Antropóloga y socióloga, ha trabajado principalmente en el ámbito de la educación universitaria y la investigación. Le apasiona la comunicación oral y escrita. Es autora de varios libros ilustrados co-creados con diferentes artistas ¿Quién es Virginia Rodríguez y cuáles son sus sueños? Virginia Rodríguez es una mujer que se va construyendo día a día y explorando quién es. Me muevo en ámbito educativo e investigador, artístico y literario, tratando de disfrutar creando y contando historias en buena compañía.
¿Cómo un día una persona dedicada a la antropología y a la sociología un día se aventura a escribir libros? Seguramente porque las historias han formado parte de mi vida mucho antes de que supiera de la existencia de algo llamado Sociología o Antropología. Uno de mis primeros recuerdos en relación a la escritura tiene que ver con el colegio, con las clases de lengua en EGB y con unos ejercicios en los que tenías que crear una pequeña historia a partir de tres palabras o tres situaciones. ¡Me encantaban!, y los tengo presentes como una de mis primeras motivaciones en ese empezar a escribir. A partir de ahí seguí escribiendo, más bien para mí y sin pensar en que en algún momento aquello fuera a convertirse en algo más que un mero entretenimiento, o sin creer que a alguien le fuera a interesar leerlo; suele ser el pensamiento más arraigado y el miedo más común entre quienes empiezan a escribir y barajan dar el paso de sacar sus historias del cajón. Aparte de todo eso, tengo la fortuna de que la Sociología y la Antropología me enriquecen igualmente en el proceso de la escritura y ellas mismas son grandes excusas para crear, escribir y comunicar.
¿Qué nos puede contar de su último cuento Romualda, la pelusa de los libros? ¿Qué le impulsó a escribirlo? ¿Podría compartir un fragmento con los lectores de Alquibla? ¿Qué podría decir acerca de cuál sería la inspiración para hacer de una pelusa la protagonista de mi nuevo cuento, tal vez una forma de reflexionar acerca de que tengo que procurar limpiar más a menudo debajo de la cama?, realmente, no lo sé, simplemente la historia nació. Y una vez creada, Romualda ha ido convirtiéndose en un ser que me está regalando momentos increíbles. Ya de entrada, cuando escribí la historia, ni siquiera sabía lo que iba a hacer con ella y por supuesto, aunque había imaginado cómo podría ser la propia Romualda, para nada podría pensar en lo que iba a convertirse. Cuando una de las artistas que colaboran en el proyecto, Leticia Amat, la dibuja y luego Raquel Amat se pone manos a la obra para coser a Romualda, ¡esa sí que es una de las experiencias más gratas de mi vida hasta el momento! Ahora sé que Romualda es ese bicho que nos mira con su gran ojo y vuela de acá para allá, ¡y no podría ser de otro modo! Sin duda, de todo este proceso, me quedo con lo enriquecedor de crear en compañía, de construir algo con otras personas y poder vivir de qué modo una semilla que plantas, crece hasta ser otra cosa más grande y poderosa de lo que nunca habrías imaginado. La sinergia de la creación en grupo y el proceso artístico vivido, incluyendo cuando Raquel Mollà se incorpora para hacer las fotografías del cuento, es lo mejor de todo. Ahí va el comienzo del cuento…
Definición de pelusa…Seres peludos y bastante sucios, suelen ser blanditos y de buen corazón, están hechos de polvo y pelete y contienen todo aquello que puedas encontrar tirado por el suelo: purpurina, cáscaras de pipas, pielecillas… Generalmente tienen un solo diente, no les hace falta más para poder masticar las migas y los trocitos de papel de los que se alimentan. Van cambiando de tamaño a lo largo de su vida, se adaptan al momento y al lugar de modo que pueden alargarse o volverse pequeñitas, estirarse, aplanarse o hincharse de repente como un globo. Eso sí, ¡a todas les encanta volar, sin excepción, ya sea por un soplido, una corriente de aire al abrir la ventana o, simplemente, porque ya se cansaron de estar debajo de la cama!,…, ¡disfrutan de lo lindo dando vueltas y esperando a ver en qué sitio nuevo aterrizarán!
¿Cree que se debe impulsar la lectura desde bien pequeños? ¡Por supuesto, no cabe ninguna duda! La lectura nos hace humanos, nos acompaña, nos estimula la imaginación, nos ayuda a proyectarnos, nos abre la mente, es una herramienta para la comunicación y eso nuevamente, es la base de la humanidad, creo yo. Recientemente me encontré un montón de libros tirados junto a un contenedor, y eso es algo que no entiendo porque cuando te cansas de tener ciertos libros en casa, siempre puedes regalarlos o tienes la posibilidad de poder llevarlos a otros espacios para ponerlos al alcance de otras personas: bibliotecas, librerías de segunda mano… Crear el hábito lector y enriquecerlo conforme vamos creciendo, compartirlo, encontrar esa conexión con las historias que nos alimentan el pensamiento, la capacidad de reflexión, las emociones, que nos acompañan en el proceso de construirnos como personas,…, ¡es una necesidad básica!
¿Qué otro tipo de novelas ha publicado? ¿Tiene pensado seguir escribiendo? Hasta la fecha he escrito varios cuentos ilustrados por otras personas (“E-U-logio caracol”, “El mágico árbol del Zanacotón”, “Galería de seres desordenados” y “Romualda, la pelusa de los libros”), además de un libro de poesía ilustrada (“Tiritas del tiempo”) y aparte, por mi faceta educativa, un ensayo sobre cine (“La ilusión de crear, la ilusión de creer. Reflexiones con cineastas españoles sobre el cine o la mentira necesaria”). En este momento tengo varios frentes abiertos con un nuevo libro de relatos breves no infantiles que verá la luz en unos meses y bueno, otros cuentos que van tomando forma. ¡Y sí, por supuesto!, de momento no entra en mis planes dejar de hacerlo.
¿Crees que los escritores tienen serios problemas para encontrar una editorial que publique sus novelas? Claro, ese obstáculo está totalmente extendido actualmente, si bien y por fortuna, tenemos otros canales y opciones cada vez más accesibles como editoriales pequeñas y la posibilidad de la autoedición. Si bien es cierto que, lógicamente, estas alternativas chocan de lleno con los muros de quienes han controlado, y siguen haciéndolo, los canales generalistas y mayoritarios que luego llegan al potencial público lector, yo creo sinceramente que la realidad va cambiando mucho al respecto y que, poco a poco, quienes no nos movemos en un nivel de contactos o grandes firmas editoriales, vamos pudiendo hacernos hueco y explorando nuevas vías para poder seguir creando y llegando a la gente. Afortunadamente, además, formo parte de la Asociación Literaria y Cultural Escritores en su Tinta de Elche y comarca, y gracias a ella he podido seguir aprendiendo y compartiendo mucho acerca de todo lo vinculado con la escritura, la edición, la promoción y muchas otras cosas que hacemos desde el asociacionismo, que es una herramienta cultural inmensa.
¿Tiene presencia en redes sociales? ¿Cree que perjudican o ayudan a difundir la cultura? Las redes sociales, para mí, sí que han venido después de empezar a escribir y publicar. No es algo con lo que me sienta especialmente cómoda ni habilidosa, si bien, considero que desde luego son una herramienta muy potente y eficaz a la hora de poder darte a conocer, compartir lo que vas publicando, tus presentaciones o, en mi caso, otras actividades que voy haciendo vinculadas a la creación y a la narración oral. Desde luego son muy positivas en este sentido, así que si quien está leyendo esta entrevista le apetece bucear por la red, puede encontrarme en Twitter @VRHGazpacho, en Facebook @VirginiaRodriguezHerrero.
¿Qué piensa del trato que se da a la cultura en España?, ¿y a las bibliotecas? Más que “trato”, creo que es lícito hablar de “mal-trato” sin que parezca algo exagerado. La cultura en general, y las bibliotecas en particular, parecen ser asuntos menores, prescindibles y marginales en este país que no vale la pena cuidar y, sinceramente, eso dice muy poco a favor de quienes a nivel de decisiones políticas toman medidas discriminatorias hacia el cuidado de la cultura como un derecho de la ciudadanía, más bien, todo lo contrario. Dificultar, obstaculizar, coartar el acceso a la cultura, a la lectura, a los espectáculos, a la creación,…, denota desde mi punto de vista, dos asuntos: poder y control político de cara al aborregamiento de la ciudadanía y, por otro lado, ignorancia profunda por parte de dicho poder. Hace poco leía el magnífico libro de Ursula K. Le Guin (que aprovecho para recomendar), Contar es escuchar, y hay un momento en el que habla precisamente de la importancia de las bibliotecas, así que la cito directamente: “El saber nos hace libres, el arte nos hace libres. Una gran biblioteca es la libertad (…). Esa felicidad no debe venderse. No debe “privatizarse”, convertirse en un privilegio más de los privilegiados. Una biblioteca pública es un fondo público. Y con esa libertad no debe transigirse. Debe estar disponible para todos los que la necesiten, es decir, todos, cuando lo necesiten, es decir, siempre”. Para no acabar con un tono pesimista, vuelvo a reiterar que pese a todo ello, somos muchas las personas que invertimos tiempo, energía e ilusión en procurar tratar de forma amorosa a la cultura, así que quedémonos con esto.
¿Alguna anécdota que contar? Lo primero que me viene a la cabeza es la bonita circunstancia que me contaba una amiga de estar recomendándole ella a una conocida suya mi libro “Galería de seres desordenados” y resultar que ya lo tenía, pues se había topado con él en una librería, le había gustado y se lo había llevado. Esto, para mí, es algo increíble, porque estamos hablando de una persona que no conoces de nada, en una librería de Bilbao donde no has estado antes ni sabías que el libro estuviera allí, que de repente conecta con un libro que tú ideaste en la soledad de tu casa: ¡es magia!
¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura? Difundir cultura es un acto de amor y una inversión en humanidad, de modo que, ¡qué puedo opinar! Que enhorabuena por la iniciativa y por el empeño, millones de gracias y que me siento muy afortunada de poder colaborar en ella. Un placer y a seguir creciendo, creando y compartiendo.