Si no conociera a Esteban, pensaría que la persona que escribe este libro, es una persona que escribió esta novela escrita con una sutileza impresionante en un momento de reflexión de su vida, pero sí lo conozco aunque no personalmente, me basta para pensar que esta novela marcó un antes y un después en su vida.

¿Quién no ha pensado en un momento de su vida irse a un lugar lejano donde nadie lo encontrara y encontrarse a sí mismo? Esto es lo que te hace reflexionar esta novela escrita con mucho cariño por parte del escritor. Mucho corazón diría yo.

Hablando con Esteban le pregunté si él era Isidro, y me comentó que no pero que tenía muchas cosas en común con él. Es una suerte mientras estás leyendo una novela poder compartir esos momentos que vas sintiendo mientras lees tu novela y poder compartirlos con el propio escritor. De él han salido esas letras y es todo un privilegio.

Nos trasladamos a Huesca, y más concretamente a un pueblecito llamado Otín. Lugar elegido por nuestro protagonista Isidro para encontrar el sentido a su vida y poder terminar la novela que tiene que escribir aunque yo creo que esto segundo es más bien una excusa. Su estancia allí se desarrolla a lo largo de tres semanas, que se extiende a lo largo de 27 capítulos cortitos pero intensos con una minuciosidad exquisita y un trato muy cariñoso hacia sus personajes.

De Isidro Mezquina os podría contar que es un personaje que está pasando por un momento delicado de su vida. Es una persona insegura y que tiene muchos miedos y que va a encontrar una compañera en su travesía, se va a encontrar con Adela. Una persona que lo ha perdido todo y que debe sanar también algunos fantasmas del pasado. Son dos personas que tienen bastantes cosas en común y lo que no saben es que juntos van a ayudarse más de lo que ellos creen. Pero no solo ellos son los que conforman la novela, aunque sí son el eje vertebrador de la misma. Isidro tiene miedo a la soledad y al aburrimiento, pero gracias a Adela va a poder ir superando cada uno de sus miedos y se va a despreocupar de esas emociones que le afloran para centrarse en lo que le ha llevado a ese lugar, escribir su novela. Siempre apoyado por Adela.

Quiero pensar que los personajes que se encuentran en esta magnífica novela no se encuentran por casualidad. Cada uno de ellos está puesto ahí por algo. Isidro tiene dos hijos, Natalia y Alejandro que aparecerán al principio y al final de la novela. Marisa, es la mujer de Isidro, una persona que se mueve más por el instinto y por el amor. Ramón Farelo aparece de casualidad por la casa de Otín, es un joven senderista que también lee a Isidro y por el que siente mucha admiración. Y otras dos personas muy significativas también en la novela Tadeo y Don Patricio. Todos los personajes aparecen cuando tienen que aparecer ni antes ni después por lo que os digo que nada de esta novela está puesto por casualidad. Sí he de deciros que el capítulo 12 va a suponer un punto de inflexión en la novela por lo menos a mi me lo pareció.

He de decir que si yo no fuera una amante de los gatos, no entendería la aparición de Rufus en La Gárgola de Otín. ¿Eres tu el que ha opinado sobre ellos sin conocerlos? Sé de buena tinta que Esteban ama a los gatos tanto como yo y que si él escribía una novela no podía dejar de aparecer su gato en la misma, pues ahí lo tenéis. Rufus estará muy presente a lo largo de la trama. Imagino que a Esteban le habrá resultado muy sencillo adentrar al gato en la novela ya que conoce muy bien las manías y virtudes de los mininos.

Pero aún no hemos hablado de la protagonista de la novela, la gárgola. En cuanto Isidro la descubra de la mano de Adela, no va a dudar en ningún momento en que ese va a ser el título de su novela, que va a llamar La gárgola de Otín.  Es un momento crucial de la novela. No será fácil que Isidro se ponga a escribirla pero finalmente lo conseguirá.

Me ha llamado la atención que la novela está escrita en tercera persona como si un narrador se lo estuviera contando al que escribe y se dejara llevar por su dictado. Una técnica que me ha encantado y que quiero dar la enhorabuena desde aquí a Esteban.  Llama también la atención las reflexiones a lo largo de la novela que Isidro escribe a su diario. Y un tema que se trata cuando la novela está llegando a su fin como es el tema de la muerte. He de decir que a lo largo de la novela tenéis que tener muy presente a la gárgola, porque cada vez que le ocurra algo a alguno de nuestros personajes sobre todo los relacionados con Isidro, la gárgola toma vida,  se va a manifestar…

Hay una frase de la que quiero dejar constancia en mi reseña y que os dejo para que la penséis un poquito: <<Solo morimos cuando no tenemos nada más que hacer>>. Pues eso a disfrutar de la vida.

 

 

La gárgola de Otín de Esteban Navarro Soriano
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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