La protagonista de la novela, Karina, no es una santa ni aspira a serlo, aunque en la historia de su vida podemos encontrar ciertos rasgos de paralelismo con una de las acepciones de la palabra pasión, aquella con la que denominamos los episodios evangélicos que narran el sufrimiento de Jesucristo, entre la última cena y su crucifixión y muerte.
Para narrar las crónicas de la joven vida de Karina, marcadas por su angustia existencial, unos recuerdos de vivencias traumáticas y unos antecedentes familiares completamente desquiciados y desquiciantes, Rosario Curiel se ha ayudado de la música, al igual que hiciera casi tres siglos antes el compositor Johann Sebastian Bach en una de sus obras cumbre, La Pasión según San Mateo.
Como su precedente musical, La Pasión según Karina Krunz es de factura manifiestamente barroca, lo cual no significa que resulte artificiosa ni enrevesada en su planteamiento, que es relativamente sencillo, sino que recurre a técnicas utilizadas por los grandes maestros de la música barroca, como los corsi e ricorsi, en las variaciones, que son composiciones caracterizadas por contener un tema musicalizador que se imita en otros subtemas o variaciones, los cuales guardan el mismo patrón armónico del tema original, y cada parte se asocia una con la otra.
Así es como ha modelado Curiel esta obra maestra, barroca en su estilo pero intemporal en los temas que aborda: el ser humano ante la muerte, el vacío existencial, las complejas relaciones dentro de la familia, los vicios ocultos…
Curiel utiliza con maestría los corsi e ricorsi, expresión italiana tomada de la teoría del acontecer histórico del filósofo de la historia Giambattista Vico, para el que la historia no avanza de forma lineal empujada por el progreso, sino en forma de ciclos que se repiten, es decir, que implican siempre avances y retrocesos.
Según Vico, la historia es recurrente, aunque no se trata de un eterno retorno de todas las cosas, como decía Nietzsche. Es un volver a un estadio que se creía superado, pero ahora visto desde una nueva perspectiva. Esta filosofía es la que impregna toda la armazón de la novela, así como sus frases y diálogos, en los que apreciaremos el extraordinario dominio léxico de la autora, no solo del castellano sino del resto de lenguas romances, su vasta cultura general, y clásica en particular, y sus amplios conocimientos musicales.
Podemos decir sin riesgo a equivocarnos que Rosario Curiel encarna la representación de «mujer del renacimiento», con una formación humanística integral.
Desde el Grupo Tierra Trivium garantizamos a los lectores que no solo disfrutarán, sufrirán, llorarán, e incluso a veces reirán, con La Pasión según Karina Krunz. También aprenderán… aprenderán mucho, esperamos que al menos tanto como nosotros durante su proceso de alumbramiento. A lo largo de su lectura ampliarán su vocabulario, su cultura y sus conocimientos humanísticos sobre disciplinas tan diversas como la historia, la música, el arte, la moda o la filosofía, por lo cual podemos asegurar que La Pasión según Karina Krunz cumple todos los objetivos a los que nuestra editorial aspira, entre ellos el fomento del saber entre el público lector y la difusión de la cultura a toda la sociedad en su conjunto.
