Hoy entrevisto en Alquibla a Fernando Gessa, escritor y director teatral. ¿Quién es Fernando Gessa y cuáles son sus sueños? Soy una partícula de sesenta y tres años habitando el mundo que nos ha tocado en suerte, tratando de cambiar las cosas al principio e intentando después adaptarme con más dificultad de lo que sería normal. Habría sido mejor si en lugar de ello me hubiera dedicado simplemente a vivir, sin más ―como todo hijo de vecino―, pero mi mente insomne le busca sentido, orden y lógica a todo. Reminiscencias de una educación religiosa, rigurosa y reiterativa, con muchas erres, ajena a la realidad.
En lo que se refiere a mis sueños, puede quedar resumido en disponer del tiempo suficiente para hacer las cosas que me gustan, cosas relativamente sencillas como escribir, leer, actuar, dirigir, viajar… Dicho esto, puedo considerarme afortunado porque, a falta de viajar con más frecuencia, el resto ya lo estoy haciendo.
¿Cómo un día un director teatral le entra el gusanillo de empezar a escribir? Fue al revés. Antes de nacer estaba en un escenario, y ya nacido me crie entre bastidores, representaciones, ensayos, audiciones, vocalizaciones, giras, charlas de café… Soy hijo de artistas y por tradición yo debería haberlo sido también, por pura lógica. Pero mi mente analítica me advirtió de los peligros que me acechaban si seguía en esa profesión tan bella como caótica e inestable y opté por dedicarme a cosas más “serias”.
Aunque empecé muy rápido en la interpretación ―con apenas un mes debuté, como figurante, claro, en la película “Llegaron siete muchachas” de Domingo Viladomat―, lo alterné con la escritura, siendo esta última mi principal ocupación entre ambas. Pero en ese tiempo, para escribir antes tenía que leer, porque al terminar un libro me entraban unas ganas irrefrenables de escribir. Me refiero a relatos, pensamientos, algún esbozo de lo que podía ser una novela. La poesía llegó mucho después.
¿Tiene cierta relación el teatro con la escritura? Mis primeros escritos “serios” son como dramaturgo, porque era lo que tenía más cercano. Tengo en mi haber varias obras de teatro, pero ninguna está publicada. Una de ellas, “Amable vecindad”, se estrenó hace unos años en Alicante y Jijona. En cuanto a la pregunta, por supuesto que tiene relación el teatro con la escritura, lo uno sin lo otro no existirían, el teatro tiene que estar escrito para poder ser puesto en escena. Existe la tradición oral, por supuesto, pero siempre hay que seguir unas pautas y unos parlamentos.
En mi caso, lo que veía de pequeño eran ambas cosas. Para que se me entienda, mi madre era actriz y una gran lectora, la recuerdo leyendo hasta altas horas de la madrugada las novelas de por aquel entonces de Mika Waltari, Daphne Du Maurier, Francoise Sagan, W. Somerset Maugham, etc. Y cuando no leía estaba estudiando algún libreto o partitura. ¿Qué otra cosa podría haber sido yo con esa influencia?
¿Qué nos puede contar de las asociaciones teatrales a las que pertenece? Actualmente estoy en activo con Teatro Epidauro, con quienes represento “Julio César” de William Shakespeare y “Benedetti” dedicado a la poesía de dicho autor. Estamos preparando también “A secreto agravio secreta venganza” de Calderón, todo un reto para cualquier actor que se precie pues no es una obra fácil de interpretar sino todo lo contrario. Afortunadamente tengo unos compañeros fantásticos y aprendo cosas nuevas cada día.
Por otro lado escribí el guion y estoy dirigiendo el espectáculo “Ángeles en la ciudad” con CLANdestinopoesía, un grupo que no es de teatro propiamente dicho pero que también se podría afirmar que lo es. Se trata de una nueva experiencia con poesía teatralizada, vídeos y música, que está teniendo mucho éxito.
¿Qué evolución se ha observado de Los gatos no necesitan ir a la escuela a Habitantes del papel? La evolución se nota en la escritura y la extensión. “Los gatos no necesitan ir a la escuela” tiene relatos muy atractivos pero breves, según manifestaron mis lectores ―y esa fue su única crítica, afortunada y relativamente, porque se quedaban con las ganas de leer más―, y para mí una prosa mejorable. “Habitantes del papel” está formado también por el mismo número de relatos pero tiene cien hojas más, las historias quedan más redondas. A mi parecer está mejor escrito, técnicamente hablando, pero me siguen gustando más las historias del primero. Esa sería la principal diferencia entre ambos títulos. Pero que conste, les quiero a los dos igual como buenos hijos que son al fin y al cabo.
¿Hay alguna frase de sus novelas que destacaría? Claro, hay algunas, aunque las mejores frases, que en realidad son versos, están en mis poemarios. Por responder a tu pregunta, del relato “El jardín abandonado” dentro de “Habitantes del papel”, esta es una que me gusta:
Realmente, unía el cielo nocturno con el diurno en una cabalgata inagotable de versos y estrofas que rimaban con incesante musicalidad y armonía y cuyas letras rozaban el alma y el corazón en abstracta conjunción con el inescrutable azul.
Tiene su truco pues en realidad es prosa poética. También me gusta la dedicatoria que hago en el mismo libro y que no forma parte por lo tanto de ningún relato: A Fina, que consiguió sobrevivir libre y de acuerdo a sus principios en una época donde la similitud de razonamiento entre algunos españoles y los gorilas ―con todo mi respeto para estos últimos― era más que evidente.
¿Piensa seguir escribiendo? ¿Tiene proyectos futuros en marcha? ¡Siempre! La escritura forma parte de mi ciclo vital. Escribo cada día, o casi, mínimo un poema. Tengo una novela terminada que se titula El espantajo del principal y que publicaré cuando me anime. Igualmente voy completando mi futuro poemario con título provisional Mesa para uno. Los relatos los he dejado de momento, me apetece más la poesía, cada vez estoy más integrado en ella o viceversa, cada vez nos queremos más. Mi estilo ha ido evolucionando y me encuentro en un momento de plenitud poética, por tanto, en ella me centro.
¿Qué piensa del trato que se da a la cultura y a las bibliotecas en España? He tenido el privilegio de ejercer un trabajo “serio” relacionado con el equipamiento de bibliotecas y por eso estoy capacitado para opinar con conocimiento de causa. Conozco las bibliotecas de países de nuestro entorno como Francia, o yendo más lejos Suecia y Dinamarca. Aquí la mayoría dependen de su respectivo Ayuntamiento. Las hay estatales, sí, algunas de entidades privadas, pero la mayoría son municipales. Casi todos los ediles y dirigentes que he tenido el gusto de conocer preferían gastarse el dinero (mucho dinero) en un concierto de Julio Iglesias, por decir un nombre, que no tengo nada contra ese señor, que les daba más votos, que en equipar una biblioteca decentemente. Con ese dineral gastado en un par de horas podrían haber equipado diez bibliotecas que habrían tenido una vida media de quince años. Quiero decir, por no extenderme demasiado, que obviamente en España no le dan importancia ni a las bibliotecas ni a la cultura en general. Y del teatro no opino ―como la posible anexión del Teatro de la Zarzuela por el Teatro Real, una auténtica insensatez de personas sin conocimiento y que pasan haciendo mucho daño― porque necesitaríamos mucho tiempo más para expresar mi indignación.
¿Alguna anécdota que contar? Para no salirnos del ambiente literario, voy a considerar como anécdota algo que nos sucede a todos los que escribimos y que no por conocido nos deja de sorprender, por lo menos a mí. Cuando publico algo en las redes sociales, principalmente en Facebook o Twitter, un poema o algún tuit, las respuestas que me llegan son relativas a la naturaleza de dicha publicación. En todos los casos me felicitan y dicen que es muy bonito, pero si el poema es triste tratan de consolarme y animarme. Cuando es algo divertido se congratulan y tratan de conocer las causas de mi alegría. Si es de amor quieren saber quién es la afortunada… Quiero decir con esto que el lector, casi siempre, piensa que lo que escribimos es nuestra realidad, no ficción, y hay que dar bastantes explicaciones al respecto.
¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.como como página de difusión de la cultura? Una bocanada de aire fresco para la cultura en general y en especial la literatura. Un lugar idóneo donde los modestos “indie” podemos exponer nuestro trabajo al igual que lo hacen los consagrados en páginas parecidas, a las que tienen vía libre y nosotros no.
Algo que añadir…Mi agradecimiento, Eva, un placer haber compartido este rato contigo. Blog “Mesa para uno”: Facebook: https://www.facebook.com/noibell