Hijo de Henri Saussure, comenzó sus estudios universitarios dedicándose a las ciencias naturales, químicas y exactas, pero pronto cambió su vocación; marchó a Leipzig, donde estudió lingüística comparada bajo la dirección de los neogramáticos, y de allí a Berlín para continuar sus estudios.
En 1880 fue a París con Bréal, y allí enseñó hasta 1891 gramática comparada con las lenguas germánicas. Los últimos años de su vida transcurrieron en Ginebra, donde ocupó una cátedra de sánscrito y desde 1907 a 1911 también enseñó lingüística general.
Su primera publicación importante fue la Mémoire sur le système primitif des voyelles dans les langues indo-européennes; se doctoró en 1880 con una tesis titulada De l’emploi du génitif absolu en sanskrit.
A su muerte sus discípulos Charles Bally y Albert Sechehaye recogieron las notas de sus últimos cursos y redactaron el famoso Cours de linguistique générale, que muy pronto se convirtió en la obra teórica más importante de los investigadores europeos.
Lenguaje sistemático
Parte Saussure en sus explicaciones del carácter social del lenguaje, en l o que se advierte una fuerte influencia de Durkheim, así como en la enunciación de su famosa dicotomía lengua/habla; la lengua es un sistema, la parte social del lenguaje, exterior al individuo, que solo no puede crearlo ni modificarlo, mientras que el habla es la realización de este sistema, acto individual y voluntario.
La parte más apasionante de este planteamiento es el concepto de lengua como sistema, pues aun cuando en Saussure no aparece la palabra estructura, no hay duda que ha sido concepto del lenguaje como conjunto sistemático el punto de partida de los estructuralismos posteriores.
Este sistema, en el que cada elemento depende de los demás, está definido como un conjunto de relaciones, de valores negativos relativos, donde cada pieza, cada unidad lingüística, no tiene valor en sí misma, sino que el valor viene dado por definición negativa, gracias al que los otros elementos no tienen.
Este principio fundamental aparece a la vez como axioma y como algo inherente al objeto de estudio, unido íntimamente a la afirmación de que «la lengua es forma, no sustancia»; pero forma en el sentido de conjunto de relaciones, que son las que el lingüista, a través de la parole, tiene que descubrir para llegara una perfecta descripción del sistema de cada lengua en particular.
Otra dicotomía importantísima es la de diacronía/sincronía, que ha sido mal entendida incluso traicionando el espíritu del lingüista ginebrino.
En el Cours aparecen como conceptos antinómicos, con la recomendación expresa de que el lingüista tiene que dedicarse a la investigación sincrónica; ya Godel demostró a través del análisis de las notas de clase, que había habido algún error en la exposición publicada, mientras que E. Coseriu ha notado certeramente que esta dicotomía no pertenece al lenguaje en sí mismo, sino al punto de vista que el investigador tome frente a la lengua.
Otro aspecto importante del Cours es el concepto de signo lingüístico, concepto de base psicologista, signo de tipo biplánico, formado por dos elementos inseparables: significante y significado, y caracterizado por la existencia de unas reglas generales: relación arbitraria entre los dos elementos, carácter lineal del significante y la aparente paradoja de la inmutabilidad y mutabilidad del signo.
En el Cours se tratan, además, otros problemas fundamentales para la ciencia lingüística: el fonema, la sílaba, la diferenciación entre lingüística interna y lingüística externa.
En Saussure, además del influjo de Durkheim, hubo posiblemente también, como sospechaba Amado Alonso, traductor del Cours al español, influencia del lingüista hegeliano Victor Henry en la concepción de las dicotomías.
La obra de Saussure fue fundamental para la creación y desarrollo de los estructuralismos europeos, y gran parte de los métodos más fecundos de investigación nacen del Cours, como los trabajos de Praga y Copenhague, aunque el grupo de lingüistas ginebrinos es el que ha permanecido más fiel a la ortodoxia del maestro.