El Decamerón es la obra más conocida de Boccaccio y constituye un canto al amor y al goce de la vida, lejos del afán moralizador de la Edad Media. La maestría de Boccaccio no radica tanto en la originalidad de los temas, que toma de fuentes tradicionales, sino en el estilo. Los cien relatos que componen la obra se enlazan mediante un hilo conductor: la obra comienza con la descripción de la peste negra, cuando un grupo de siete mujeres y tres hombres se refugian en una villa a las afueras de Florencia y durante diez días narran un cuento cada uno.
Cada uno de estos diez días de convivencia del grupo comienza con una breve introducción en la que el rey o la reina deciden el tema de los cuentos. A continuación, se van narrando los cuentos precedidos de un resumen. La jornada finaliza con una breve conclusión.
La ambientación de la mayoría de los cuentos se sitúa en la época contemporánea de la obra, siglos XIII y XIV en el Mediterráneo.
Por el Decamerón desfilan cientos de personajes de todo tipo: reyes, nobles, labradores, criadas, monjas, frailes, embusteros, adúlteros, etc. Son seres comunes a diferencia de la antigua concepción medieval, en la que el protagonista o héroe de la historia poesía siempre facultades como la belleza o la fuerza, asociadas siempre a la nobleza y la divinidad. Finalmente, el fuerte sentido anticlerical de las historias de Boccaccio le aleja de la concepción teocéntrica medieval.
Los temas son casi siempre profanos y destacan: el amoroso es muy insistente, desde el idealizado hasta el trágico o el más desvergonzado; el ingenio o la inteligencia de algunos personajes; la critica a las costumbres sociales, la fortuna, etc.
Se puede considerar el Decamerón como precedente del Renacimiento por la concepción profana que presenta del hombre, el abandono de rasgos fantásticos o míticos y la parodia de los ideales medievales que confieren a la obra un carácter claramente antropocéntrico y humanista.
Literaturas en la antigüedad. Autoras: Inma Llinares e Inma Pla