia de mis novelas, las decide el lector. Lo que quiero decir sin parecer pedante es que Antonio Marchal-Sabater, surge en el prado cultural de la literatura de forma espontánea cuando tuvo algo interesante que contar al mundo.
¿Qué podría contar de su última novela publicada, Dasha? Dasha es una denuncia, la apertura de la puerta que da al lado oscuro, al patio de atrás de Europa. Ese viejo continente que ha creado un mundo a su imagen y semejanza ha dejado muchos cadáveres en la cuneta.
Dasha, la protagonista es un trasunto de algunos de ellos, es la historia común de muchas mujeres víctimas de una sociedad sin escrúpulos que crea pobres y ricos; malvados poderosos, pobreza y muy pocas posibilidades de salir del charco, pocas o ninguna.
Esto es así desde la noche de los tiempos, aunque yo empiezo a contarlo desde los inicios de la II Guerra Mundial. ¿podría compartir un fragmento para el público de Alquibla? Por supuesto:
<< A Dasha y a su familia le había tocado vivir otro tipo de guerra, una guerra menos sangrienta, pero más cruel. Una guerra en la que no se oía un solo cañonazo, ni las sirenas avisaban de bombarderos cercanos ni la gente se escondía en refugios. No los había para aquel tipo de violencia.
Los desastres económicos no tienen cuartel. Las victimas mueren solo civilmente, en los juzgados, bajo condenas de desahucio y registros de morosos que nunca les permitirán resucitar, condenándoles por vida a la pobreza, a la economía sumergida, a la mafia como fuente de financiación y a la inmigración ilegal>>.
Habla de su trabajo en algunas de sus novelas, me refiero a que si deja impronta propia de alguna situación que haya vivido o de las emociones que ha sentido al desempeñar su trabajo? Toda novela lleva una componente autobiográfica, las mías no son menos.
Sí dejo improntas de vivencia propias, a veces laborales y otras muy personales, incluso lanzo mensajes subliminales a personas que conozco o he conocido o hemos estado vinculadas alguna vez. Lo que ocurre es que estas cosas son difíciles de detectar por el lector que no me conoce.
¿Para qué tipo de público van dirigidas sus novelas? ¿pueden ser leídas por cualquier tipo de público? Sí, quizá un público muy infantil no, pero a partir de los trece o catorce años sí pueden leerlas. De hecho he dado charlas sobre mis novelas a niños de esas edades en sus institutos y la experiencia ha sido muy satisfactoria.
¿Cómo recibió el Premio del X Certamen de Narrativa Breve 2014 de la Asociación Canal Literatura? Con mucha alegría, fue una satisfacción muy grande. En este sentido quiero ser muy sincero, todo escritor, todo el que se pone delante de un ordenador a escribir algo que nadie le ha pedido, un post de Facebook o Twitter, una reseña para la tarjeta de una boda,,, cualquiera que escribe, desea ser leído, si además te dan premios el ego se te pone por las nubes, y el que diga que no es así miente.
¿Alguna vez le han vetado alguna de sus novelas por la vinculación por su profesión? No. nunca. Siempre he tenido apoyo de mis compañeros, de mis jefes y de las autoridades políticas locales.
Sí que he sufrido algún desprecio, recuerdo una vez en una presentación de Bajo la Cruz de Lorena, que un Delegado de Gobierno, de cuyo nombre ni yo ni nadie que lo haya conocido quiere acordarse, al enterarse por algún asesor que los protagonistas eran exiliados del Franquismo en la Francia ocupada por los nazis, me comunicó, después de confirmar su presencia, que él no iba a un acto así y no fue. Pero eso es una anécdota. La respuesta a su pregunta es que no, nunca nadie me ha vetado en ningún sitio.
Sé que estuvo en el programa Cuarto Milenio, ¿Qué nos puede contar de aquella experiencia? Pues que es una de las más gratificantes que he tenido, como ya he dicho antes, todo el que escribe quiere ser leído, si además recibe el reconocimiento de los lectores pues para qué quiere más.
En este caso, que Iker Jiménez, persona a la que admiro desde que sé que existe, que son muchos años, se haga eco de una de mis novelas y además lleve la temática a su programa es un honor tan grande como ganar un premio.
No hay diferencia, al menos para mí. Iker Jiménez es un gran hombre, un periodista único y un amigo entrañable. Solo superado por su equipo y su esposa, todos juntos conforman un grupo humano del que uno ya no quiere separarse.
¿Tiene proyectos en marcha? ¿seguirá escribiendo en la misma temática o se arriesga con otra? Tengo una novela terminada, que muy pronto mandaré a la editorial, que también tiene trasfondo histórico, en este caso la España de los años cincuenta; un lugar donde aún resonaban los ecos de los presos políticos en los campos de concentración del franquismo, al tiempo que nos inundaban los actores y actrices de Hollywood internacionalizando nuestras playas, paisajes, gastronomía, folclore, tradiciones…
Pero sigue siendo novela negra. Sin embargo ahora estoy inmerso en un proyecto que cambia ese estilo, no abandono la historia porque es mi pasión, pero los protagonistas no son detectives ni mujeres fatales, son historias más humanas.
¿Qué piensa del trato que se da a la cultura en España? Pésimo, deleznable. Las autoridades españolas solo entienden por apoyo a la cultura las subvenciones, no son capaces de patrocinar eventos dedicados a potenciar el teatro, la literatura, la música, el cine, la pintura.
Se subvenciona el cine, no tengo nada en contra, el cine exige un desembolso económico previo. Pero las ayudas deben ir orientadas a divulgar la cultura a través de certámenes, concursos, jornadas, publicidad de actos.
Y por supuesto borrar la ideología de las mentes que nos gobiernan que lo que hacen en realidad, cuando toman cartas en el asunto es sufragar actos de partido con el subterfugio de ayuda a la cultura.
¿y a las bibliotecas? Esas son las auténticas olvidadas, casi todos los ayuntamientos tienen una, pero ninguno las utiliza como centros de divulgación cultural, como altavoz de la literatura, la ciencia y el conocimiento.
Una biblioteca no debería circunscribirse a ser un centro de estudios, uso contra el que no tengo nada que objetar. Pero deberían ser algo más, un centro activo de atracción de la juventud hacia a los libros, los autores, concursos permanentes de redacción, talleres, lugar de encuentro con novelistas, científicos, actores.
Deberían ser catedrales del conocimiento, el lugar de referencia. Un sitio que se quede grabado en las mentes más jóvenes como el lugar donde conocieron al escritor fulano, al cantante mengano, a un actor o una actriz, el lugar donde por primera vez vieron publicado un relato, un poema o del que sacaron el libro que cambió sus vidas.
¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión cultural? Que es una iniciativa maravillosa que sí debería estar subvencionada puesto que es un faro de difusión de la cultura, esa función que he dicho que deberían hacer de oficio las bibliotecas las hacen proyectos como este a base del sacrificio de personas que tienen que robarle tiempo a su vida.
Es injusto, la única forma de promocionar la cultura es ayudando a los que tienen la vocación de distribuirla, no a los creadores, la base está en los divulgadores, en vuestro caso es una base sólida que, poco a poco, paso a paso, renglón a renglón, va dejando su impronta en los que en algún momento de su vida sienten la veleidad de asomarse a este mundo tan maravilloso.
Estas iniciativas no deberían quedar ocultas tras un número incontable de enlaces y entradas en los buscadores digitales. Deberían hallarse en los tablones de anuncios de los colegios, las universidades, en las bibliotecas, en los centros comerciales, deberían entenderse como un lugar común de referencia cultural para los jóvenes donde, por ejemplo, las editoriales pudieran presentar sus últimas publicaciones, las últimas obras de teatro, musicales…
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