No sé en qué momento personal se encontraba Julio Jurado al leer este magnífico libro, lo que sí puedo deciros es que en él ha entregado todo su alma. Al llegar este libro a mis manos a través de la editorial Adeshoras lo primero que te encuentras es una portada sorprendente, y con un título Traspiés voluntario que te deja pensando acompañado de un subtítulo: Construcción o derribo de una conducta.
Es de fácil lectura ya que yo conseguí terminármelo en un día, pero hay que detenerse en cada una de las frases o cuentos que nos va a relatar Julio en esta novela ya que en él está mostrando su alma al aire. Julio habla de lo que siente, de los pensamientos que tiene en forma de frases de dos líneas o cuentecillos, se expresa a través de las líneas para que puedas reflexionar en voz alta.
Empezamos a leer y nos encontramos un punto de partida, con el que creo que todos nos hemos encontrado alguna vez y que acompañará una serie de títulos sugerentes, todos relacionados con la conducta del ser humano. A dónde somos capaces de llegar los humanos en sus distintas facetas.
El libro está acompañado de collage de Emi Yagüe y fotografías del propio autor que nos hace aún más si sabe saborear su contenido y dejarte lugar a la reflexión.
Julio se dirige a los lectores y se siente guiado todo el rato por lo que siente el escritor gracias a una exquisita elegancia de sus letras a través de temas como el amor por los libros, el tiempo, los sueños, el amor, la imaginación, los recuerdos, el humor y un largo etc. Dejaros guiar por vuestras emociones y transportaros a los sentimientos que os generan.
Me quedo con la parte dedicada a las bibliotecas, a la literatura a la librería, etc. en el capítulo de Para qué un viejo profesor así como con una cita que quiero resaltar por la belleza y por el momento personal en que vivo que me ha marcado: <<¿El mejor asesino? Sin duda, el Tiempo porque no suele equivocarse cuando ha decidido no continuar a tu lado>>. Momento para la reflexión.