Prácticamente todos los personajes de La vida es sueño responden a un plan cuidadosamente elaborado. Si entre ellos se diferencian por el puesto que les ha tocado ocupar en la jerarquía social, todos se igualan porque parten de un mismo principio: la ruptura de armonía. Ahora bien, no todos son capaces de recuperarla
Calderón no da las mismas oportunidades a sus personajes. Basilio y Segismundo tienen ocasión de rectificar, pero Clarín no. Segismundo representa a todos los hombres. Es un símbolo. Su vivencia particular es elevada a categoría universal. En todo hombre se reúnen fuerzas contrapuestas: la pasión y la razón, la soberbia y la prudencia. El personaje es contradictorio, es hombre y es fiera, ha nacido libre y está preso, es heredero legítimo del rey y se ve privado de ese privilegio. Cuando tiene que comportarse como príncipe no sabe, no ha sido educado para ello.
Calderón no da las mismas oportunidades a sus personajes. Basilio y Segismundo tienen ocasión de rectificar, pero Clarín no. Segismundo representa a todos los hombres. Es un símbolo. Su vivencia particular es elevada a categoría universal. En todo hombre se reúnen fuerzas contrapuestas: la pasión y la razón, la soberbia y la prudencia. El personaje es contradictorio, es hombre y es fiera, ha nacido libre y está preso, es heredero legítimo del rey y se ve privado de ese privilegio. Cuando tiene que comportarse como príncipe no sabe, no ha sido educado para ello.
Su pasión le lleva a levantarse contra su padre, rey legítimo de Polonia. Pero la Providencia le muestra el camino para su humanización. Con su experiencia Segismundo demuestra y comprueba que todo en la vida es pompa y vanidad, el desengaño ha grabado una lección imborrable en su alma; solo hacer el bien es un valor estable en el que hombre puede confiar como medio para conseguir la vida eterna. Sentado este principio, su comportamiento cambia y actúa como debe hacerlo un príncipe; perdona a su padre; devuelve el honor perdido a Rosaura, premia la lealtad de Clotaldo y castiga a los traidores.
Basilio y Clotaldo
Basilio es un “científico” de buena voluntad, pero descuida sus deberes de rey y de padre. Ocupa su tiempo en desvelar los secretos celestes, noble acción sin duda, pero impropia de un rey según los criterios de la época. Es un rey tirano que ha privado a su hijo de la libertad y de su legítimo derecho a gobernar, y al pueblo de su verdadero gobernante. Es víctima de un destino que él mismo ha forzado por su falta de prudencia. No sabe reconocer la importancia de la Providencia en la vida del hombre.
Clotaldo es un vasallo honrado y leal, pues antepone el servicio al rey y a su propio honor. Segismundo premiará estas cualidades. También en Clotaldo se ha roto el orden natural, es víctima de una pasión; abandonó a Rosaura y a la madre de ésta. Es la justicia del príncipe la que repone el orden perdido.
Como en toda obra teatral del Barroco, también en ésta aparece el gracioso Clarín. En sus intervenciones siempre hay una nota alegre y simpática. Como buen gracioso ignora e incluso desprecia las leyes del honor. Él mismo se define como mequetrefe y adulador. Sin embargo, es uno de los personajes más trágicos de la obra. Su conformismo le lleva a no tomar postura en ninguno de los bandos que se enfrentan. Prudentemente se esconde detrás de unas matas para salvar su vida, pero una bala perdida lo mata. Es el personaje elegido por Calderón para desmostrar al rey que, a veces, la prudencia no es suficiente para evitar lo imprevisible:
¡Mirad que vais a morir
Si está de Dios que muráis! (Vv. 3096-3097)
Por otra parte, su destino es el que corresponde a los aduladores y a los traidores. El reino no los necesita.
Rosaura, Estrella y Astolfo se incluyen fundamentalmente en la acción secundaria. Sin embargo, como ya aclaramos antes, Rosaura también toma parte directa en la principal pues influye en el comportamiento de Segismundo. Estrella y Astolfo son personajes menos elaborados. Forman parte fundamental de la acción secundaria. En ellos no se ve un proyecto de vida tan definido como con los demás. Estrella es heredera del trono, y la Providencia, por medio de Segismundo, le entrega lo que no sería capaz de conseguir por sí misma.
La vida es sueño. Pedro Calderón de la Barca, edición, introducción, de José Buenache Moreno. Madrid: Edelvives, 1990