¿Quién es Julia Ortega y cuáles son sus sueños? Verás, yo cambio de sueños como tú cambias de zapatos; me adapto rápidamente a mi entorno y en función de él voy trazando objetivos y metas; si se me cierra una puerta, voy a donde haya una ventana abierta. No me paralizo, no pierdo el tiempo en lamentos y jamás miro atrás. Cada vez soy menos nostálgica y más optimista; sí, pese a todo.
¿Desde qué momento supo que se quería dedicar al mundo de la escritura, a escribir? Empecé con 24 años y respondiendo a un desafío. Y ya me ves, 20 años después aquí sigo dando guerra, inventando historias, escuchando a mis Musas y dejando que todo lo que me rodea me inspire de algún modo.
¿Qué tipo de temática utiliza para sus novelas? Odio que me encasillen en nada concreto; las historias surgen, sin más. No me planteo nada a largo plazo, han ido surgiendo proyectos a lo largo de estos últimos diez años y ahora tengo el cupo lleno. Y quiero que haya de todo, romance, intriga, historia, protesta social, asesinatos, y bueno, quizá algo de sexo también, aunque soy absolutamente negada para ese erotismo rollo-cincuenta-sombras-de-Grey que tanto vende.
¿Pueden ser leídos por cualquier tipo de público? Bueno, quisiera creer que sí. A mis lectores solo les pido que lleguen a mi prosa sin prejuicios de ningún tipo. Si empiezas diciendo: “esto no me gusta”, “esto me parece raro”, “esto no es lo que yo andaba buscando”, mejor búscate a otro autor porque conmigo no vas a disfrutar. No quiero muchos lectores (pongamos, un millón). Quiero BUENOS lectores.
¿Qué nos puede contar de los personajes de sus novelas y qué destacaría de ellos? Humanidad. Simple, llana, sin componendas, sin malos entendidos. Humanos, son humanos, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva; a menudo son anti-héroes, sobre todo los hombres. Mis heroínas, en cambio, acostumbran a ser mujeres de rompe y rasga, de armas tomar, con las ideas muy claras, incluso cuando están equivocadas. Son valientes, honestas, pero sobre todo, repito: son humanas. Si quieres mitos, compra libros de mitología.
¿Piensa que las editoriales ponen demasiadas trabas para la publicación de una novela o que es complicado encontrar a una que lo realice? A ver, voy a serte sincera. El mundillo literario-editorial es como cualquier otro gremio: se basa en contactos, peloteos, lameculos y puteríos varios. Y quien lo niegue, o miente o vive en Disneyland París todo el año. Trabas concretas no hay, ni ningún editor te dará razones claras por las que no publica tu novela, pero sí hay ciertos criterios de selección que poco o nada tienen que ver con la literatura, la calidad de tu prosa o la originalidad de una obra determinada. Pero no me pongo a llorar; simplemente, como ya te he dicho antes, busco vías alternativas. Y hoy, afortunadamente hoy las hay. Yo no puedo quejarme, en general, de mi trayectoria literaria; quisiera que fuera mejor, por supuesto, pero me quedo con mis reseñas positivas de los lectores, que son más que las negativas y sigo adelante. Siempre adelante.
¿Ha recibido algún premio por su trayectoria literaria? Como digo en mi página de autora en facebook, el mejor premio es la satisfacción de mis lectores. Un jurado determinado puede evaluar tu obra, sí, pero la opinión de miles de lectores vale mucho más que la de cualquier jurado, matemática pura y dura. Vale, si tu novela gana un premio tiene más posibilidades de venderse y leerse, pero… todos conocemos casos en que esto no ha sido así. Al final, y lo digo como autora y lectora, quien decide es el lector. Él paga, él manda.
¿Cuál es su metodología a la hora de ponerse a escribir o/y su lugar preferido para hacerlo? Ya te he dicho antes que me adapto como un camaleón al entorno; últimamente escribo de noche cuando todos duermen y hay paz, silencio y tranquilidad. La música (siempre hay música, ahora hay valses porque estoy con una novela de Regencia) la pongo yo. Me molestan los gritos, los ruidos, el reggaetón, el heavy metal y el cante hondo. No tengo metodología concreta porque las novelas, cuando quieren, se escriben “solas”, y cuando no quieren, mejor te dedicas a otra cosa mientras esperas a que las escenas se dibujen en tu cabeza y puedas plasmarlas en la pantalla (entiendo que ya nadie escribe de su puño y letra).
¿Siente admiración por algún escritor o ha tenido algún ejemplo a seguir? De jovencita solía ser más mitómana, ahora bastante tengo con seguir mi propia carrera, no me da para más el día. Autores importantes los ha habido y los hay, pero ninguno me dicta cómo debo escribir, cómo debo expresarme, qué temas tocar y cuáles no… Voy a mi aire, aunque siempre me gusta aprender de los que van antes que yo, la última palabra (y nunca mejor dicho) es mía. Pero si quieres nombres, dos muy distintos, opuestos totalmente: James Ellroy y Danielle Steel. Y aquí, en España, he conocido a gente muy valiosa en los últimos años, de quienes he podido aprender mucho, tanto de literatura como de la vida en general.
¿Qué piensa de las nuevas tecnologías aplicadas a los libros? Pues como autora y lectora, ¡¡brindo por ello!! Todo lo que ayude a difundir la cultura y hacerla más accesible al consumidor, bienvenido sea. Yo leo en papel, en la tablet, en el e-reader y en el Smartphone; leo como sea, donde sea, cuando sea… Lo único que le pido a una novela es que esté bien escrita. Soy una lectora exigente, y por tanto también una autora exigente y muy autocrítica.
¿E-book o libro en papel? Pues ya te he contestado antes: lo que sea, cuando sea, donde sea y como me venga mejor en cada momento. No le hago ascos a nada, en cuestión de formato. Si la historia me gusta, me importa muy poco el soporte.
¿Tiene proyectos futuros en marcha? Exactamente 18, para los próximos 20 años, y una cosita nueva que, como mosca cojonera, me anda rondando ahora por la cabeza. Solo tengo el título, que ya viene siendo costumbre en mí, pero no sé qué puede salir de ahí. Si prospera, ya te enterarás tarde o temprano. Lo más nuevo es una novela de Regencia, “Volveremos a vernos donde rompen las olas”, que espero terminar antes de fin de año.
¿Podemos encontrarla en las redes sociales? Sí, en Facebook y Twitter, como Julia Ortega. Y también como Niamh Byrne, mi otro YO.
@JuliaOrtega1996 (Twitter)
¿Sus escritos son autobiográficos? Solo “Caprichos del destino”, y más que autobiográfica, yo prefiero decir que está basada en hechos reales. Siempre hay algo mío en todas mis novelas, pero por lo general son detallitos nimios que solo un ojo muy cercano a mí puede identificarlos como “neuras mías”. Allá fuera hay vidas más interesantes que la mía.
¿Alguna anécdota que contar? Bueno, puedo apuntar una curiosidad: a pesar de que siempre he escrito para mujeres o pensando en lectoras, con A, lo cierto es que los hombres acogen con mucho gusto mis novelas. Y me resulta paradójico pues, como ya te he comentado antes, como personajes, los hombres salen bastante mal parados en mis historias. Soy muy crítica y exigente con el género masculino… Se siente. Sí, puedes llamarme «feminazi» si eso te hace sentir mejor.
¿Alguna frase destacable de alguna de sus novelas? Uff, me pones en un compromiso… déjame un momentillo… Lo cierto es que no tengo una cita preferida ni una frase lapidaria concreta, pero te voy a dejar una de Judith (Caprichos del destino), que en definitiva es mía y sirve hoy igual que ayer, e igual que mañana: «Cualquier artista busca el reconocimiento. Cualquiera. Los hay que engañan y se auto engañan, y los hay que no pueden engañar a nadie.» Pero viene a cuento de lo que estamos hablando aquí; hay muchas, aunque tampoco son mías, sino de mis personajes. Y ellos tienen vida propia.
¿Qué piensa de Alquibla, www.alquiblaweb.com, como página de difusión de la cultura? Pues estuve curioseando el otro día y me gustó mucho lo que vi; me gusta sobre todo que deis oportunidad y voz a los nuevos talentos que están surgiendo en un momento en que el mercado está saturado de oferta literaria y, sin embargo, todo suena a una canción muy repetida. Cada vez que compro un libro lo abro con la esperanza de encontrar algo nuevo, que me sorprenda, que me deje boquiabierta y con la mandíbula desencajada de puro estupor. Y nada. Nada. Aún lo estoy esperando. Cosas, muchas; cosas buenas, menos; cosas originales, apenas ninguna. Mucha cobardía, mucho mirarse el ombligo (en general), pocas ganas de mojarse, pocas ganas de darlo todo, y mucho miedo a perder lo poco ganado. Eso es lo que veo en las mesas de novedades de las librerías: el mismo perro con mil collares (títulos) diferentes.
Me ha gustado poder conocer un poco más a Julia Ortega.
Un abrazo.
Marian Arpa.