Hoy entrevisto en Alquibla a Arcadio Rodríguez Tocino, un escritor que se ciñe a sus sueños literarios y que ha escrito la novela El vendedor de palabras. Hoy nos hablará un poquito sobre ella y su forma de escribir. ¿Quién es Arcadio Rodríguez Tocino y cuáles son sus sueños? Hola y gracias por este espacio. Pues Arcadio es una persona con inquietudes artísticas que se plasman juntando letras que la mayoría de las veces se convierten en novelillas. Actualmente voy por la décima. Ciñéndome a los sueños literarios, que es el objeto de esta entrevista, mi prioridad es hacer una historia que sea entretenida y esté bien corregida. Sé que cuando se habla de tener un libro con tu nombre casi siempre aparece la palabra sueño, pero para mí eso es más una responsabilidad que otra cosa, pues considero que una publicación no es una meta, sino parte de un camino que comenzó al enfrentarse a un papel en blanco.

¿Desde qué momento supo que quería dedicarse a la escritura? No me dedico a la literatura si entendemos eso como remuneración económica, me dedico a la literatura porque es algo que me gusta… eso de dar forma a las palabras tiene su encanto. Al menos para mí. Comencé, y todavía continúo, escribiendo en medios impresos, luego también en digitales, que promocionan el rock y el heavy metal. Fue en 2004 y todavía continúo haciendo críticas de discos y entrevistas a grupos, aunque todo a un nivel muy pequeño, porque la subcultura punk del hazlo tú mismo no sé si me ayudó o me hizo más daño a la hora de entender la gestión de mi trabajo. Lo que tengo claro es que han sido 15 años que quiero que se doblen.

¿Qué le llevó a escribir El vendedor de palabras? ¿Siempre escribe sobre la misma temática? ¿Podría compartir un fragmento de la novela con los lectores de Alquibla? El vendedor de palabras surgió como homenaje a esos llamados «escritores de a duro» que se ganaban la vida escribiendo novelillas baratas sobre el Lejano Oeste con seudónimos como Silver Kane. Yo crecí con algunas de esas novelas, en los ochenta, que también las había de género negro, eróticas o de alienígenas, y decidí dividir la historia en doce capítulos, como los pasos que siguen los alcohólicos anónimos, con un protagonista que es un escritor y alejándome de los tópicos del artista bohemio y traumatizado por sus demonios.

Mi problema, porque es un problema a la hora de encasillarte, es que nunca escribo sobre los mismos temas. Alterno la novela negra con la novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial (que en mi caso yo no la llamaría bélica) y, de vez en cuando, lanzo novelas que podrían encajar en la narrativa pura y dura, aunque también tengo una sobre la Fiebre del Oro en California, ¿ya me dirás tú quién demonios va a querer publicar una cosa así en este país?

Como la novela la ha publicado una editorial, SND de Madrid, y les he cedido los derechos durante unos años, dejo un fragmento que viene en la contraportada: «Ambos se besaron cerrando los ojos. Un beso húmedo y cálido que les hizo olvidar el mundo. Uno de esos besos que solo se consiguen con la persona a la que amas. Su unión aún tenía sentido sin que ninguno de los dos lo dijera en voz alta».

¿Cuál es su método para ponerse a escribir? ¿Tiene algún lugar preferido? El mejor método para hacer las cosas es querer hacerlas. Yo quiero escribir y escribo, todos los días, mucho o poco, pero siempre algo. No tengo un lugar preferido, tengo un lugar: una pequeña habitación en el piso en el que vivo. Me gusta cerrar la puerta, poner un poco de música y beberme un par de cervezas mientras tecleo las ideas que he ido acumulando. Es curioso, pero dejo de escribir cuando se acaba la cerveza.

¿Cree que es complicado hacerse un hueco en el mundo editorial? ¿Le costó mucho encontrar editorial que publicara su libro? Sí, me parece muy complicado hacerse un hueco en el mundo editorial. De lo contrario no llevaría diez novelas con cinco editoriales diferentes… y puedo decir que para octubre tengo otro contrato firmado con otra editorial diferente, mi onceava novela con una sexta editorial. Eso no es buen síntoma. Todas las novelas que he publicado han costado un esfuerzo, y el El vendedor de palabras no ha sido diferente. Son muchos correos que suelen acabar en la basura.

¿Diseñó usted la portada de su libro o la editorial le facilitó una? Esta vez todo el proceso de maquetación y portada lo ha llevado SND Editores, de Madrid. Ellos leyeron la novela, les gustó por algún motivo, me dijeron de modificar un párrafo, lo hice, y son ellos los que eligieron la ilustración en base a lo que leyeron. Yo creo que condensa bien lo que uno podrá leer en las 170 páginas del texto, así que estoy contento de cómo ha quedado su idea. Hasta el momento el trato no podría ser mejor.

¿Tiene proyectos futuros en marcha?¿Piensa seguir escribiendo? Pues para octubre sale Las mejores personas de Jersey con otra editorial de Madrid. Como el contrato lo firmé hace medio año, pues ya estoy mirando cosas para publicar otra novela en 2020, es así como me gusta trabajar, tienes que mirar a diez o doce meses vista, porque entre firmar el contrato y publicar la novela se te van los meses. Es lo que ya he dicho, el trabajo es escribir, la publicación no lo veo como una meta, no pienso mirarme el ombligo solo por publicar, quiero seguir sacando cosas sin importarme lo que ya haya dejado atrás.

Y claro que voy a seguir escribiendo… si te gusta, te gusta y lo haces porque lo llevas dentro. No negaré que las presentaciones con cero asistentes joden y hacen herida, o que cuando toca autopublicar y pierdes dinero no te queda de otra que replantearte algunas cosas, pero es que no tengo más vicios que este y no tengo ganas de buscar otros nuevos.

¿Qué libro está leyendo actualmente? ¿Tiene un escritor@ favorito? Estoy con el poemario La palabra empeñada de Carlos Balacera y Cómo matar a un lector, de Carlos Luria, que toca mucho parque con el niño y hay que estar entretenido. Carlos Balacera tiene un buen don para resumir lo cotidiano y con el otro Carlos me está gustando su prosa, pues desde La conjura de los necios no me reía tanto con un libro que no fuese un cómic, que también me encantan. Recopila muchas citas y frases de escritores y está muy bien para ingenuos que se piensan que en la literatura se gana dinero o hay eso que se llama estabilidad.

Como escritores preferidos siempre nombro a George V. Higgins (1939-1999) y a Elmore Leonard (1925-2013), que son maestros de los diálogos y tenían su estilo, bueno o malo, pero el suyo. Y claro, Orwell era un mago de las palabras, una maravilla de juntaletras que dejó el cuento más sobresaliente que he leído nunca: La rebelión en la granja.

¿Qué piensa del trato que se da a la cultura en España? ¿Y a las bibliotecas? Bueno, España es sol, vino y gastronomía, aquí eso de la cultura no se destila tanto como en Francia o Alemania. Tengo un amigo librero que siempre me dice que cuente peluquerías, bares o tiendas de ropa y luego cuente las librerías… salen perdiendo. Ahora, a mí no me pillas llorando por este tema. Yo sigo comprando libros, sigo leyendo y lo que haga la mayoría no me importa.

¿Qué voy a decir de las bibliotecas? He vivido en Palencia, Madrid, Valencia… tengo carnets de esas ciudades y alguno más, como el de Burgos donde vivo ahora (la biblioteca Gonzalo de Berceo y la Pública de San Juan tengo que decir que siempre me han apoyado como escritor dentro de sus posibilidades), o el del que considero mi pueblo, La Robla, en la montaña central de León, tierra de carbón y minas, aunque ahora ya están cerradas, así que está claro que me gusta pasar tiempo en las bibliotecas.

¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura? Alquibla es necesario. Gente como yo, que no va a gastarse dinero en promoción porque ya sabe que es tirarlo a la basura, si no tuviésemos personas desinteresadas que nos apoyan en lo que buenamente pueden ¿cómo nos haríamos un hueco, aunque fuese pequeño? Claro que me gusta dar a conocer mi trabajo y para eso necesito ayuda, así que agradezco lo que hagan por mí.

Muchas gracias por este espacio y hasta la próxima. Un abrazo muy grande.

 

 

 

 

Arcadio Rodríguez y su nueva novela El vendedor de palabras
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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