¿Quién es Eduardo Sánchez Aznar y cuáles son sus sueños? Yo aprendí a amar la literatura cuando todo mi universo eran los cuentos que mi padre me contaba los domingos, y los que mi madre me leía todas las tardes. Allí ocurrían aventuras fantásticas, y yo, sin salir de la habitación, podía sentir el frío, la nieve, el miedo, la alegría… Cuando fui creciendo, esa pasión que supieron transmitirme mis padres se transformó en una aspiración: ser el protagonista de mis propias historias, crear mis propios personajes. En mi infancia, adolescencia y juventud leí mucho y escribí mis primeros relatos, más o menos largos. Después, me formé durante cuatro años en los talleres Fuentetaja, con Jacinto Muñoz Rengel y Elvira Navarro. También he aprendido mucho de Rosario Curiel, a la que conocí a través de mi editorial Playa de Ákaba. Rosario, además de maestra, ha prologado mi novela, «El manipulador de sueños». ¿Mis sueños? Creo que son como los de cualquiera de nosotros. Para mí los sueños funcionan como un espacio de libertad y responsabilidad. Libertad, porque nunca somos tan dueños de nosotros como cuando cerramos los párpados. Y responsabilidad precisamente por eso, porque cuando cae esa cortina, estamos solos frente al juez inapelable de nuestra conciencia. Por eso mis sueños son una mezcla de deseos y de temores, de alegrías y remordimientos, de luces y oscuridades.

¿Desde qué momento supo que quería dedicarse a la escritura? Escribí mi primer cuento cuando tenía ocho años… aunque mucho antes ya hablaba con amigos imaginarios, pensaba historias que me gustaría que ocurriesen, o trataba de vivir la vida de los personajes de otros cuentos que había —o me habían— leído.

¿Qué tipo de temática escribe y para qué tipo de público?  Para todos los públicos. No creo que cada historia tenga sus lectores. Empezar a leer es como navegar por la red: cada libro te lleva a otro y, en cuestión de meses o años, puede que el que estés leyendo nada tenga (ni por género, estilo, época…) con el que abriste al principio. ¡Que nadie pase un día sin leer!

A mí me gusta la ciencia-ficción, que inauguraron, entre otros Jonathan Swift, H.G. Wells y luego Orwell, Huxley, Bradbury, Philip K. Dick, Stanislaw Lem, Cormac McCarthy… También algunas obras de Saramago, pero también me gusta mucho el realismo español: Galdós, Ramón J. Sender, Cela, Miguel Delibes… Ana María Matute abrió desde el realismo una ventanita a la fantasía que con el tiempo me llevó a otros autores como Cortázar, Juan Rulfo, García Márquez, José María Merino, Félix J. Palma y mi maestro Juan Jacinto Muñoz Rengel. Dos autores que me gustan mucho, muy diferentes, son Jack London y Evelyn Waugh.

Con esos mimbres, mis historias pueden tener un poco de todo, incluso novela histórica. Hoy por hoy he publicado una novela que puede definirse como distopía, que proyecta en un universo futuro las parcelas de mi realidad que no me gustan. Ese es el escenario de «El manipulador de sueños». Mi próximo proyecto, la novela que estoy escribiendo apunta en esa dirección… y en alguna otra.

¿Tuvo problemas a la hora de encontrar una editorial que publicara sus novelas?  En los talleres de Fuentetaja forjamos una amistad que dura ya más de ocho años, con un grupo que seguimos manteniendo el contacto. Una de estas amigas me puso en contacto con Playa de Ákaba y así fue como retomé la escritura de «El manipulador de sueños». Con Playa de Ákaba todo ha sido fácil en ese sentido.

¿Qué piensa del trato que se da a la cultura en España?  Nunca ha recibido un trato, una política cultural verdaderamente ambiciosa. Nunca hemos tenido planes que estructurasen unas actuaciones a largo plazo, todo son parches. Eso se ha acentuado con la crisis, y ha golpeado incluso al medio más mimado por el gran público. ¿Qué ha pasado con las televisiones? Las públicas necesitan rentabilidad, les han quitado publicidad y los presupuestos han disminuido. El resultado es desalentador y la pérdida de calidad brutal.

Por otro lado no se incentiva fiscalmente, todo lo contrario, se paga un IVA muy alto por el cine, el teatro, los ebooks. Los libros, en general, tienen un precio que quizás sea elevado, aunque depende de con qué se comparen. Sobre todo no se defiende ante la sociedad que la inversión en un libro es rentable. No es un mero entretenimiento, no es un trago en un cóctel, un almuerzo, un «artículo» que consumir y olvidar. El arte y la cultura te abren la puerta a otros mundos, y te ayudan a comprender y sentir el que vives. Y, desde luego, proporcionan un placer cálido y duradero.

Otro asunto muy grave es la piratería. Hasta hace muy poco había especies naturales amenazadas de extinción por la caza furtiva, la destrucción del ecosistema, el tráfico ilegal de fauna y flora. Es lo mismo que pasa con los libros, con los escritores, editores… Ahora mismo son especies en extinción. Si no perseguimos el furtivismo, la piratería, la delincuencia, todo puede perderse en menos años de los que nos figuramos.

¿Cuál es su lugar preferido para ponerse a escribir?  Prefiero el silencio de mi estudio, a solas con mis fantasmas, mis personajes y mis historias. Pero como tengo otras ocupaciones que me permiten, entre otras cosas, ganarme el sustento, pero también reducen mi tiempo libre, aprovecho cualquier ocasión. Siempre voy armado con libreta y bolígrafo y tomo notas, o incluso esbozo escenas o caracteres de mis personajes en el Metro, en cualquier momento de espera… También uso las notas del teléfono móvil para apuntar ideas. Yo creo que todos los que escribimos tenemos la cabeza tan llena con nuestros mundos que podemos abstraernos en cualquier circunstancia y escribir incluso bajo la lluvia.

¿Cuántas novelas ha publicado hasta el momento y qué podría destacar de ellas? He publicado muchos relatos en varias antologías, pero mi primera novela publicada es «El manipulador de sueños». Es la historia de Fernando que, en los años sesenta de este siglo, trabaja como vendedor de sueños a la carta, estandarizados y ajenos al inconsciente de cada persona, de forma que no existan pesadillas, malos recuerdos ni inquietudes, sólo imágenes placenteras y aventuras inocuas. Cuando no trabaja, Fernando se abandona a un ocio hiper tecnificado, dirigido y desmesurado. En este mundo casi virtual se abrirá una ventana al conocer a Laura, que le redescubre el poder de sus propios sueños. Así, Fernando rompe la burbuja que le envuelve e inicia un viaje hacia el fondo de sí mismo. Alquiblaweb

Con la novela he querido mostrar, proyectándola hacia el futuro, hacia dónde camina la sociedad actual. Estoy convencido de que la ciencia-ficción distópica puede realizar un retrato como el realismo o la novela negra, si cabe más preciso, al contemplar el mundo actual desde el futuro, y así preguntarnos: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Para ello me propongo interpelar al lector, preguntarle acerca de su propia vida y de sus propios sueños. Quiero que al terminar la lectura, algo haya cambiado en el lector. Quiero despertar su inquietud, su desasosiego, no solo con la trama de la novela, sino con su propia realidad.

¿Ha recibido algún premio por su trayectoria  literaria profesional?  Hasta ahora no he concurrido a ningún premio de novela.

¿Por qué género se ha decantado a la hora de escribir? Aunque me gustan todos (desde el periodismo a la poesía, desde el ensayo hasta el teatro), prefiero la narrativa y especialmente la novela.

¿Tiene proyectos en marcha o futuros?  Sí, participo en varias antologías de Playa de Ákaba, en particular en las de la «Generación Subway», un movimiento de escritores que buceamos en las profundidades para rescatar parcelas o escenarios de la realidad en los que nadie repara, en un intento de sacar a la luz los mundos olvidados, sumergidos, con voces y perspectivas nuevas. En cuanto a mis aventuras en solitario, trabajo desde hace tiempo en una nueva novela.

¿Tiene alguna anécdota que contar?  ¿Qué narrador no las tiene? Una no, muchas, jajajaja. Cuando era niño me encantaba un cuento de un pino que le pedía a su hada protectora que sus hojas fueran, sucesivamente, de oro, de cristal o de un follaje verde y exuberante. Desde una ventana en la casa del pueblo de mi padre se veía, a lo lejos, un árbol solitario sobre una colina. Durante meses estuve dando la lata a mis padres para hacer una excursión hasta aquel árbol. Secretamente estaba convencido de que era el mismo que el del cuento. Varias veces me ha pasado: compro un libro, llego a casa y veo otro igual que mi familia o amigos, anticipándose, me han regalado. Durante la escritura del «Manipulador», soñé una escena donde interactuaba con los personajes. Inmediatamente pasó a formar parte del manuscrito y allí sigue, escondida entre las páginas de la novela.

¿Podemos encontrar sus libros en Amazon? ¿Prefiere e-book o papel? Yo soy omnímodo. El e-book es un formato muy cómodo, para viajar o leer en cualquier momento. Pero el olor de las páginas de un libro, el tacto de su cubierta, el crujido del papel…

¿Tiene presencia en redes sociales? Sí, la red es una oportunidad estupenda para conocernos, intercambiar opiniones, dar  a conocer nuestro trabajo, etc. Es el Gran Café del siglo XXI. Pero, al igual que sucede con los libros en papel, el contacto humano, la infusión humeante, la voz… son experiencias insustituibles. La red es buena en la medida en que facilita y propicia las relaciones humanas. En Facebook yo soy Eduardo S. Aznar y mi página El manipulador de sueños. En Twitter, @eduardosa26. Próximamente abriré un blog para dar a conocer mi obra, mis inquietudes y preferencias, y compartir espacio con otros autores y lectores.

¿Qué piensa de Alquibla, https://www.alquiblaweb.com, como página de difusión de la cultura y de los escritores? Es un lugar amigo, una puerta no solo a los libros, sino a todo el mundo que los rodea: entrevistas, reseñas, anuncios de presentaciones y conferencias. También es una forma para conocer mejor la biblioteca, ese tesoro, ese universo de Borges y de cada uno, ese paraíso. Alquibla vierte a la red no solo la riqueza de sus contenidos: también la visibilidad que supone para autores, organizadores, bibliotecarios. Es un altavoz que da la palabra al libro, en todas sus vertientes. Un lugar no solo recomendable, sino imprescindible, con todo lo necesario bien localizado y facilidad para navegar e interactuar.

Algo más que añadir. Pues agradecerte la oportunidad que supone para mí y para «El manipulador de sueños» la atención que nos has concedido, al interesarte por nosotros y convocarnos a esta entrevista. Gracias a ti y a Alquibla llegaremos a muchos más que quieran conocernos. Enhorabuena por este proyecto, con el que espero seguir colaborando, y muchas gracias.

Entrevista a Eduardo S. Aznar, escritor de la novela El manipulador de sueños
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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