La calle de Valverde de Max Aub publicada en 1961 y escrita dos años antes. Vida intelectual madrileña en los finales de la dictadura de Primo de Rivera alrededor de la céntrica y madrileña calle del título.

La narración está dividida en siete partes, dedicadas a una multitud de personajes y ambientada, sin orden específico, fundamentalmente en lugares de Madrid. Se inicia en el ambiente de los inquilinos de la portería del número 32 de la calle. El lugar se presenta con una solera decimonónica.

Tal y como se plantea en la obra, lo importante es el prestigio y la proximidad. Pero las acciones que tienen lugar en la calle de Valverde no destacarán específicamente como ejes del argumento.

La segunda parte sube al piso <<principal derecha>> de la misma calle y número y da noticias curiosas sobre la ciudad, desde la aparición de taxi-girls, hasta las relacionadas con el boxeo o los toros.

La tercera parte pierde la perspectiva unitaria de los personajes centrales para seguir el azar en encuentros, tertulias, conversaciones, personajes nuevos, anécdotas…es el universo de la cotidianeidad que desde la intrascendencia, desde la pequeña pincelada, recrea todo un entorno de una ciudad que define como <<una inmensa casa de huéspedes en la que se albergan jóvenes que hacen oposiciones y viejos que las hicieron. Lo demás es teatro>>.

En la cuarta parte aparece ese personaje ambicioso y advenedizo en busca del triunfo. Dos personajes destacan en la quinta parte: Molina, de palabra fácil, al asedio de cualquier mujer de reconocidas virtudes y el enamoradizo Dabella, <<en tantas cosas gemelo a su antecesor Luis Álvarez Petreña>>, según Soldevila.

En la sexta y séptima partes van apareciendo los desenlaces: asesinatos y suicidios en la calle de Valverde, muerte de Dabella, triunfo de Terraza…

De todo el conjunto de seres y hechos destacan cinco historias, cuatro de ellas son relaciones amorosas y un relato de ascenso social: el del triunfo de Terraza.

Éstas vienen a ser las que organizan el texto en la medida en que todas las demás anécdotas están relacionadas con ellas.

Entre los personajes de ficción, aparecen y desaparecen otros que existieron realmente y que pertenecieron al mundo de las letras de la época, que surgen medio escondidos, caricaturizados, con difícil identificación por la brevedad de sus apariciones.

El método de composición es un continuo suceder de destinos personales que van apareciendo a retazos, desapareciendo, agregándose, coincidiendo, distanciándose en un desconcertante orden y un modo de novelar abierto, cambiante, rico en tipos y caracteres, en personajes históricos, en anécdotas, en retazos de situaciones. Pretende así reconstruir el ambiente, recrear el sentir general, cotidiano, en el que transcurren las vidas, en el que se despliegan sus sentimientos y pasiones.

Los personajes viven en su angustia existencial, en la incomunicación que sugiere unos diálogos que son a veces monólogos. La amistad destaca como virtud y medio de convivencia, pero también el egoísmo.

El mundo del sexo está omnipresente, y también el ambiente cultural y literario, y ese mundo cotidiano de la ciudad del que se deduce el tema de España y su destino como prólogo a la guerra civil. Los personajes reciben un tratamiento irónico, en un casi imperceptible matiz que envuelve los hechos en finas valoraciones al límite entre lo desconsiderado y lo trascendente.

No interesan tanto los lugares, la descripción de los espacios físicos, a pesar del título, como los seres que lo pueblan y sus acciones, y sobre todo sus palabras, esas intervenciones incansables, singulares y atinadas con más de una clave sugestiva, ese hablar espontáneo que sirve de base para contar cosas y para otros muchos asuntos y argumentos. Aub, que ha precisado de manera inequívoca la acción, muy conocida por él mismo, no respeta la veracidad cronológica.

Pérez Bowie explica algunos casos: <<Un personaje habla de sus colaboraciones en la revista Octubre, cuyo primer número no aparece hasta 1933, mientras que otro celebra con Santiago Casares Quiroga el nacimiento de su hija María que tuvo lugar en el 1922>>.

A excepción de estos perdonables anacronismos, la información se ajusta al ambiente de la ciudad en la época: <<Obra maestra de novela ambiental>>, es para Soldevilla, y en efecto, hay poco de ficción y mucho de transposición de la realidad.

Y añade: <<Algo tiene de clave, pues, esta novela, a pesar de las protestas del autor a sus amigos, a la manera de Troteras y danzaderas. Precisamente uno de los grandes personajes del mundo literario que Victoriano visita en su casa, Salvador Pérez Molino, es el retrato más transparente de la serie y en él queremos ver a Ramón Pérez de Ayala>>.

La crítica la destaca como la más representativa del escritor y una de las más singulares de la narrativa española del siglo XX.

La calle de Valverde de Max Aub
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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