Si hace unos días entrevistaba a Juan Soto Ivars, no podía ser menos entrevistar a Lorenzo Luengo, Premio de Novela Ateneo de Sevilla con su novela La Cuestión Dante. Dispuesto desde el primer momento que contacté con él a ayudarme y a potenciar la cultura y los libros. Hoy me deja estas palabras para compartirlas con todos vosotros.
¿Quién es Lorenzo Luengo? Creo que soy un individuo extremadamente corriente que se esconde tras unas cuantas obras extremadamente originales, en opinión de lectores y crítica.
¿Desde qué momento supo que se quería dedicar a la escritura? Desde niño me ha gustado leer, pero no sé cuándo decidí que quería dedicarme a escribir. A los dieciséis años empecé a hacerlo a diario, y a los dieciocho publiqué mis primeros relatos de manera profesional. Pero mucho antes de eso reconocí la terrible insatisfacción que me producían mis relaciones con la realidad, lo que tuvo como consecuencia la necesidad de perfeccionar esas fricciones de alguna manera. Supongo que ese es el primer atisbo del escritor que se anunciaba en el horizonte: de la fricción a la ficción hay sólo una letra de distancia… que la imaginación se encarga de borrar como si tal cosa.
Un honor me puedo imaginar recibir el XLV Premio de Novela Ateneo de Sevilla… Siempre es un honor que alguien reconozca tu trabajo, ya sea un jurado que enmarca tu nombre en un premio de prestigio o un anónimo y desconocido lector que te escribe conmovido por lo mucho que ha significado para él aunque sea una sola frase de una de tus obras. Estoy seguro de que hay una historia detrás del momento en que esa frase fue escrita (con todos los sudores y temblores que exige, o debería exigir, cincelar cada uno de sus atributos) y el minuto de vida del hombre que la lee bajo su lamparita de ámbar y siente que, aun así, su vida discurre: de la quietud a la conmoción o de la desesperación a la iluminación.
¿Qué nos puede contar de su novela La cuestión Dante? Cuando escribí Amerika, mi novela anterior, mi intención era crear una historia en la que la línea divisoria entre realidad y ficción fuese muy quebradiza, pero quienes se veían afectados por esa confusión eran los personajes del libro, no el lector. Con La cuestión Dante me planteé un reto infinitamente mayor: que el lector, al cerrar el libro, tuviera la impresión de que era su propia realidad la que había cambiado. Las teorías de la conspiración, junto con las últimas investigaciones neurológicas sobre identidad y memoria, son los asuntos que he tenido que estudiar a fondo para poder llegar a cumplir con ese propósito. Por las impresiones que estoy recibiendo de los lectores, creo que lo he conseguido.
¿Qué consejo le daría a un escritor novel? Tengo la impresión de que los consejos no sirven de mucho y, posiblemente, en bastantes ocasiones hasta influyan de manera perniciosa: lo que vale para uno tiene que ver con un conjunto de casos, tanto personales como circunstanciales, que no siempre se adaptan a la personalidad o las circunstancias de otros. Pero hay reglas que sirven para todos los casos, y en la literatura hay más de una que se ve terriblemente conculcada por quienes deberían ser los primeros en conocerlas, defenderlas y amarlas. A un escritor, novel o no, le diría que primero aprenda a leer. Que aprenda a reconocer los libros con vida propia, los que han sido escritos para crear relaciones inmediatas y duraderas con el lector a través de lo más importante que encontramos en ellos: la palabra. Y la palabra con todas sus maravillosas atribuciones: la cadencia, el ritmo, la repetición, la pausa, la difícil sabiduría del silencio. Una novela debería de ser una experiencia vital para quien la lee, y, no lo olvidemos, la vida se vive enlazando interrogantes resueltos y no resueltos, y atendiendo a esa misteriosa señal de alarma que nos avisa de que estamos realmente vivos: el temblor en las vértebras. Así es como los libros tendrían que ser leídos… y así es como tendrían que ser escritos.
¿Cuál es su temática a seguir en sus novelas y su forma de escribir? Precisamente, buscar en el lector las sensaciones que he descrito en la respuesta anterior. Y, sobre todo, ser consecuente con la literatura que me precede y no escribir libros inútiles.
¿Tiene algún ejemplo a seguir o desde siempre ha admirado o se siente influenciado por algún escritor? Si hay suerte y un autor ha logrado forjar eso que llamamos convencionalmente un estilo, las influencias, creo, nos las encuentran otros. Pero de vez en cuando, sin casi darnos cuenta de ello, descubrimos el diamante escondido de un giro o de una metáfora que nos hace recordar de inmediato a algún viejo maestro, y ahí lo dejamos, como un reconocimiento a esa presencia constante que nos acompañó durante el largo y tortuoso esfuerzo de velar nuestras primeras armas. Yo tengo muchos maestros, y a todos les debo la peculiar forja de mi estilo, con el que al menos soy capaz de sobrellevar mis fricciones con la realidad: Byron, Hugo, Proust, Nabokov, Bellow… hay muchos, y eso sin contar los maestros intermedios.
¿Con qué novela se sintió más a gusto escribiéndola?Tal vez El quinto peregrino, pero no estoy seguro. En todos mis libros paso por momentos verdaderamente radiantes, pero para ello tengo que superar el bosque de sombras que se extiende más allá de la desesperación. Entrar y salir del jardín de la palabra exacta es una labor bastante ardua, pero tiene recompensa.
¿Cree que el lector se hace o se nace? Ambas cosas.
¿Qué novela está leyendo actualmente? Leyendo, La viuda embarazada, de Martin Amis. Releyendo, El loro de Flaubert, de Julian Barnes.
¿Tiene algún proyecto en mente? Sí.
¿Qué es lo que le preocupa en este mundo en el que vivimos que creo que se ve reflejado en alguna de sus novelas? No creo que el mundo en el que vivimos sea, realmente, una verdadera preocupación para mí. A todos nos puede preocupar la influencia de la vasta realidad mundana sobre nuestra pequeña realidad cotidiana, pero nunca me he preocupado por observarla desde la distancia y plantearme sus problemas éticos como mis problemas estéticos. En ese sentido, toda coincidencia creo que es una labor de intrusismo por parte de la realidad, que busca parecerse a mis novelas.
¿Cómo son sus personajes? ¿Se siente identificado con alguno de ellos? ¿Tiene parte de autobiográfico sus novelas? Espero que no, me considero un poco más cuerdo que todos ellos.
¿Qué piensa de Alquibla, https://www.alquiblaweb.com, como medio de difusión a la cultura, la biblioteca y los libros? Me parece una iniciativa brillantísima, y si algo me gustaría es que sirviera como ejemplo para poner en marcha otras iniciativas similares. Temo el día en que los libros sólo se puedan encontrar en los museos, detrás de infranqueables vitrinas.