Poeta español adscrito a la generación del 27. Comenzó el bachillerato, sin llegar a concluirlo, en el colegio jesuita de San Luis de Gónzaga (Cádiz). En 1917 se trasladó con la familia a Madrid, predominando entonces su vocación plástica, practicada según modelos inspirados en los cubistas. Publicó los primeros versos en 1922 y fue posteriormente colaborador de la Revista de Occidente.

En 1925 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su libro Marinero en tierra, producto de una inclinación neopopularista que entronca con la tradición culta de los cancioneros del siglo XVI y con la poesía de Gil Vicente. A esta primera obra, presentada por Juan Ramón Jiménez, siguieron La amante (1925) y El alba del alhelí (1927).

Trátase en esta etapa de una lírica colorista y espontánea, que abandonará con Cal y canto (1927) para introducir un temario contemporáneo visto a través del influjo barroco de signo gongorista.

El libro decisivo que sitúa a Alberti en lugar preeminente es el titulado Sobre los angeles (1927-28), con huellas simbolistas y superrealistas, de forma cuidada y de originales conceptos poéticos, muy vinculado, por otra parte, a una crisis íntima de su autor. Los ángeles encarnan los sentimientos del poeta, y la angustia y la desesperación del hombre contemporáneo aparecen transmutadas en hondas imágenes de visionario, insólitas en otras obras del poeta. La libertad formal y la preferencia por el verso libre se acentúan en Sermones y moradas (1929-30).

Con la Elegía cívica (1929) se inicia el compromiso con la realidad política de aquel momento. Poco después estrena las piezas teatrales El hombre deshabitado (relacionada en algunos aspectos con Sobre los ángeles) y Fermín Galán, exaltación del capitán republicano fusilado en 1930. Ingresó en 1931 en el partido comunista y con su mujer, María Teresa León, fundó la revista revolucionaria Octubre (1931-34).

Su postura militante se concreta en El poeta en la calle (1936) y De un momento a otro. Poesía e historia (1937). A la publicación de Entre el clavel y la espada (1939-40) suceden las de Pleamar (1944) y Baladas y canciones del Paraná (1954). A la pintura (1952) es una auténtica obra de artesanía por la esmerada técnica y la calidad singular del verso. Libro significativo de la inspiración del poeta en el exilio es Retornos de lo vivo lejano (1948-52), de expresión elegíaca y autobiográfica, al que sigue Ora marítima (1953), homenaje a su bahía gaditana.

Obras posteriores son Abierto a todas horas (1964) y Sonetos romanos (1965), versos que se insertan en una continuada labor literaria y pictórica (cultivo de la «liricografía»). A su labor dramática hay que agregar El adefesio (1944), quizá la pieza más lograda, y Noche de guerra en el Museo de El Prado (1956), obras que derivan de una concepción esencialmente poética de la escena, ligada la última a una experiencia personal del poeta (su contribución al salvamento de los cuadros del Prado).

Muestras de la prosa de Alberti son el libro de recuerdos La arboleda perdida (1942) y las semblanzas de escritores e intelectuales españoles contemporáneos reunidas en Imagen primera de… (1945). En 1965 le fue otorgado el premio Lenin internacional.

Rafael Alberti y sus ideales
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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