Hoy entrevisto a Antonio G. Iturbe escritor de novelas como La bibliotecaria de Auschwitz ¿Quién es Antonio G. Iturbe? Ojalá lo supiera. Alguien que nunca sabe nada, que duda siempre, que no puede sentirse nunca satisfecho porque todo podría haber sido mejor o de otra manera.
Una persona como usted dedicada al mundo del periodismo, de la cultura, ¿en qué momento supo que quería dedicarse al mundo de la escritura? Escribir es para mí una pulsión que se pierde en los recuerdos del pasado. Me recuerdo de muy pequeño disfrutando con las redacciones del colegio, escribiendo notas en cuadernos…
Como bibliotecaria, me interesa especialmente la novela, La Bibliotecaria de Auschwitz, qué nos puede contar de ella? Que es un libro que debería haber escrito mejor. Es una historia bonita narrada de manera mediocre.
¿Ha escrito otras novelas? ¿De qué tratan? ¿Qué nos podría contar de ellas? He escrito una novela de humor escatológico titulada “Rectos torcidos” protagonizada por un menda sin oficio ni beneficio con problemas intestinales que decide patentar unos rollos de papel higiénico con el Quijote impreso. “Días de sal” es una novela más intimista sobre un ejecutivo que pierde el trabajo, a su mujer y a su mejor amigo en la misma carambola y ha de volver a la mugrienta casa de sus padres en un barrio pobretón. Allí empieza a descubrir que en la pérdida se pueden ganar muchas cosas.
¿Qué consejo le darías a un escritor novel que quiere embaucarse en el mundo de la escritura? Que lea. Y cuando acaba, que lea más. Y después, que siga leyendo.
¿Tiene algún ejemplo a seguir o desde siempre ha admirado o se siente influenciado por algún escritor? Soy demasiado desordenado para seguir ningún método o estilo. Me encantaría que me hubieran influenciado Joseph Conrad o Scott Fitzgerald, pero me temo que no haya llegado a ser así.
¿Cree que el lector nace o se hace? Difícil de decir. Han de confluir las dos cosas: la curiosidad y la oportunidad de acceder a los libros adecuados en el momento oportuno.
¿Qué novela está leyendo actualmente? Acabo de releer El extranjero de Albert Camus. Es una narración hipnótica, pero la he entendido menos que hace 25 años.
¿Cómo son sus personajes? ¿Se siente identificado con alguno de ellos? ¿Tiene parte de autobiográfico sus novelas? Me identifico en parte con algunos personajes y también depende de las épocas. Uno no es siempre el mismo ni piensa igual. Cambiamos –al menos la clase media- más de ideas que de coche. Autobiográficas… seguro. Imposible escribir sin ser autobiográfico. Imposible.
¿Tiene proyectos futuros en marcha? En este momento el periodismo absorbe mi tiempo. Estoy tratando de sacar adelante un portal en internet y una revista bimestral impresa sobre libros llamada Librújula. www.librujula.com
¿Cómo ve el mundo de la cultura en nuestro país, y el mundo de las bibliotecas? Necesitaría horas, o quizá varias vidas para responder a esto y seguramente acabaría volviendo al principio sin resolver nada. La cultura es un concepto tan gaseoso que es difícil lanzar grandes declaraciones sin parecer pomposo y ridículo. Pero sin ese gas somos globos pinchados. Las bibliotecas son un refugio antiaéreo contra el bombardeo de inanidad que nos está cayendo encima.
¿Cuánto tiempo dedica a documentarse, escribir, etc. y dar por finalizada una novela? La vida entera. Las novelas que he escrito me han llevado una media de cinco o seis años.
¿Alguna anécodota que contar? Así en frío…
¿Cree que las redes sociales y las nuevas tecnologías van a hacer que poco a poco se pierda el formato papel para los libros? Seguramente a medio o largo plazo el papel será una rareza exquisita, como ir a la ópera. No creo que llegue a desaparecer, pero los bebés de hoy ya no vienen con un pan debajo del brazo sino con una Tablet. Su mundo creativo será otro.
¿Qué piensa de Alquibla, https://www.alquiblaweb.com, como página de difusión de la cultura? Me parece una idea estupenda, aunque ya que me preguntas te diré que el diseño gráfico de la página me parece poco seductor.
Algo que añadir… Siempre hay que añadir algo, poner un ladrillo más cada día, no acabar nunca el edificio.