Hoy entrevisto en Alquibla a Vance E. Woods, de profesión bibliotecario. Ejerce su profesión actualmente en la Biblioteca Valley Library en la Universidad Estatal de Oregón (OSU). ¿Quién es Vance E Woods y cuál es su profesión? Antes que nada, hay que decir que tengo una identidad partida por la mitad: nací en los Estados Unidos, pero me crié en Argentina. Por lo tanto, mi etiqueta de elección es “yanquentino.” Esto inyecta a mi cosmovisión una tendencia de mirar a mi propia cultura desde afuera; tengo una pasión muy fuerte para el intercambio cultural, la cual influye mucho mi filosofía tanto de bibliotecología como de vida personal. De profesión soy escritor y catalogador. Tengo Master’s en Relaciones Iglesia/Estado de Baylor University en Texas, con un enfoque en la historia celta medieval en las islas británicas. Mi experiencia como catalogador es extensa, con catalogación original en muchos formatos distintos, tanto físicos como electrónicos, incluyendo materiales raros y únicos. Soy experto en idiomas, habiéndome encargado en Baylor de la Colección Keston, una colección internacionalmente reconocida, compuesta de materiales de y acerca de la ex-Unión Soviética en una gran variedad de idiomas, incluyendo varios a base de alfabetos cirílicos. Aparte de mi trabajo en bibliotecas, tengo publicaciones tanto académicos como populares, incluyendo una historia fotográfica de Butler, Missouri, de donde provienen mis antepasados.
¿Cuál es la biblioteca en la que trabaja?¿desde qué momento supo que quería dedicarse al mundo bibliotecario? En la actualidad trabajo en Valley Library en la Universidad Estatal de Oregon (OSU). Llevo dos años en este puesto. En estos dos años, ha cambiado mucho la forma en que veo a mi carrera en bibliotecas. Supe que me gustaba el trabajo en bibliotecas desde el principio: he sido lector voraz toda mi vida, y no hay mejor incubadora de aprendizaje que lo que viene a ser un almacén para libros. Pero mi encuentro con el “mundo bibliotecario” comenzó cuando arribé a OSU en 2017.
Cuando llegué aquí, había vuelto recién de un período extendido en Argentina, donde pude reconectar después de un largo tiempo con la cultura en que me crié. Lo llamaré un renacimiento de mi conciencia intercultural. Impulsado por eso, empecé a buscar contactos en todo el mundo (mayormente por Linked In) y a charlar con todos que me quisieron responder. De eso han surgido mis conexiones profesionales más valorados, y mi deseo de verdaderamente sumergirme en lo que es un “mundo de bibliotecas.” No pasa día sin que encuentre algún colega o movimiento fascinante en algún rincón del mundo que sirva para ampliar mi experiencia todavía más.
¿Cuál fue su labor principal en Baylor?¿qué nos puede contar de la Colección Keston? Fui catalogador de colecciones especiales en Baylor por unos siete años. Durante ese tiempo, mi labor principal fue justamente la Colección Keston. Esta colección nació en 1969 en Kent, en el Reino Unido, como forma de elucidar los temas de libertad religiosa y derechos humanos en la ex Unión Soviética. Es reconocida mundialmente como el archivo más completo de la historia de la religión en Europa Central y Oriental y lo que fue el bloque soviético. En 2007 fue transferida a Baylor University. Consiste de materiales en 33 idiomas diferentes en referencia a más de treinta religiones y denominaciones discretas, incluyendo una gran cantidad de Samizdat (publicaciones extraoficiales e ilegales). Fue un verdadero honor empezar mi carrera en relación a una colección tan prestigiosa e históricamente importante.
¿Qué material de todos los que ha catalogado ha tratado con mayor cariño? ¿Qué parte de su trabajo es la que más le gusta? El trabajo que hago aquí para el Centro de Archivos y Colecciones Especiales (SCARC) me ha dado acceso a muchas cosas de gran interés para un historiador como yo. Al momento de escribir, por ejemplo, tengo bajo llave en mi escritorio una copia parcial de las obras de Geoffrey Chaucer, publicado en 1545. Entre otras cosas, he catalogado obras de Shakespeare del siglo 17 y ensayos científicos impresos en plena Revolución Francesa. Obviamente a estos objetos uno los trata con un cuidado y un respeto tremendo, como los ejemplares históricos que son.
Sin embargo, lo que más me atrae de estos artefactos es la forma en que trascenden los detalles estríctamente bibliográficos e iluminan algo del mundo en que fueron creados. Cito otra vez esta copia de Chaucer. Está inscrito por un tal Humphrey Burton, de Coventry en Inglaterra, como regalo a su hijo Simon. Burton fue funcionario público en Coventry a principios del siglo 17, y su contribución a la historia de esa ciudad tan notable que hasta hoy una de las calles principales lleva su nombre, Humphrey Burtons Road.
No es solo un libro de Chaucer. Es un momento en la vida de una persona concreta, un gesto paternal hacia un ser querido, el obsequio de una obra literaria que más allá de ser apreciada como hito de la literatura inglesa, fue valorada por este hombre en particular que, habiendo sido él impactado por ella, la quiso compartir también con su hijo. Son estas ventanas al pasado, el poder saber algo de le gente por cuyas manos pasaron estos libros antes de llegar a las mías, que hace de mi trabajo diario un placer realmente único.
¿De qué manera colabora con la revista Archivoz? ¿cree que es imprescindible dar a conocer y actualizarse sobre los contenidos relacionados con el mundo bibliotecario? Soy editor de contenidos para Archivoz en los Estados Unidos. Solicito y publico artículos y entrevistas en inglés para nuestra revista, lo cual me ha brindado oportunidades de conocer y aprender de mucha gente interesante tanto dentro como fuera de mi país. Mi última entrevista fue con un colega en Nigeria que trabaja con el fomento y desarrollo de bibliotecas públicas y escolares en Africa.
Se supone hoy en día que las carreras bibliotecológicas abarcan también las ciencias informáticas, y parte de la información que manejamos debería ser una conciencia del trabajo que hacen nuestros colegas en otros contextos nacionales y culturales. Yo participo en estos proyectos internacionales porque creo que es de suma importancia darle vuelta al flujo tradicional de información Norte-Sur. A veces los que provenimos y trabajamos en el “mundo desarrollado” asumimos que los avances y la innovación surgen exclusivamente de nosotros, y por no prestar suficiente atención al trabajo hecho en otras partes del mundo nos perdemos importantes oportunidades de aprender de los demás.
¿Qué piensa del cambio de ISBD a RDA? ¿y sobre el acceso abierto? En el 2013, Baylor fue una de las primeras bibliotecas académicas en los Estados Unidos en adoptar las reglas de RDA para uso primario. Por lo tanto, es un sistema que como catalogador conozco muy bien. Tiene sus fuerzas: tiende a una descripción bibliográfica más completa, ya que requiere una transcripción exacta de objeto a página, sin las abreviaciones y atajos permitidos bajo las reglas de AACR2. A la vez, tiene sus fallas: ya que tanto queda a la merced del llamado “juicio del catalogador,” hay una tendencia a volver a esos mismos atajos antedichos por la puerta de atrás. El RDA es, en muchos sentidos, una regla sin reglas; es difícil encontrar dos registros creados bajo RDA que parecen provenir de la misma práctica. Por eso, yo diría que lo que fue concebido como forma de instituir mayor uniformidad en muchos casos termina por crear condiciones iguales o más caóticas que las precedentes.
En realidad, a mí, más que el sistema en uso me preocupa la calidad de la catalogación misma. En esto es posible que sea medio dinosaurio, yo, pero considero que mi trabajo importa tanto en sus partes como en su totalidad. El buen catalogador es un artesano, y un registro bibliográfico bien hecho es un tapiz en el que cada hilo cuenta. Estamos en un ambiente últimamente que busca economía a toda costa, y esto desafortunadamente desfavorece a la atención a detalle. Esto me inquieta bastante.
En cuanto al acceso abierto, estoy muy intrigado por el movimiento que está en marcha en Latinoamérica, y creo que el resto del mundo debería tomarlo como ejemplo. Aquí en los Estados Unidos, el tema acceso abierto se encara de forma mayormente particular: en Oregon State, tenemos nuestro repositorio institucional, y participamos en un movimiento más amplio de universidades individuales, pero cada uno trabaja por su parte y no parece haber un movimiento realmente nacional. En cambio, en América Latina hay ezfuerzos tanto institucionales (por ejemplo, SEDICI, de la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina), nacionales (en el caso de, entre otros, Kimuk en Costa Rica y OasisBr en Brasil), e internacionales (como LA Referencia, que une los esfuerzos de diez países latinoamericanos bajo un rubro común).
Estamos en el tercer año de vigencia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y como ha dicho mi colega Damilare Oyedele, el fundador de Library Aid Africa en Nigeria, el acceso a la información es imprescindible para cualquier proyecto de desarrollo sostenible. Es central a todos y cada uno de estos 17 objetivos, ya que la educación y la responsabilidad social van de la mano. Por lo tanto, ahora es el momento clave para trabajar en equipo, globalmente, en el asunto de acceso abierto.
¿Qué piensa del trato que se da a las bibliotecas en general en el mundo? La biblioteca en estos tiempos se encuentra en el medio de un gran florecimiento de creatividad en todo el mundo. Esto proviene también, creo, del enfoque que se ha hecho sobre lo sostenibilidad y el desarrollo y una nueva conciencia de la parte que puede jugar, si quiere, cada individuo dentro de su propio espacio social. Desde los Biblioburros en Colombia hasta los Little Free Library, presentes hoy en más de 90 países alrededor del mundo, hay un movimiento en marcha para relocalizar y reorientar el esfuerzo bibliotecológico. En vez de esperar el desarrollo de macro-políticas por parte de gobiernos, municipalidades, y demás, ciudadanos privados están encarando desde abajo la provisión de estos recursos por parte de ellos mismos. Esto me parece una verdadera encrucijada en la historia de la biblioteca como institución.
¿Tiene proyectos en marcha en la biblioteca en la que trabaja? El proyecto más urgente este año es la deselección de publicaciones en serie de nuestro sitio de almacenaje, que en setiembre está programado para la demolición. Esto es un buen ejemplo de las decisiones difíciles que deben tomar a veces las bibliotecas: en muchos casos nuestro trabajo no se trata solo de decidir que retener en nuestro espacio, que siempre es limitado, pero también de decidir cuándo y qué materiales retirar de las colecciones, sea porque ha sido reemplazado por información actualizada o porque simplemente no queda lugar. La biblioteca perfecta consistiría de un espacio infinito, que se pudiera expandir en proporción directa a los avances del conocimiento humano, y donde se pudiera almacenar un ejemplar de todo lo publicado o que se publicará en la historia de la humanidad. Por desgracia, tal maravilla arquitectónica no existe, y por lo tanto cada biblioteca tendrá que enfrentarse de tanto en tanto a este tipo de autoexamen.
¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión cultural? Por lo que veo, Alquibla ha tenido oportunidad de conversar con una hermosa selección de individuos, lo cual nos brinde la oportunidad como lectores de hacer lo mismo. Más allá de que las preguntas propuestas son muy buenas y hacen pensar mucho al entrevistado, cualquier espacio donde se fomente la conversación entre pares es un bien en sí y digno de admiración y apoyo.
Buen día para el Master Vance E Woods,
me cuesta trabajar en RDA: quisiera saber si me puede a un listado de los códigos principales que se llenan en libros revitas, o Cds, por favor
me confundo cuando dice
obra, expresión, manifestación e item
y yo quiero llenar los campos en RDA.
por favor