Los diarios de Tony Lynx, una aventura de Miguel Griot. Ilustrada por Álvaro Ortiz ¡Qué bonita la novela más aventurera ha llegado a mis manos! Me ha hecho recordar viejos tiempos en los que cogías una novela y podías ir interactuando con ella, en esa ocasión tenías que ir pasando de hoja en hoja y “dando saltos” a través de las páginas según la opción que quisieras escoger. Ahora nos encontramos con algo parecido. Os cuento.
Rose Abbey quiere encontrar el paradero de su padre, un famoso arqueólogo del Imperio Británico, pero ella no está sola, a su lado nos encontraremos un personaje observador, valiente y avispado que le hará llegar a su objetivo, Tony Lynx.
Lo primero que realiza el autor con esta novela es presentarse al lector algo inusual en las novelas, es más en uno de los dibujos fantásticamente diseñados por Álvaro Ortiz, nos encontramos a los personajes principales saludándonos. Fíjate y los encontrarás.
En cada una de sus páginas nos vamos a encontrar un enigma, Miguel Griot su autor nos va a dejar una pregunta, un enigma para que sea el propio lector el que poco a poco vaya encontrando pistas para encontrar al padre de Rose, tenéis que estar muy pendientes para que no se escape nada. En ocasiones, son pistas que va dejando el propio padre para que nos resulte más fácil encontrarlo. No va a ser nada fácil pero tienes que fijarte muy bien.
A través de la cultura Simurg que son los poseedores del Libro del Gran Poder, nos hace reflexionar ya que para ellos no se plantean obstáculos que no se puedan resolver mediante pensamientos deductivos y una gran agudeza visual. Tuvan les dice que solo están a un solo día de encontrarlo.
Los protagonistas son capaces de resolver decenas de prueba y de adversidades y nunca se van a dar por vencidos, sobre todo Tony. Él tiene claro un objetivo que el verdadero poder reside en uno mismo.
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