La primera biblioteca ambulante de que se tiene noticia no data del siglo XX, como pudiera pensarse, sino del siglo X, y no se servía de carros para transportar los libros sino de camellos. Cientos de ellos, entrenados para caminar siempre en la misma posición para mantener el orden alfabético de los papiros, pergaminos y códices que constituían los 117.000 volúmenes de la colección privada del gran visir persa Abdul Kassem Ismael (938-995). Este sabio de trato cordial nunca se separó de su caravana de libros.
Curiosidades de las Bibliotecas
Es enorme el número de bibliotecas que a lo largo de la historia han acabado destruidas intencionadamente. La historia nos enseña que la quema de libros ha sido obsesión de fanáticos políticos y religiosos. Lo curioso es que en nuestros días no parece que se haya terminado con esta bárbara costumbre. La biblioteca nacional de Sarajevo fue bombardeada premeditadamente por las tropas serbo-bosnias en 1992, y en 2003 se quemaron más de un millón de volúmenes en la biblioteca nacional de Irak. Las dos bibliotecas contaban con ejemplares antiguos únicos; su valor, incalculable.
Las primeras bibliotecas surgieron prácticamente al mismo tiempo que la escritura. Se necesitaba de un lugar para almacenar las tablillas de arcilla sobre la que se escribía. No se trataba de meros archivos sino de verdaderas bibliotecas; se ha comprobado que se utilizaban sistemas de catalogación muy eficientes. Sin embargo, las bibliotecas de la antigüedad no abrían sus puertas a cualquiera; sólo los elegidos podían consultar sus fondos. Las primeras bibliotecas públicas de las que se tiene noticia se sitúan en la Roma de Julio César, unos tres mil años después de la aparición de la escritura.
¡Qué interesante! Muchas gracias por ilustrarnos con estas curiosidades.