Biblos (en árabe, جبيل Ŷubayl) es una ciudad en Líbano, situada en la costa del norte del país, a 30 km de Beirut. Situada en una colina, fue una antigua ciudad fenicia, denominada Gubla en los textos cuneiformes y Gebal en la Biblia.

Se cree que fue fundada alrededor del año 5000 AC, y según fuentes atribuidas al historiador fenicio Sanjuniatón, fue construida por Crono, y fue la primera ciudad fenicia. Actualmente, es ampliamente reconocida como la ciudad más antigua del mundo habitada ininterrumpidamente.

Etimología del alfabeto

Su etimología proviene de la colina en que estaba situada Gubla, «montaña» en fenicio) que derivó en su nombre bíblico Gebal, pasando de aquí a la forma griega Byblos y de allí la palabra Biblion «libro», que también originará el término Biblia. El nombre árabe, Ŷubayl, es diminutivo de ŷabal, «montaña».

Fue una activa ciudad mercantil, mercado de papiros, madera de cedro, y cobre del Cáucaso, convertida en el centro comercial del Mediterráneo oriental. Mantuvo vasallaje con los faraones del antiguo Egipto; posteriormente fue ciudad tributaria de asirios y persas.

Biblos Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

De la antigua Biblos se conserva una muralla de comienzos de la Edad del Bronce, el templo Baalat Gebal, una necrópolis y numerosos restos de la época romana y medieval.

Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1984.

El alfabeto, abecedario o abecé de una lengua o idioma es el conjunto ordenado de sus letras. Es también la agrupación, con un orden determinado, de las grafías utilizadas para representar el lenguaje que sirve de sistema de comunicación. Biblos: cuna del alfabeto

El término alfabeto procede del griego ἀλφάβετον (alfábeton), derivado de las dos primeras letras griegas ἄλφα (alfa, α) y βῆτα (beta, β), derivadas a su vez de las letras fenicias ‘alp y bet, que significaban «buey» y «casa» respectivamente.

El alfabeto griego es una adaptación del alfabeto fenicio, que también dio lugar entre otros al hebreo y al árabe.

Por su parte, el término abecedario proviene del latín tardío abecedārium, también derivado del nombre de las primeras letras, en este caso cuatro: a (a), b (be), c (ce) y d (de).

Algunas letras pueden recibir uno o varios diacríticos con el fin de diferenciar los sonidos de la lengua o poder evitar las ambigüedades. De la misma forma, el alfabeto puede ser entendido por el uso de letras suplementarias.

Las evoluciones fonéticas de una lengua se crean a un ritmo diferente de la evolución escrita.

La escritura alfabética no garantiza una correspondencia unívoca entre los fonemas y los grafemas.

En otros ámbitos (matemáticas, por ejemplo), un alfabeto es un conjunto finito y ordenado de símbolos.

El alfabeto fenicio supone una creación. Es al final de esa cadena donde se nota una progresiva prioridad del análisis sobre la síntesis.

De la pictografía, que es una representación global, se pasa a signos que descomponen el discurso en sus partes constitutivas.

Las formas más antiguas de la escritura fenicia se han encontrado en las inscripciones arcaicas de Biblos, cuyo origen se remonta a los siglos XIII y XI a.C.

El fenicio arcaico comprendía 22 letras, únicamente consonantes, y está libre ya de elementos ideográficos, de determinativos y de toda huella de silabismo.

Biblos ciudad fundadora cuna del alfabeto
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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