Doctora en Documentación por la Universidad de Murcia, ingresé como funcionaria de carrera en la Universidad de Alicante con 21 años. ¿Quién es María Victoria Játiva Miralles y cuál es su profesión? Soy una bibliotecaria que ha querido serlo desde pequeña. Dirijo con mucho agrado la Biblioteca de Filosofía y Letras en el campus de la Universidad de Alicante desde 2004 y he publicado artículos en revistas del ramo. Comparto profesión con mi marido por lo que mi vida, en cierto modo, gira en torno a la biblioteca.

¿Desde qué momento supo que se quería dedicar al mundo bibliotecario? Desde bien pequeña tuve contacto con los libros en casa, pero también acudía a la biblioteca del colegio y a la biblioteca pública. No solo la lectura me gustaba sino que fui más allá y organicé en casa mi propia biblioteca marcando mis libros con indicaciones de “se presta” y “no se presta”. Es decir, desde pequeña ya tenía interés, clasificaba y preparaba los libros para prestarlos, reproduciendo uno de los servicios básicos y tradicionales de la biblioteca.

¿Piensa que el cargo de bibliotecario es vocacional? No, aunque haya muchas personas con una disposición clara, pienso que no es vocacional. De hecho, conozco excelentes bibliotecarios que realizan su trabajo con gusto pero que nunca pensaron dedicarse a esta profesión. Sin embargo, en mi caso, sí elegí la carrera de biblioteconomía y documentación de forma vocacional, pues soy una entusiasta de las bibliotecas y estoy convencida de su valiosa función para la sociedad.

¿Qué funciones desarrolla en la Biblioteca de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante? Coordino un equipo formado por 19 personas, entre las que se reparte el trabajo teniendo en cuenta las funciones y los cometidos propios de cada puesto, pero también considerando las destrezas y habilidades de cada uno de ellos. Mi obligación es verificar que el trabajo salga adelante bajo las máximas condiciones posibles de calidad. Por supuesto, también atiendo a los usuarios, principalmente al personal docente e investigador. Y, finalmente, también participo en la puesta en marcha de los objetivos y líneas de trabajo marcados por la dirección del servicio de bibliotecas del campus universitario.

De todas formas, reconozco que soy un poco todoterreno, pues realizo las tareas propias de mi cargo, pero también, en ocasiones, atiendo los puntos de préstamo, participo en el inventario, ayudo en el traslado de colecciones, apoyo la indización, elaboro guías temáticas de recursos, imparto sesiones de formación, tutorizo al alumnado en prácticas preprofesionales, etc. Vamos, que creo que la persona que dirige una biblioteca debe saber cómo se realiza el trabajo del resto de compañeros, y jamás debe encerrarse continuamente en un despacho perdiendo de vista el ritmo diario de la biblioteca.

Considero que el propósito más importante es intentar mejorar la atención que prestamos a los distintos miembros de la comunidad universitaria. La orientación al usuario y los servicios que la biblioteca ofrece constituyen su razón de ser. Toda tarea que se realiza en la biblioteca deja de tener sentido si no se atiende adecuadamente al usuario, teniendo presente sus demandas y expectativas.

 ¿Cómo ve el futuro de las bibliotecas en España? Negro… ja, ja. El futuro es incierto, pero yo creo que las bibliotecas sufrirán una profunda transformación, ya que la tecnología y la sociedad nos obliga a estar adaptándonos continuamente. Ya sabes, renovarse o morir… Pienso que el futuro de las bibliotecas depende de los propios profesionales, pero también de las necesidades que los usuarios nos planteen o de aquellas que seamos capaces de detectar y atender debidamente. En este sentido, no puedo dejar de mencionar los temas debatidos en las jornadas Bibliotecas 2029 que fueron claramente significativos, los trabajos del Grupo Durga y el estudio Prospectiva 2020 del Consejo de Cooperación Bibliotecaria.

¿Qué fondos alberga su biblioteca? ¿hay algún tipo de documento, libro que destaque por encima de todos? La colección de la Biblioteca de Filosofía y Letras está compuesta por más de 173.000 ejemplares de monografías y obras de referencia repartidas en grandes áreas como filosofía, religión, estudios de género, antropología, historia, lengua, literatura, traducción e interpretación y arte. Además, ofrece la consulta de 1.300 títulos de revista en formato impreso, un fondo audiovisual de 2.500 ejemplares y una sección de fondo antiguo y acceso restringido con más 10.500 ejemplares. Por supuesto, la biblioteca da acceso a recursos digitales, como bases de datos especializadas, portales de revistas electrónicas, libros electrónicos en el área de humanidades y obras de consulta en red, todo ello gestionado junto con los servicios centrales de la Biblioteca Universitaria.

La colección más destacable por sus características en cuanto a la unidad del fondo, especialización, antigüedad y valor, es el legado del hispanista norteamericano Russell P. Sebold ubicado en la sala de investigadores de la biblioteca. Está centrado en el Romanticismo, y se compone de libros modernos y antiguos, de los siglos XVIII y XIX, entre los que se incluyen ediciones príncipe de muchas obras.

¿Se ha creado un estereotipo erróneo en torno a la figura de la Biblioteca y del bibliotecario? Pues no estoy segura pero, desde luego, hay ideas preconcebidas que están muy lejos de la realidad. Por ejemplo, cuando algunas personas preguntan en qué trabajo y les digo que soy bibliotecaria, ellos contestan “qué bien, leerás mucho”. Es decir, piensan que dedico la jornada laboral a leer por ocio o divertimento. Otras personas creen que trabajo en una pequeña sala de lectura imponiendo silencio e, incluso, hay gente que piensa que esta profesión sigue siendo solo de mujeres. Sin embargo, pocos piensan que a lo largo de la jornada desempeño funciones de gestión y administración pública, liderazgo y motivación del equipo de trabajo, desarrollo de cursos de formación en línea, así como tareas técnicas y tradicionales de la profesión bibliotecaria.

Cierto es que las bibliotecas han cambiado mucho y los perfiles de los profesionales que en ellas trabajan también han ido evolucionando y especializándose. Por ejemplo, los embedded librarians, bibliotecarios “integrados” o “incrustados” en los grupos de investigación cada vez son más demandados.

Considero que el bibliotecario debe ir adquiriendo nuevas competencias, desarrollar habilidades, hablar inglés, dominar la tecnología y mejorar las técnicas de comunicación para desenvolverse en un mundo en el que las TIC han provocado grandes cambios sociales y culturales. Desgraciadamente, esas capacidades no siempre se enmarcan en los estudios de documentación vigentes.

¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura? El portal Alquibla está muy bien y no es solo “una mirada al mundo de las bibliotecas”, sino un proyecto personal ambicioso que consigue, de forma amena, hacer difusión cultural y literaria desde distintos puntos de vista, pero teniendo presente a las bibliotecas y sus profesionales. Siempre he pensado que la cultura está muy denostada en nuestro país por lo que iniciativas como esta aportan mucho.

 

 

María Victoria Játiva Miralles, bibliotecaria en Universidad de Alicante
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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Una mirada al mundo de las bibliotecas