Entrevista a Heli García Mallebrera, escritor

¿Quién es Heli García Mallebrera y cuáles son su sueños? Hablar de mí mismo nunca ha sido una cuestión que se me diera especialmente bien. Por ese motivo lo que viene a continuación es una descripción de cómo me veo, incluso de cómo me gustaría que me vieran, aunque no necesariamente lo que vemos o creemos coincide exactamente con la realidad.  Pero con todo, podría decir que soy alguien que retomó el abandonado hábito de escribir a través de un concurso radiofónico y que desde entonces no ha desfallecido a la hora de tener algo que contar. En cuanto a los sueños, la vida es sueño y lo sueños, sueños son. Supongo que el sueño de cualquier escritor debería ser que lo lean.

¿Desde qué momento supo que quería dedicarse a la escritura? En realidad, creo que no existe un momento preciso, ningún punto de inflexión donde me planteara que quería dedicarme a escribir. Fui un adolescente que portaba una libreta emborronada de anotaciones, que devoraba libros, que escribía en la pizarra entre clase y clase… y pienso que todavía estoy en ese momento. La curiosidad, la melancolía y el entusiasmo sirven de motor, incluso esa carga  de sinsentido que también posee la escritura, me impulsan a continuar. Lo que uno no tiene clara es hacia donde.

¿Qué tipo de temática escribe y para qué tipo de público? Por ejemplo, en mi libro de relatos  titulado Un poco de tiempo (Editorial Club Universitario) el lector puede encontrar una variedad de relatos de corte contemporáneo en los que el tema principal son las relaciones personales, el desamor, los entornos íntimos que propician las confesiones, los encuentros accidentales, los desencantos en los que el amor, en cualquiera de sus vertientes, siempre está presente. Aunque hay quien dice que con mucha más madurez,  en  mi primera novela titulada 30 Metros (Punto Rojo) persisten los referentes citados anteriormente, aunque también añadiría que entre sus páginas, prevalece la desconfianza siendo una novela atrevida plagada de personajes cobardes.

¿Tuvo problemas a la hora de encontrar una editorial que publicara sus novelas? La verdad es que sí. Hoy día, si disfrutas de ayudas puedes invertir en tus novelas para que estas sean brillantes y con acabados decentes. Puedes desarrollar una campaña publicitaria en condiciones para que tenga mayor repercusión, pueden hacerte caso los que de otro modo mirarían hacia otro lado, etc. Lo que creo que nos salva o por lo menos nos da una oportunidad al resto, es sin duda la esencia misma que conlleva la escritura y por lo tanto la lectura. Que un lector abra un libro y encuentre una historia que lo atrape, un detalle, una frase, y lo más importante, cómo se narra todo lo anterior, supera, a mi parecer, adornos y envoltorios.

¿Qué le parece el trato que se le da a la cultura en España? Se está haciendo un esfuerzo por hacernos creer que la cultura carece de valor o al menos se están desdibujando sus contornos y lo peor es que esto se está consiguiendo. En una sociedad de consumo, la cultura es un elemento más. Con bonitos remates y ostentosa ornamentación, se vende como un paquete urgente que una vez abierto está lleno de humo. Hoy, vale más la cantidad que la calidad. No imagino a ningún genio de los del pasado realizando su obra con la premura que hoy parecemos necesitar.

¿Cuál es su lugar favorito para ponerse a escribir? Suelo escribir en mi habitación buscando algo de intimidad y silencio, aunque podría decir que esto es solo plasmar en papel las  ideas que me han ido persiguiendo durante todo el día.

¿Cuántas novelas ha publicado hasta el momento y qué podría destacar de ellas? Después de la colección de relatos reunidos en el libro Un poco de tiempo, me plateé escribir una novela que se desarrollara sino en su totalidad al menos gran parte de ella en mi ciudad (Elda). Entonces surgió 30 metros. Aunque la novela transcurre por otros derroteros, en su inicio parece un thriller policíaco que pronto deriva en una novela de corte  psicológico. Plantea desde el inicio la idea del suicidio como única escapatoria pero más allá de  la trama que plantea, creo que es una novela madura en la que en un momento dado todos los protagonistas tienen motivos suficientes para convertirse en suicida.

¿Ha recibido algún premio por su trayectoria literaria profesional? Tener la sensación de orfandad nada más acabada una novela. Quedar atrapado por un personaje hasta el punto que sea él o ella y no el autor quien escribe la novela a su antojo. Padecer sus miserias y fracasos como propios y sorprenderte saboreando sus éxitos. ¿Qué otro premio mejor puede tener un escritor? Luego están los reconocimientos. En un par de ocasiones decidieron otorgarme el premio local en el Certamen internacional de cultura montañera Cuentamontes. En otras dos ocasiones, el  certamen Vivac de cuento. El premio Géminis  en la XVI edición en la Villa de Aspe. Varios relatos seleccionados para antologías. Pero sin desmerecer lo anterior,  sin duda alguna el premio que guardo con mayor cariño fue el primero que recibí. Se trataba de un certamen promovido por una emisora de radio. Bajo el lema “Una historia de amor jamás contada” y coincidiendo con el día de los enamorados, durante esa semana narrarían los relatos seleccionados en directo a través de las ondas. Yo andaba a diario por el trabajo a la hora convenida tratando de descubrir el relato seleccionado para ese día, hasta que leyeron el relato que había presentado. Esa lectura. Escuchar el relato en otra voz. El impulso definitivo que supuso. La selección, el relato enviado que además significaba mi reencuentro con la escritura, es sin duda, el mejor premio que he recibido.

¿Tiene proyectos en marcha o futuros? Ahora está a punto de publicarse mi nueva novela titulada La letra pequeña. De nuevo la novela transcurre en Elda, mi ciudad, pero además en este caso, lo hace en el barrio donde me crié. Me gustaría que La letra pequeña fuese un homenaje, aunque un tanto especial, a todas las ancianas y también para esos héroes que regentan el pequeño comercio. Tras la muerte de su padre, Serafín Gabaldón no sólo hereda la agencia de seguros en la que trabaja, sino que también recibe un negocio moribundo con una escueta cartera de clientas en su mayoría señoras viudas entradas en edad y la tediosa monotonía de un barrio por el que el progreso definitivamente ha pasado de largo. Un fatídico suceso ocurrido por azar en el que se ve envuelta una de sus aseguradas siembra el miedo en el barrio y cambia por completo el rumbo del futuro de Serafín.

¿Tiene alguna anécdota que contar? Suelo visitar la biblioteca con cierta asiduidad. En una ocasión me confundieron con otro escritor de mi ciudad al que recientemente  le habían publicado  una reseña en una revista local. Fue curioso y algo embarazoso pues no encontraba el momento de apaciguar el cegador entusiasmo con el que adulaban mi supuesta obra.

¿Podemos encontrar sus libros en Amazon? ¿Prefiere e-book o papel?  Sí. Tanto “Un poco de tiempo” como “30 metros” se pueden encontrar en Amazon. También, por motivos en los que no merece la pena extenderse, están disponibles contactando directamente con el autor a través de redes sociales. No tengo nada en contra del e-book pero continúo prefiriendo el formato en papel.

¿Qué piensa de Alquibla como página de difusión de la cultura y de los escritores? Me parece que Alquibla desarrolla una gran labor como página difusora de la cultura. Aparte de ser una ventana abierta en la que todos los escritores pueden tener su hueco, siempre con la ayuda de portales como Alquibla, para dar a conocer su obra. Por favor no desfallecer en vuestro empeño.

Algo que añadir… Simplemente agradecer a Eva María Galán Sempere por concederme la oportunidad de esta entrevista.